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El síndrome de Jerusalén - Juan Bolea

Publicado el 18 mayo 2016 por Entremislibrosyo
El síndrome de Jerusalén - Juan Bolea

Hay autores que a pesar de tener publicados varios libros que te apetecen un montón vas dejando y dejando, sin llegar a ponerte nunca con ellos hasta que un nuevo título llama poderosamente tu atención y por fin te decides. Esto fue lo que me ocurrió con la novela que os traigo hoy y que quise leer nada más verla entre las novedades que Ediciones B publicó el pasado mes de abril. Hoy os traigo mis impresiones sobre “El síndrome de Jerusalén”.

Sinopsis


Cuando el detective Florián Falomir es contratado para esclarecer el robo de una talla de la virgen que aparentemente no tiene ningún valor especial, no puede imaginar hasta qué punto se van a complicar las cosas. Pronto se verá envuelto en una trama vertiginosa cuya clave podría estar en los misteriosos sucesos de años atrás, cuando tres niños realizaron una serie de supuestos milagros tras una aparición mariana.

Las pistas conducirán a Falomir –un inolvidable investigador de origen armenio que merece un puesto de honor en el actual panorama del género negro- hasta la ciudad de Jerusalén, donde entrará en acción la inspectora Martina de Santo, el personaje fetiche de Juan Bolea.
Una novela de intriga llena de sorpresas y giros inesperados en la que no faltan los toques de humor -blanco y negro- y un final extraordinario, a la altura de la originalidad del argumento.

El autor


De raíces andaluzas y aragonesas, Juan Bolea (Cádiz, 1959) vive en Zaragoza. Tras escribir varias novelas, dio inicio a la serie de la investigadora Martina de Santo con Los hermanos de la costa, título al que siguieron La mariposa de obsidiana, Crímenes para una exposición, Un asesino irresistible y ahora El síndrome de Jerusalén, todas ellas en Ediciones B.

Mi opinión


En “El síndrome de Jerusalén” conoceremos a Florián Falomir, un detective privado de origen armenio contratado por la Iglesia para esclarecer el robo de una talla de la Virgen que aparentemente no tiene valor alguno.Un caso banal que poco a poco se irá complicandohasta límites insospechados. Él será el encargado de llevar el peso de la narraciónutilizando la primera persona y dando a la narración un toque cómicoen todo momento. Este tipo de narración siempre conlleva un riesgo y es que si no se empatiza con el narrador se pude dar al traste con toda la historia. Si, además, como es mi caso, se está reñido con el humor en literatura, la apuesta más que arriesgada es casi suicida para esta lectora que os escribe. Y a pesar de todo ello Juan Bolea ha conseguido que lo que más me ha gustado de esta novela sea precisamente su protagonista narrador, Florián Falomir.
Durante la primera mitad de la novela, Falomir conducirá en solitario la investigación hasta que entra en juego la inspectora Martina de Santo, ya conocida por los seguidores del autor, que se nos presenta como una mujer distante, fría y llena de fuerza. Una pareja dispar que a pesar de ello, o quizá por ello, funciona muy bien ya que actúan como contrapunto. Frente al ingenio del detective, que antes ha sido espía, y su tendencia casi compulsiva al chascarrillo, la inspectora representa la seriedad profesional y el lado más competente de la investigación. Su entrada en escena propiciará también que saltemos de los escenarios nacionales, principalmente Zaragoza, hasta los internaciones, ya que ambos viajarán hasta Jerusalén en busca de las claves para resolver un caso que cada vez se complica más.
Junto a estos dos protagonistas principales encontramos una serie de secundarios con mayor o menor relevancia para la historia, pero con los que el autor se detiene para crear un perfil detallado. Del mismo modo se cuidan los escenarios y a través de minuciosas descripciones Juan Bolea nos traslada hasta ellos sin escatimar detalles que nos ayuden a situarnos e incluso a saber cómo visten o qué comen los personajes en cada momento. Aunque en ocasionesel autor se muestra exhaustivo en estas descripciones, lo hace de forma amena, sin lastrar en ningún momento una lectura que, en cualquier caso, goza de un buen equilibrio entre narración y diálogo lo que aporta mayor agilidad si cabe a una trama que atrapa desde el principio.
Y es que “El síndrome de Jerusalén” es una de esas novelas que se leen con suma facilidad. Una de esas novelas que comienzas y sin casi darte cuenta has leído 100 páginas del tirón, llevada poruna prosa sencilla y a la vez cuidada, un lenguaje variado y culto, y un ritmo constanteque el autor maneja con buen oficio. Sí he de poner un pequeño pero a la novela y es la resolución del mismo. No es que la explicación no me haya resultado satisfactoria y sin duda coherente con lo todo lo narrado a lo largo de la lectura, pero es la forma de llegar a ella la que no ha terminado de convencerme. No se ofrece al lector explicación ni pista alguna para saber cómo la inspectora Martina de Santo ha llegado a las conclusiones que la conducen a resolver el caso, más parece que hubiera tenido de pronto un pálpito o que la verdad le hubiera sido revelada quién sabe si en sueños o por una aparición mariana… Insisto en queel cierre es bueno y no quedan cabos sueltos, todas las preguntas que el lector ha podido plantearse quedan contestadas, pero surge una que continúa rondando mi cabeza: ¿cómo lo supo Martina?
El autor acierta con una novela en la quela intriga se da la mano con el misticismo y el fervor religioso. Un fervor religioso llevado al extremo a través de dos cauces: las supuestas apariciones de la Virgen y el trastorno psíquico llamado síndrome de Jerusalén por el que el afectado se identifica con un personaje de la Biblia y actúa como tal. Elautor plantea la eterna confrontación entre razón y fe, pero estos no son los únicos temas que encontraremos en “El síndrome de Jerusalén” ya que por sus páginas veremos desfilar corrupción, sectas, narcotráfico…
En definitiva, “El síndrome de Jerusalén” esuna novela ágil y divertidacon la que pasar un buen rato y que cuenta con una gran baza: un protagonista singular que a buen seguro volverá a proporcionarnos entretenidos momentos de lectura.

Ficha Técnica



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