Revista Cultura y Ocio

El territorio de los lusones en la Celtiberia

Por Manu Perez @revistadehisto

Las contradicciones existentes sobre el concepto de Celtiberia, sus límites y divisiones, se remontan a la época de los propios escritores grecolatinos.

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Ellos son en buena medida causa de algunas de las discrepancias existentes entre los historiadores actuales, a lo cual se debe de añadir, en gran parte de los casos, la falta de un apoyo arqueológico, con entidad suficiente, para poder contrastarlo con los datos de las fuentes escritas.[1]

El territorio de los lusones en la Celtiberia

Actualmente existe uniformidad de criterios en aceptar una división geográfica de la Celtiberia en dos regiones: Citerior y Ulterior. Pero surgen las dudas en el momento de delimitar cada una de ellas y atribuirles unas ciudades concretas. En el caso que nos ocupa, la Citerior, se suele incluir el territorio de los lusones, belos y titos. La región en concreto en la que habitaban estas tribus no está precisada: existen ciudades que Ptolomeo cita como celtiberas que se hallan fuera de los limites que normalmente se atribuyen a estos territorios, o inscripciones celtibéricas, como la de Peñalba de Villastar, ubicada en una zona en la que se sitúa a los turboletas.

La Celtiberia Citerior acusó un proceso de iberización tardía que podemos fechar en la zona del Jalón a principios del siglo V. Desde este momento hasta la penetración romana en este territorio existirá una transformación que conlleva, por su propio proceso, al surgimiento de nuevas ciudades.

Los criterios que siguen la mayor parte de los historiadores actuales para señalar el territorio de los lusones, tienen su base y fundamento en el trabajo de Schulten sobre Numancia.

Schulten realizó una interpretación de las fuentes escritas que fue respaldada por el prestigioso Bosch Gimpera en su Etnología de la Península Ibérica, ampliada con datos procedentes de sus teorías sobre las invasiones indoeuropeas. Frente a esta interpretación han surgido datos discrepantes, algunos emanados del propio Schulten y contrarios a las teorías primigenias.[2]

Pero para una correcta localización del territorio de los lusones en la Celtiberia debemos recurrir a las fuentes escritas, testimonios de difícil interpretación pero que aportan mucha información.

Según Apiano en el 181 habitan cerca del Ebro y se refugian en Complega; en el 179 Complega se sitúa próxima a Caravis y entre 139-138 los menciona como vecinos de los numantinos.  Estrabón es el segundo autor que los nombra, como una de las cuatro partes en que divide la Celtiberia, situándolos en la zona este y negando a las fuentes del Tajo, como los arévacos.[3]

La interpretación que Schulten dio a estas fuentes estaba altamente influenciada por la identificación de Contrebia con Daroca y la búsqueda, a partir de este centro de un territorio con entidad para ubicarlos y que correspondía al área del Jiloca final y Jalón medio.  Bosch en 1932 recoge plenamente las teorías de Schulten, y en su continua referencia y utilización de la toponimia moderna, descubre la existencia de los lugares de Luzaga y Luzón, que vincula a los lusones, pero que se hallan fuera del territorio señalado para ellos y dentro del que supone de los titos. Para casar esta contradicción lanza la teoría de que los lusones serian originariamente el pueblo ibérico de toda la región, que había sido celtizado y desplazado por los titos y belos, dejando a los lusones históricos reducidos al valle del Jiloca y Jalón medio, con las ciudades de Nertóbriga, Mundóbriga y Bílbilis. [4]

Es preciso realizar dos puntualizaciones a esta teoría de desplazamiento, que a mi modo de ver lo invalida: el supuesto desplazamiento de los lusones por belos y titos se supone desde la zona de Luzaga y Luzón, en Guadalajara, al área del Jalón medio, esto es desde el SO. al NE., dirección contraria al recorrido teórico que Bosch señala para los belovacos; y el territorio al que suponen que quedan reducidos los lusones, curso medio del Jalón y final del Jiloca, presenta la vega más productiva del Sistema Ibérico Central y por supuesto superior a los suelos existentes en la zona de Luzaga y Luzón. [5]

Admitiéndose actualmente en el valle medio del Ebro una vinculación de los asentamientos de los Campos de Urnas a las explotaciones agrícolas de los suelos aluviales, queda claro que a unas gentes que se les desplaza no se les puede llevar a los territorios agrícolamente más productivos, máxime si estos se encuentran dentro de una gran área de filones de hierro, mineral conocido y usado en la época en que se sitúan dichas invasiones.[6]

Otras interpretaciones territoriales para los lusones las proporciono Martínez Santaolalla, quien en 1946, siguiendo las referencias toponímicas señaladas, los ubica en el área de Guadalajara. También A1rnagro discrepa de las teorías más extendidas, situándolos en las tierras de Molina basta Ercávica, al final del valle del Guadiela, casando de esta manera el territorio que deja a los belos y titos con la información que da Estrabón sobre los lusones. Sin embargo, la mayor parte de los trabajos más recientes siguen considerando a Contrebia como la capital sita en el área de Daroca y a Bílbilis, Mundóbriga, Nertóbriga y en algunos casos Complega como ciudades lusonas.[7]

En conclusión se puede afirmar que el territorio de los lusones debe de establecerse teniendo en cuenta la información directa de las fuentes y los datos que se deduzcan de un estudio de su propia territorialidad y la de sus vecinos. Sin embargo los resultados dejan de ser todavía concluyentes.  Los datos que proporciona Apiano para el siglo II a. de C. ubica dicho territorio cerca del Ebro y la ciudad de Complega, donde se refugian, si bien esta sin localizar, dada su proximidad a Caravis, debe situarse en algún punto de la zona del Moncayo, ríos Queiles y Huecha, región que no desentona con la cita de Apiano que los considera próximos a los numantinos.[8] 

Autora: Belén Cerrada Tribaldos para revistadehistoria.es

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Bibliografía:

[1] Mozota, F. B. (1986). Sobre el territorio de los lusones, belos y titos en el siglo II a. de C (pp. 529-549). Facultad de Filosofía y Letras.

[2] Mozota, F. B. (1986). Sobre el territorio de los lusones, belos y titos en el siglo II a. de C (pp. 529-549). Facultad de   Filosofía y Letras.

[3] Mozota, F. B. (1986). Sobre el territorio de los lusones, belos y titos en el siglo II a. de C (pp. 529-549). Facultad de Filosofía y Letras.

[4] Idem.

[5] Idem.

[6] Idem.

[7] Mozota, F. B. (1986). Sobre el territorio de los lusones, belos y titos en el siglo II a. de C (pp. 529-549). Facultad de Filosofía y Letras.

[8] Mozota, F. B. (1986). Sobre el territorio de los lusones, belos y titos en el siglo II a. de C (pp. 529-549). Facultad de Filosofía y Letras.

Apiano: Iber, 42.

Apiano: lber, 43

Apiano: Iber, 79.

Estrabón: m, 4, 13.

Mozota, F. B. (1986).Sobre el territorio de los lusones, belos y titos en el siglo II a. de C (pp. 529-549). Facultad de Filosofía y Letras.

Livio: 40, 18, 6.

Livio: frag.lib. 91.

Valerio Máximo: 7, 4, 5.

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