El sueño americano de Sorkin

En La red social podría existir una lucha de egos creativos si esos egos no supieran que el cine es trabajo en equipo. Fincher (Perdida) dirige y Sorkin (El ala oeste de la Casa Blanca) escribe. ¿De quién es la película? Es muy sorkiniana pero también muy fincheriana. No: es muy fincheriana y a la vez muy sorkiniana. Bueno, ¿Y a mí qué más me da? La peli es buena y punto. Hablemos refiriéndonos a “la película”. Un sueño americano muy moderno en una historia de diálogo pero que no es un libro. Que no te cuenten la historia de Facebook.

Lo cierto es que la historia no deja respiro. Mucho se debe a los diálogos omnipresentes y atropellados. Muy concisos. Pero hay un elemento que puede pasar desapercibido. Casi todas las escenas tienen un barullo de fondo (otras conversaciones, ruido, música o banda sonora*). El caos, el ir y venir es una constante que no para. Una manera muy inteligente de dejar en la retina y el oído que la red se mueve, que si no te subes no te espera. Un juego audiovisual que hace de la película una obra maestra. No entendemos la mitad de los diálogos, agudizamos el oído y nos quedamos atrás. La empresa de Facebook crece, se expande y parece que nos quedamos atrás como Eduardo que busca anunciantes en otra ciudad. Os lo estáis perdiendo.

El panorama de sueño americano, de buscadores de oro, como lo hicieron los primeros inmigrantes en el territorio americano y fue ensalzado mediante la literatura y luego por el cine tiene una vuelta de tuerca en La red social. ¿Hay unos valores detrás o el único ánimo es amortizar la inversión? ¿O llegar más lejos? ¿O simplemente reducir una amistad a una petición de amistad? Sabemos que Facebook no se reduce a eso pero no por ello no lo es.

Y todo por una chica. Qué romántico.

*Atticus Ross y Trent Reznor ganaron el premio a la mejor banda sonora en los Oscar.

 @ehalvaro