El único platillo volante de verdad es un frisbee

Es la primera vez que me aventuro a contar mi opinión sobre el tema ovni y no lo he hecho antes porque me resulta por un lado aburrido y por otro fuera de toda lógica.

Yo distingo entre vida y vida inteligente, fuera de este planeta -dentro a veces parece que lo de la vida inteligente es un sarcasmo-.

Parece claro que vida hay por cualquier cacho de roca en el que haya algo de agua y una fuente de energía (interna o externa), los científicos cada vez están más sorprendidos de la naturaleza de los organismos extremófilos, que aguantan más que un japonés en una tienda de Apple.

Para que exista vida inteligente hace falta que las condiciones sean más agradables y duraderas, como ha sucedido en este planeta durante unos pocos millones de años. Y estamos hablando de una estrella de tercera generación como la nuestra, en la que ya es más fácil que en sus sistema aparezcan elementos más pesados como el hierro, necesarios para una evolución compleja.

Pero esto no hace que sea imposible, si de hecho el homo sapiens ha evolucionado hasta el estado actual, algo similar ha podido suceder en algún sitio más de entre los cien mil millones de estrellas de nuestra galaxia. Si hacemos caso a la ecuación de Drake,  el hecho de que haya vida inteligente es algo que ocurre con relativa frecuencia en el Universo.

Ahora bien, que haya vida inteligente en algún punto del Universo, no es garantía de que existan platillos volantes.

Primero. Esa vida inteligente debería tener una tecnología que les permitiera salir de su planeta y emprender viajes interestelares. Cosa que todavía nosotros no hemos logrado, porque enviar los Voyager a la aventura fuera del sistema solar es como considerar a Carrero Blanco como el primer astronauta español: un mero deseo.

Segundo. Esa civilización capaz de realizar viajes interestelares debería estar a una distancia relativamente cercana a nosotros. De hecho aún estando en nuestra misma galaxia, con una anchura de 100.000 años luz (bueno según la última medición parece que es la mitad…), las naves de esa civilización iban a tener que pasar la ITV unas cuántas veces antes de llegar a nuestro planeta.

Tercero. No creo que a una civilización tan avanzada como para alcanzarnos le despertáramos tanto interés como para enviar naves y más naves; que si hacemos caso a todos los posibles avistamientos parece que la Tierra está en medio de la operación salida de Alfa Centauri. Además, en el caso de que decidieran explorarnos no les importaría mucho dejarse ver.

Cuarto. Lo más probable es que para explorar cualquier sistema ajeno al propio, enviaran robots, tal y como lo estamos haciendo rudimentariamente nosotros con las máquinas que enviamos a multitud de cuerpos del sistema solar. Y espero que cuando equipemos nuestros robots con una inteligencia artificial que les haga más autónomos, en ella se incluya capacidad para interpretar un mapa y puedan aparcar la nave espacial en un sitio espacioso, como el desierto del Sahara, en lugar de dar vueltas por encima de ciudades intentando aparcar en el centro, cual vulgar dominguero.

Tantas luces,sucesos raros y demás chaladuras que se pueden ver en repetitivos documentadas no son más que hechos que no pueden ser explicados por defectos en la observación, o ser experimentos que no conocemos.

La Ufología me parece una religión más, como el fútbol o Star Trek: están alejadas del razonamiento y se fundamentan en actos de fe más o menos folclóricos. Aunque no todo iba a ser peyorativo en la ufología, este entretenimiento estimula la imaginación y a la par supone un gran entretenimiento en el campo de la ciencia ficción.

Lo cierto es que el único platillo volante real que verás en tu vida será un frisbie.