Revista Salud y Bienestar

El trabajo Social en el ámbito de la Intervención

Por Pedirayudas @Pedirayudas

Todas las personas tenemos recursos, habilidades y capacidades para superar y afrontar los retos y situaciones negativas que nos suceden o en las que caemos, sin embargo, en ocasiones necesitamos un impulso externo y un acompañamiento. Los Trabajadores Sociales somos compañeros de camino en estas situaciones problemáticas. Nuestra intervención se centra en informar, orientar y acompañar en la toma de decisiones y acciones de las personas con el objetivo de promover su calidad de vida, desarrollo personal y autonomía. Estos aspectos contribuyen a crear sociedades más justas.
 

El trabajo Social en el ámbito de la Intervención

Imagen de Ken Teegardin

 
El aspecto fundamental del Trabajo social es la intervención profesional entendida no sólo como acción, sino como conocimiento y capacidad de aplicarlo de manera práctica. Siguiendo a Rosa María Cifuentes Gil (2008):  no se restringe al hacer; implica también el saber y el saber hacer.

La clave de toda intervención ya sea directa o indirecta, es la interrelación con la persona o grupo. En esta relación que se establece entre el trabajador social y la persona, el profesional debe valerse de una serie de cualidades tales como la creatividad, coherencia, flexibilidad, paciencia y rigor metodológico. El objetivo de esa relación creada es generar procesos de cambio donde además del Trabajador Social intervienen otros agentes (familia, comunidad y otros profesionales). Esto debe dotarse de una estructura que le de validez profesional.

Las pautas de la intervención son lógicas y coherentes, se realizarán de la misma forma en todos los casos:
  1. Conocer la situación problema. Evaluar la demanda del usuario y también las necesidades no verbalizadas.
  2. Este análisis inicial nos conduce al diagnóstico social. No obstante es importante señalar que la recogida de datos se realiza durante todo el proceso de intervención.
  3. Planteamos entonces un plan de intervención donde indicaremos objetivos generales y específicos que sean medibles permitiendo así la evaluación posterior. Es importante iniciar el trabajo sobre la demanda sentida ya que es la forma más sencilla de generar una relación adecuada que nos permita después trabajar sobre las necesidades existentes no percibidas o no verbalizadas por la persona.
  4. Iniciaremos la puesta en marcha donde nos apoyaremos en otros profesionales y recursos.
  5. Realizaremos una evaluación que nos permita una reconducción del Plan de Intervención o un cierre adecuado.

Es importante entender que este proceso de intervención no es lineal, es circular y no es estático, puede ser replanteado en cualquiera de sus puntos si la evaluación demuestra dicho requerimiento.

La Intervención en Trabajo Social viene marcada por la necesidad de dotarla de una estructura estable y un rigor científico que permita a los profesionales una racionalidad en las acciones desarrolladas. Esto se debe a la peculiaridad de la propia intervención puesto que no hay dos casos iguales. Es necesario individualizar el proceso, adaptarlo y flexibilizarlo pero con la estabilidad que otorga el método.

Requisitos necesarios para desarrollar una adecuada intervención:
  • La utilización de una metodología y unas herramientas de intervención facilitarán el desarrollo de las pautas de intervención arriba mencionadas. La historia social es el eje de toda intervención, también tenemos la ficha social y los informes sociales. Todos ellos nos ayudan a organizar y sistematizar de forma adecuada la intervención.
  • El aspecto primordial para toda intervención ya sea esta individual, grupal o comunitaria es lograr que la relación interpersonal se establezca de manera adecuada, donde profesional y usuario/s interactúan con el entorno pero evitando la dependencia y fomentando la proporcionalidad de los roles.
  • Intervenimos desde una posición teórica, un modelo de intervención que sustenta la relación interpersonal y orienta la acción: humanista, sistémico, centrado en la tarea, gestión de casos, etc.
  • La relación interpersonal se basa en la empatía, la calidez, la confianza y la escucha participativa, todas ellas marcadas por el profesional.
  • El éxito de la relación, entendida como el logro de constancia y compromiso mutuos se basa en la adecuada comunicación y en el acuerdo. Siempre debe existir un acuerdo marcado entre el usuario/s y el profesional. Esto proporciona estabilidad, rigor profesional y al mismo tiempo es un motivador puesto que el usuario conoce la meta y puede valorarla.

Si hemos logrado integrar nuestra visión teórica con la práctica, detectado acertadamente las necesidades, marcado los objetivos, alcanzado un relación adecuada con la/s persona/s, superado las etapas de recaída y abandono y reformulado los objetivos: Estaremos en disposición de cerrar la intervención con la satisfacción de haber sido el sherpa que acompaña a la persona hasta su meta.


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