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El Sombrero Suaceño

Por Hatter @LaSombrereria

Cada pueblo, cada región tiene su cultura que lo hace especial. Culturas que se entremezclan y comparten conocimientos, técnicas, costumbres y en muchas ocasiones productos. Hoy viajamos hasta Colombia, a la localidad de Suaza, en el Departamento de Huila. Es allí en Suaza donde tiene su origen el Sombrero Suaceño, un producto que tiene muchas similitudes con el famoso Sombrero de Paja Toquilla (Sombrero Panamá).
Se trata de un Sombrero confeccionado en paja y tejido a mano por los artesanos de Suaza. Un producto que busca su merecido reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional, con la finalidad de reconocer y proteger un oficio que ha pasado de generación en generación.

Sombrero Suaceño

Sombrero Suaceño

El periodista Isauro quintero Barrera escribía en opanoticias.com un interesante artículo con el que podemos conocer más en profundidad las características y peculiaridades de la confección de este magnífico Sombrero.

Tejiendo cultura, elaboración del sombrero suaceño
Por: Isauro Quintero Barrera

“En la cabeza de muchos estará por estos días, la elegancia, sutileza y calidad del sombrero suaceño. La artesanía huilense es rica en expresiones, en las que se emplea una inmensa gama de materiales típicos

Con la palma de iraca se teje el sombrero suaceño y con la de pindo el sombrero palermuno o tradicional de las fiestas de San Pedro, desde la época de la colonia. Para esta labor se necesita de las manos maestras de los artesanos, que en sus ranchos o fincas elaboran estos productos, que son reconocidos a nivel nacional.

El departamento posee una variada muestra artesanal, reflejo que da cuenta de la gran creatividad e ingenio de los pobladores, quienes por medio de sus oficios y costumbres tejen la cultura del pueblo. Hacen del Huila un centro artesanal cuya vitrina se contempla en todo su esplendor en el Encuentro Nacional de Maestros Artesanos, del 29 de Junio al 5 de Julio de 2010, en el Centro de Convenciones José Eustacio Rivera.

“Los dos son representativos, pero si fuera comercialmente el suaceño es el que nos ubica a nivel nacional o internacional, nos representaría más; en cambio el de pindo es más folclórico o más regional”, expresa William Torres empresario de la ciudad.

Los huilenses están de acuerdo en afirmar, que la diferencia de los sombreros radica en el tiempo de la elaboración, el costo y la tradición. El de Suaza, para su elaboración, requiere cerca de cuatro semanas, mientras el de Palermo o Pindo, necesita de quince a veinte días. En cuanto al costo, el primero, por ser más comercial, supera los cien mil pesos, ya que es tejido en paja fina, su elaboración desgasta la visión a la tejedora. Por tradición, el de pindo es más importante porque se utiliza desde los inicios del festival.

Ramiro Falla, secretario de Cultura, dice que los dos tienen su razón de ser, en su origen. El suaceño se crea en unos climas templados y fríos, entonces, es un sombrero que se acomoda a las circunstancias climáticas; el sombrero del norte, permite la ventilación apta para el calor.

La ciudad del sombrero de iraca

A 155 Kilómetros de Neiva se ubica el municipio de Suaza. Tejer sombreros es una tradición artesanal que se ha mantenido desde el siglo XIX.

La iraca se cultiva en las zonas de montaña de Suaza. Su origen está en territorio ecuatoriano, llega a Colombia por Nariño y luego se extiende por varios sectores de la geografía cafetera, donde es bautizada como jipijapa, murrapo o como comúnmente se le llama, palma de iraca.

Desde 1830 se impulsa la industria del sombrero Suaceño. Se exportó en un inicio a los Estados Unidos y las Antillas; se impuso de moda en los soldados españoles durante la guerra de la independencia de Cuba y fue expuesto en la gran muestra de la industria de todas las naciones en Londres en 1851.

Su elaboración

Este sombrero se teje tradicionalmente a partir de la copa. Las fases para su elaboración son: la preparación de la paja, el tejido, la golpeada y el acabado.

Preparando la paja

Luego de un año de sembrada la palma, el artesano coge los cogollos de una altura aproximada de 20 centímetros después del nudo. Limpia con un trapo seco; luego le quita las partes externas del cogollo, la descorazona retirando su centro y dejando las cintas sobrantes plegadas de color amarillo claro y verde en las uniones. Esto se conoce como el desombligado o desorrillado.

Posteriormente, todo está listo para la ripiada, tarea que se hace con un utensilio elaborado en hueso de perro, de gallina o de pescado. Se recomienda el primero por su contextura fina. Al ripiar, la cinta queda dividida en tres partes: una grande que no se utiliza, la del lado izquierdo que se retira y se emplea en el cocido, y la parte central que sirve para el tejido del sombrero. Este procedimiento se denomina desvenado.

Después se procede al cocimiento. La parte ripiada del cogollo se tuerce y recoge en manojos por docenas para cocinarlos durante dos horas, aproximadamente. La cocción da resistencia a esta fibra vegetal que se prueba templando.

Cuando ya se han desvenado los cogollos, se juntan en manojos de 12 y se acomodan acaballados. Luego se emparejan los cabos con un cuchillo y se amarran en forma de nudo. La olla se tiende con el ripio (residuo) luego se acomodan los cogollos de tal manera que no hagan contacto, y se tapan con las partes restantes; se prensa con varillas de guadua, se agrega el agua hasta que tape los cogollos, se pone al fuego lento y se deja hervir de 1 a 2 horas. Cuando se retira del fuego se deja enfriar, se saca de la olla y se lava con agua fría.

Luego se procede al secado. Después de lavar los cogollos, se sacuden y se ponen a escurrir en una cuerda, ubicada en un sitio sombreado y sin viento. Se nota el secado final y completo cuando la fibra adquiere una forma tubular y un color blanco marfil.

Tejiendo el sombrero

La tejedora organiza entrelazados de fibra, para culminar con el remate de ala, que es el lugar donde termina la copa; sacar el ala del sombrero requiere controlar la luz y el viento que pueden resecar la fibra.

Para el tejido se usan dos hormas especiales de madera como apoyo, que también dan estilo al sombrero. El molde, a su vez descansa sobre un soporte trípode llamado “chanchala”. El sombrero está constituido por cuatro partes de tejido: el empiezo, el plato, la copa y el ala.

La calidad de la paja y el tupido constante del tejido conllevan a decir que un sombrero es fino cuando está bien “abatanado”, o sea, cuando se mira a contra luz y ésta no pasa directamente por su trama.

El Golpeado

El golpeado y arreglo final del sombrero, eleva su costo en un cien y hasta un doscientos por ciento de su valor inicial. Se requiere de gran experiencia para doblar en sus diferentes posiciones el sombrero, dar el golpe firme y constante en una inclinación fija. Este proceso dura aproximadamente una hora y media.

El sombrero es doblado desde el centro del ´empiezo´ hasta la terminación del ala; se coloca sobre una troza de madera plana y fina, la cual descansa en su base inferior sobre un tapete o cobija para amortiguar las vibraciones. El golpeado se hace hasta el remate, en forma firme, constante y pareja, dándole así una textura inconfundible de brillo y lustre único.

El acabado

Por último, se decora interior y exteriormente; se coloca al interior una cinta negra de hule para protegerlo del sudor y darle elegancia a la presentación final del sombrero. En la parte exterior lleva también una cinta negra, ó dependiendo del gusto, la tirilla puede ser elaborada en la misma palma.”

Si se fijan bien encontrarán muchas coincidencias en el proceso de fabricación con el famoso Sombrero de Panamá. En el vídeo podrán conocer algún detalle más de su cultura, tradición y venta.

Ya lo saben, si viajan a Colombia no pueden dejar de comprar un auténtico sombrero suaceño, pero no se sorprendan de su precio, determinados modelos necesitan más de cuatro semanas para confeccionarlos.

Visto en: opanoticias.com y Youtube


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