El sentido de mi vida

Los últimos tres años de mi vida me la pasé buscando. Se que muchos creen que me la pasé viajando, o como otros piensan (los que no entendieron nada) que me la pase de vacaciones. La cuestión es que hoy me doy cuenta, que lo que hice allá por marzo de 2013, cuando me fui a vivir a Nueva Zelanda, fue un gran proceso de búsqueda personal. En ese entonces no lo veía de este modo. Simplemente era una nueva aventura que vivir, un nuevo desafío, o como a mi me gustaba llamarlo; me iba a perseguir mis sueños. Tan errado no estaba cuando pensaba eso. Pero hilando fino y con varios kilómetros en mis suelas, ahora entiendo que no solo iba a perseguir mis sueños, sino que iba a reencontrarme conmigo mismo. Que era un camino de ida, sin retorno. Un cambio de paradigmas y preferencias visibles.

El viaje que hice me sirvió para poder descubrir mi vocación. Me ayudó a encontrarle el sentido a mi vida que tanto tiempo llevaba buscando con pésimos resultados. Mucho me costó esta búsqueda. Más de 10 años. Pero al fin pude dar con algo intenso. ¿Quién iba a decir que tuve que perderme para encontrarme? Paradojas literarias si las hay.

Lo mejor de este encuentro fue que pude vivir en estado presente todo el proceso. Recuerdo cada momento con mucha lucidez. Tengo imágenes fotográficas marcadas con fuego de aquellos instantes de cambio profundo que se iban produciendo en mi manera de ver las cosas. Fui plenamente consciente de todo el camino que me llevó a decir que lo que quiero hacer cuando sea grande es VIVIR DE VIAJE. Si. Así con mayúsculas y bien grande. Hasta le pondría negritas y algunos signos de admiración. Porque no todos los días uno puede decir a los cuatro vientos que ha encontrado su sentido de existencia en este mundo.

Hoy tengo muchísimas herramientas para poder hacer realidad este modo de vida que me propuse. Me faltan varias, mas que nada herramientas genéricas que están escondidas en algún rincón de mi cabeza. Se que soy fuerte mental y emocionalmente, pero todavía carezco de algunas competencias internas que de a poco espero ir consiguiendo. Lo importante es que conozco mis debilidades como viajero y estoy trabajando en ello.

El resto es continuar siendo feliz mientras los melones se acomodan solos.

Nos leemos...

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