El último duelo de evariste galois

de Francisco J. Sánchez Lizón.

Título: El último duelo de Evariste GaloisAutor: Francisco J. Sánchez LizónEditorial: Tandaia, 2016Páginas: 336.
Resumen oficial.
A finales de mayo de 2010, un hombre aparece muerto en las proximidades de su casa de campo, en Elche. Ha sido acuchillado en el bajo vientre. Un año después, en mayo de 2011, otro hombre es asesinado en el interior de su vivienda, en Don Benito. También presenta evidencia de acuchillamiento en el bajo vientre. En ambos casos se plantea la hipótesis de un violento robo.
En mayo de 2012, los detectives Laplaza y Ripoll, enemigos irreconciliables, contarán con la ayuda de una licenciada en matemáticas y la bonita historia de un personaje francés del siglo XIX para dar caza a un asesino que actúa bajo el mando de una mente paranoica.
Impresión personal.
Las y los que leemos tantas novelas policíacas y novelas negras cada vez tenemos más problemas para que una novela nos sorprenda por la trama de acontecimientos. Cada vez nos volvemos más exigentes a la hora de leer este tipo de libros y muchas veces, al menos yo, vuelvo a ellas casi para relajarme porque suelen ser novelas de fácil lectura sin muchos quebraderos de cabeza para momentos donde no me apetece complicarme la vida. Si por algo me ha llamado la atención esta novela es porque esa trama es del todo original y compleja. Unir matemáticas y crímenes encadenados apunta a que estamos ante un autor con la cabeza muy bien amueblada que cuida hasta el último detalle de aquello que escribe y sobre lo que escribe.
No tenía ni idea de quien era Evariste Galois, ni siquiera me sonaba el nombre de nada y hete aquí que un compañero matemático que me sigue en Goodreads me llamó la atención sobre el nombre que aparecía en el título. Y es que Evariste Galois es un famoso matemático que desarrolló una teoría llamada Teoría de Grupos, de la que he leído algo y de la que no he entendido absolutamente nada. Murió a causa de las heridas provocadas en un duelo de espadas. Este personaje, su vida y, sobre todo, su muerte llevan al autor a montar una trama de asesinatos en serie sumamente interesante y original que ha llamado mi atención.
La trama la vamos conociendo a través de lo que nos van contando cada uno de los personajes principales: el inspector Victor Laplaza, su nuevo ayudante Eric Ripoll y el propio asesino. La visión de cada uno de ellos nos hará avanzar por los hechos que van aconteciendo en la novela como si tuviéramos puestas unas gafas tridimensionales, lo cual ha añadido valor a lo que iba aconteciendo. Sin embargo, aunque todo parecía un camino de seda, el autor ha logrado sorprenderme casi al final. Me ha pillado totalmente descuidada porque pensaba que ya iba sobre seguro. Me preguntaba porque cada crimen ocurría donde ocurría desde que el segundo apareció en Don Benito (Badajoz), un pueblo que conozco bien. Pensé que el autor tenía relación con el pueblo de alguna manera, aunque el primer asesinato ocurría en Elche. En fin, que me ha tenido todo el tiempo intrigada haciéndome mil cábalas y sin atinar ninguna, claro.
Los personajes están perfilados lo justo para que la trama fluya sin problemas. La verdad es que la relación entre los dos policías, que no es buena, por aquello de poli viejo en decadencia frente a poli nuevo y avispado, a veces resulta desagradable y eso que Eric Ripoll, el policía más joven, torea estoicamente a su nuevo compañero con gran soltura.
En definitiva, me ha gustado mucho la trama de la novela; esa manera de unir las teorías matemáticas de un personaje real con una serie de asesinatos realizados por un tipo sin escrúpulos pero original e inteligente al máximo. Teniendo en cuenta que no hay que echar ninguna cuenta matemática que os pudiera asustar, os recomiendo esta novela sin duda porque su trama se sale de lo habitual.