Revista Infancia

El sueño en el verano

Por Celia Garabaya @britishbubbles

niño dormido en veranoAunque no nos demos cuenta, es cierto que el verano influye directamente en muchos de nuestros aspectos más cotidianos. Y uno en particular es el sueño. Será el calor, será el cansancio, serán las emociones… Lo que está claro es que durante los meses de verano, solemos dormir peor tanto los adultos como los niños. Lo que vamos a hacer es ver como podemos ayudar a nuestros pequeños a que concilien el sueño y que pasen buena noche y consigan el gran objetivo, descansar para estar en plena forma el día siguiente y poder seguir jugando.

El sueño.

Son muchas las circunstancias que influyen en el sueño. Y más cuando estamos hablando de niños pequeños, los cuales aun no están muy acostumbrados a dormir. (Como siempre hay muchos niños que duermen muy bien desde el principio y les da igual que sea verano como invierno, los conocemos como dormilones).

Para empezar lo que haremos es ver cuales son algunos de los factores que más directamente influyen en el sueño de las personas y los niños:

La cabeza pensativa, cuando le estamos dando vueltas a la cabeza, más nos cuesta conciliar el sueño. Lo ideal es que dejáramos la cabeza en blanco antes de irnos a dormir.

La comodidad, es muy importante dormir en un sitio cómodo. Ni muy duro ni muy blando. Aunque es verdad que los niños, esto no les afecta de igual manera que a los adultos. Aun son jóvenes, con lo que no tienen tantas molestias por malas posturas o porque el colchón fuera demasiado blando.

El ambiente, entre el cual, podemos encontrar los ruidos o voces que escuchemos. La temperatura de la habitación, la humedad… Otra curiosidad es la altitud, es cierto que no se duerme igual a la altura del mar que en lo alto de una montaña.

Cansancio que tengamos antes de irnos a dormir. Es cierto que en muchos casos, el estar

duerme el bebé
cansado en exceso, lo que puede provocar, en vez de hacer que nos durmamos rápido es que nos pasemos mucho más tiempo dando vueltas en la cama o en la cuna. Algo muy curioso.

Lo que hayamos comido y cenado, también tendrán algo que decir a la hora de irnos a la cama. Seguro que en muchas ocasiones has oído hablar de no cenar en exceso ni cosas pesadas antes de ir a acostarnos, ya que la digestión puede molestarnos a la hora de dormir. Y no solo mantenernos despiertos durante mucho rato, sino que además puede sentarnos mal a la salud.

A dormir durante el verano.

Evidentemente cuando hablamos del sueño en verano. Hay que explicar que nos referimos a las zonas donde hace un exceso de calor. Ya que es la gran diferencia del verano al invierno. Con lo que vamos a analizar, porque motivos, el verano influye tan directamente en el sueño de los bebés y los niños. Y como podemos hacer para minimizar el efecto de este a la hora de dormir.

Para empezar, debemos entender como funciona el sueño en el ser humano. ¿Por qué nos dormimos? es una actividad imprescindible para descansar y para fijar la información recibida durante todo el día.

  • Cuando nos dormimos una parte del cerebro emite una serie de ondas que nos hacen desconectar y relajarnos. Aunque esa parte del cerebro es muy curiosa. Como si de un motor de coche se tratara. Resulta que su funcionalidad se ve influenciada por el clima. De hecho, la mejor temperatura para ella, está en torno a los 19ºC a los 21ºC. Con lo que cuando superamos esa temperatura, cada vez será más complicado conciliar bien el sueño.
  • Las rutinas. A los niños les vienen muy bien las rutinas en el día a día. Es lo que hace que el niño se sitúe en cada punto del día y tenga el control. Podemos decir que sin las rutinas del día a día, el niño no sabe lo que va a venir, no sabe en que punto del día está, con lo que su cerebro le puede jugar malas pasadas. Y el verano, es el mejor momento para romper las rutinas, al igual que el resto de humanos, los niños necesitan vacaciones por un tiempo. Precisamente con el objetivo de romper las rutinas del niño. Algo bueno y que le vendrá muy bien para aguantar cuando vuelva al día a día. Aunque la rotura de las rutinas sea buena para el niño también tiene su lado negativo. Y es que al estar un poco más perdido le costará mucho más el conciliar el sueño.
  • Las emociones. El verano, podemos decir que es una etapa de emociones. Dejamos la mayoría de las obligaciones aburridas, para dedicarnos todo el día a disfrutar y hacer cosas que les encantan como ir a la piscina, jugar en el parque… Aunque es cierto que cuantas más emociones, más estrés para el niño. Y como ya decíamos antes, el estrés y la actividad cerebral es una de las principales causas de insomnio en niños y mayores.

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