Revista Talentos

El triunfo de la ignorancia

Por Luis Gavilán @freaknesss
personal política Chile No a Bachelet

Con el resultado de las elecciones presidenciales de ayer, podemos observar como ha triunfado, una vez más, la ignorancia. Y no lo digo sólo por el posicionamiento de Michelle Bachelet en el primer lugar con el 46,67% de los votos, sino también con el lugar que se hizo Evelyn Matthei con el 25,01%. Han triunfado ambas caras de la ignorancia, y también la flojera: fueron a votar apenas 6.691.840 personas.

Debo recalcar que me pareció sorprendente la cantidad de mujeres que se acercaron a su local de votación a sufragar, al menos por lo que vi. Abuelitas, mujeres de tercera edad, mujeres jóvenes, todas votando (y, lamentablemente, mal, porque son éstas las que apoyan a Bachelet o Matthei).

Cuando llegué a mi mesa, no había gente. Cuando salí de votar recién llegaban algunas personas. Una anécdota: uno de los vocales de mi mesa (que eran dos hombres y una mujer) tenía cierto tipo de retraso, y se burló de mi apellido, aún me pregunto por qué estaba ahí si no podía llevar su trabajo a cabo de manera correcta y respetuosa. Mi voto fue para Tomás Jocelyn-Holt, y sí, le tomé foto, pero no al voto marcado; mi candidato tuvo el 0,19% de los votos, ubicándose, tristemente, como el candidato con menos sufragios en la historia del país.

Volviendo a lo anterior, Michelle Bachelet ya demostró ser una mala gobernante, su labor ha sido criticada por numerosas personas, muchas de las cuales formarían parte de un eventual gabinete, y es que la ambición es grande: ahora Camla Vallejo, esa que es bien “del pueblo”, ganará un sueldo millonario a consta de nosotros.

Por el otro lado está Evelyn Matthei, la candidata de la UDI, partido popular pero medieval: aún cree que existe un dios, que el aborto es un pecado, que el matrimonio homosexual no debe aprobarse, y muchas otras tonteras. Y yo me pregunto: ¿esa gente que votó por ella realmente se tragará el cuento mesiánico que intenta contar?

Todo esto lo escribo desde la comodidad de la biblioteca de mi Universidad, y comprendo que muchas cosas están mal: la falsa armonía que acá existe no está presente en la vida de todos, no todos pueden ingresar a un lugar como este y “ser alguien en la vida”, las cosas están relativamente mal, y debe arreglarse eso, nada más que eso. Ya querer cambiar todo, partir desde cero, es un poco extremo.

No sé qué haré para la segunda vuelta, podría ir y dibujar un pene en mi voto, o quedarme en casa mirando alguna serie y comiendo. Ninguna de las dos candidatas me representa, y sé que a muchos les ocurre lo mismo. Bueno, así es nuestra democracia. Y así es nuestro país, desmemoriado y resentido, pero sólo para algunas cosas, cuando les conviene.

En una pausa mientras escribía este post, hablé con una compañera de carrera, y le pregunté si estaba triste por ayer, y me dijo que no, que está esperanzada, ojalá que el 2017 la gente razone.

Esperemos que quien salga electa, y lo más probable es que sea Bachelet, no le haga tanto daño al país. Y que si llega a no cumplir sus promesas yo pueda reírme en la cara de todos aquellos que confían ciega y estúpidamente en ella.

Votar por Bachelet o Matthei es una aberración, lo que significa que tendremos una aberrante segunda vuelta.

Obtuve información de aquí.


Volver a la Portada de Logo Paperblog