Primero: Australia árida en tonos ocres, amarillos. Paisajes desérticos sin mucha información como la mente del protagonista (Jamie Dornan) quien está amnésico y no sabe absolutamente nada de sí mismo. Un buen comienzo para él y nosotros como espectadores: todo por descubrir. La duda ontológica de no saber quién es, finalmente le llevará a un viaje a lo desconocido en el que de manera inesperada y casi sin proponérselo, estará acompañado de manera contundente por una hermosa y original mujer (Danielle MacDonald). Que duo tan maravilloso. Lo que están vivir alcanza lo imposible, absurdo y cómicamente trágico.
Segundo: Irlanda verde, marítima, fría. Paisajes exhuberantes, lluviosos y nublados, acantilados. Familiar para quienes conocen al protagonista (su madre, por ejemplo (Olwen Fouéré) pero no para él mismo. Sigue sin memoria. Las cosas se van enredando cada vez más y se ponen peligrosas a cual más. El pasado no perdona y persigue con saña al protagonista. ¿Los errores se pagan?
Un serie bien escrita, llena de giros inesperados, humor negro y personajes ricos en matices. un reparto magnífico entre Australia e Irlanda. La pareja protagonista se sale de los esquemas y eso la hace inolvidable. Es para NO PERDÉRSELA.
La historia juega a la originalidad y lo logra. En este caso, punto para NETFLIX.
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