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El último verano de la Boyita (Julia Solomonoff, 2.009)

Publicado el 22 septiembre 2012 por Rugoleor @rugoleor

El último verano de la Boyita (Julia Solomonoff, 2.009)

El último verano de la Boyita (Julia Solomonoff, 2.009)

Ficha:

Título Original: El último verano de la Boyita.
Directora: Julia Solomonoff.
Guionista: Julia Solomonoff.
Intérpretes: Guadalupe Alonso, Gabo Correa, María Clara Merendino, Mirella Pascual, Guillermo Pfening, Silvia Tavcar, Nicolás Treise, Arnoldo Treise.
Productores: Pepe Salvia, María Teresa Arida, Lucía Seabra, Julia Solomonoff.
Fotografía: Lucio Bonelli, Julia Solomonoff.
Música: Sebastián Escofett.
Montaje: Rosario Suárez, Andrés Tambornino.
Nacionalidad: Argentina, España, Francia.
Año: 2.009.
Duración: 85 minutos.
Edad: 7 años.
Género: Drama.
Distribuidora: Warner Bros Entertainment España, S. L.
Estreno: 21-05-2.010.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 2.203.
Recaudación: 11.115,74 €.
Calificación: 5,807.

Sinopsis:

En un espacio aparentemente bucólico, un secreto se revela, accidental, espontánemente. Al volver de una cabalgata, Jorgelina nota una mancha de sangre en la montura. Y otra mancha en el pantalón de Mario. Mario no sabe qué decir. No sabe por qué, pero él no es como los demás. Jorgelina a partir de este descubriento lo acompañará en el camino de descubrimiento y aceptación de su sexualidad. Una revelación que en lugar de separarlos los unirá más de lo imaginado. La Boyita era una casa rodante que tenia la mágica capacidad de flotar, una especie de anfibio doméstico. Desde que mis padres la compraron, yo imaginaba aventuras en ríos y bosques, pero la Boyita fue juntando polvo y juguetes, estacionada en el fondo de nuestro patio, se convirtió en escenario de juegos y confesiones. Un verano todo cambió: mis padres se separaron, mi hermana mayor entró en la adolescencia, cerrándome la puerta del baño, mudándose de cuarto reclamando privacidad, una palabra que sonaba a rechazo, a soledad. Ante la perspectiva de unas vacaciones en la playa en las que seria dolorosamente excluida por mi hermana y sus amigos, decidi irme al campo con mi padre, en busca de Mario, el hijo de los peones. Pero Mario también estaba pasando por una transformación, bastante más excepcional que la de mi hermana. El no era un chico como los demás y ese descubrimiento en lugar de separarnos, nos unió. Entre siestas, cabalgatas y visitas al tajamar, nos asomamos, desprejuiciados y curiosos, a los misterios de la sexualidad, descubriendo una realidad que los adultos no se atrevían a enfrentar.

Comentario:

Con una trama argumental que remite a “XXY”, de Lucía Puenzo, o “La ciénaga”, de Lucrecia Martel, la también argentina Julia Solomonoff indaga en el universo adolescente y lo complejo del despertar sexual a través de la relación entre dos hermanas: la mayor, Luciana (María Clara Merendino) ya es una mujer, mientras que Jorgelina (Guadalupe Alonso), al notar la distancia creciente, se acerca cada vez más a Mario (Nicolás Triese), un chico que trabaja en el campo y que siente una incipiente atracción por ella.

Crítica:

27-05-2.010 – ANTÓN MERIKAETXEBARRIA

El año del despertar

Las películas que describen el despertar a la vida, a la sexualidad, de unos niños al filo de la adolescencia son tan numerosas que podrían formar casi un subgénero. De modo que realizar algo realmente original con semejante premisa argumental constituye un auténtico desafío, que a estas alturas muy pocas veces supera la mera discreción. Es, precisamente, lo que sucede con esta película argentina, firmada por la cineasta porteña Julia Solomonoff, realizadora de “Hermanas”. Sensible desde un punto de vista ético y aseada desde un punto de vista estético, el filme muestra las acciones y reacciones en relación con la naturaleza más íntima y secreta de sus púberes protagonistas.

Y, si bien es cierto que lo hace con mesura y tacto, forzoso es reconocer que al filme le falta garra, hondura e inmediatez. Un verano en el campo es el marco en el que se inscribe una aventura vital, en la que tampoco faltan los ribetes simbólicos en relación con el tema abordado, donde el paso de la infancia a la edad adulta aparece expresado con tanta contención que no termina de calar en el ánimo del espectador. Fotografiada con tino e interpretada por una pareja de actores infantiles con cierto encanto, “El último verano de la Boyita” se decanta por un juego sentimental tan bienintencionado como inofensivo.

Es cierto que no se pueden pedir peras al olmo en los cambiantes tiempos cinematográficos que corren, sobre todo si tenemos en cuenta obras maestras del calibre de “Juegos prohibidos (René Clément, 1.952)”, “El espíritu de la colmena (Víctor Erice, 1.973)” o “Amarcord (Federico Fellini, 1.974)”, pero sí al menos exigir un mayor riesgo, liarse la manta a la cabeza, dar un valiente paso adelante a la hora de filmar estos tiernos estados anímicos a edades tan tempranas, durante los verdes años en la copa del más frondoso árbol de la vida. Así pues, nada de particular en relación con esta historia intimista, de sueños rotos, bañada por una iluminación tan candorosa como discreta.

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