Revista Cultura y Ocio

El temblor del héroe

Publicado el 25 abril 2012 por Lalolash
EL TEMBLOR DEL HÉROEÁLVARO POMBO
PREMIO NADAL 2012
Me gusta Álvaro Pombo. Si. Me cae bien. Me parece majete cuando le oigo en entrevistas y me da la sensación de que se lo pasa bien haciéndolas y de que disfruta y le encanta cuando gana un premio, algo que le ha ocurrido varias veces. Es sincero. Ayer, día del libro, si hubiera estado en Barcelona, no me hubiera importado nada hacer la cola para que me firmara el libro. Y mira que yo ya no hago cola ni espero por casi nada. Me transmite vitalidad y ganas de hacer cosas. De lo único de lo que se lamenta es de su artrosis. ¡Lástima! Alguna cosilla hay que tener a los 72 años.
EL TEMBLOR DEL HÉROELicenciado en filosofía y letras,ocupa desde 2004 el sillón "j" de la Real Academia de la Lengua y además colabora con el partido político de Rosa Díez (UPyD). En 1973 publicó su primer libro de poesía y ha continuado escribiendo narrativa y poesía hasta la actualidad. En febrero de este año recibió el premio Nadal por El temblor del héroe, presentando la novela como 'Los amigos de Román' con el seudónimo de Jorge Bruno. Según mi opinión, muy merecido aún sin conocer la calidad del resto de las novelas competidoras.
Confieso que lo he descubierto como autor hace poco y lo único que he leído de él ha sido esta última novela y anteriormente La fortuna de Matilda Turpin (2006) que ganó el premio Planeta. Estas dos novelas me son suficientes para afirmar que me gusta su manera de contar las cosas porque él no escribe, relata. Igual tiene algo que ver que dicta sus libros. O no. No lo sé. Tiene una magnífica prosa. Al margen de lo que pueda contar, da gusto leer sus palabras. Y lo que cuenta no es en absoluto banal pero consigue que disfrute del texto sin más. (Esto igual me pasa porque abuso de traducciones que malas o buenas siempre menoscaban la intención y la estética pretendida por el autor).
No voy a hacer un comentario del libro. Se pueden leer sinópsis y opiniones en cualquier parte. Baste decir que me ha resultado una novela con tintes teatrales con un final que hace honor al adjetivo teatral. Son sólo cinco personajes y sus relaciones interpersonales. Es una novela deliberadamente corta. No hace falta más para llevarnos a varias reflexiones sobre la insensibilidad ante el dolor de los demás, la pasividad y la inacción.
¿A alguien le suena el tema?

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