El Valencia Basket saca el carácter ante el Caja Laboral

 
Mientras había quien afilaba la guadaña, tras los malospartidos realizados por el Valencia Basket, el equipo de Paco Olmos viajaba aVitoria con el único objetivo de mejorar la imagen. En cambio, los primerosminutos de partido no dieron más que la razón a los que estaban desempolvandoel cadalso con el que poder ejecutar al técnico, tras llevar poco más de 15días de competición. El arranque de partido de los valencianos fue patético. Nohabían salido del hotel o no sabían que estaban en un partido de baloncesto dealto nivel. Baskonia arrollaba a los naranjas.
Totalmente evaporado, el equipo de Paco Olmos daba señalesde caer con estrépito en el Iradier Arena, provisional casa de los vitorianos.Parcial de 14-2 de arranque y el equipo completamente deshecho. El técniconaranja pidión un tiempo muerto. Esiró las orejas que debía estirar y lanzó lasconsignas necesarias para poder insuflar unos gramos de carácter en su equipo.Amén que lo consiguió. Tras el minuto en el banquillo el equipo salió con otramentalidad a la pista.
El partido demandaba intensidad defensiva, construir desdelos cimientos y así se hizo. Empezaron defensas rocosas, apegalosas, de las quePietrus es especialista. El equipo entonces salió a flote. Ligeramente asomó elperiscopio con un primer parcial de 0-7. Sorprendentemente Faverani surgía comosolución de urgencia muy efectiva y De Colo como el base desatascador. Así, lasegunda unidad valenciana producía, mientras que los locales buscaban mantener ladiferencia en el electrónico. 24-15, una nueva versión de los valencianos sepresagiaba, lejos de la dad en el cuarto, en la que sólo se consiguieroncapturar dos rebotes.
El camino ya estaba andado y con De Colo el equipo ganabafluidez, Ogilvy aportaba puntos interiores y Faverani era más que fiable enataque y útil en defensa. Xino-xano los naranjas se colocaban a tan sólo 3puntos, 24-21. Toda una hazaña tras los primeros diez minutos. Sólo dos faltasseguidas de Lishchuk y la tercera de Pietrus frenaron la línea ascendente delos de Paco Olmos, lanzados a la yugular de los de Dusko Ivanovic. El técnicomontenegrino sólo contaba con Teletovic y con un ocasional Reggie Williams,dispuesto a zamparse el partido.
Ante los problemas de faltas, surgió la figura de RafaMartínez. El catalán entendió bien el partido y se puso en la espalda a suequipo. Tres tiros libres, un triple, un costa a costa, otro lanzamiento desde6,75 reboteado por Markovic y, primera ventaja, 34-35. Un puntito, anecdótico,pues luego el Caja Laboral anotaría un triple para poner el 37-35 al descanso,pero una primera anticipación fundamental para el devenir del choque. Elconjunto vitoriano ya sentía el aliento en el cogote de los de Olmos.
Paso por el vestuario y, tras la preceptiva regañina deIvanovic a los suyos, arrancaba la segunda mitad. Olmos decidió, como es sudogma, poner al mismo quinteto que arrancó pésimamente el partido. Una apuestapor sus titulares. No se iba a equivocar. El partido se convirtió en unintercambio de golpes y canastas. Williams era la figura de los vitorianos yNik Canner Medley pedía protagonismo. Sin embargo, quien iba a comenzar surecital era el serbio Stefan Markovic. Con la gran defensa de Pietrusacompañando, el galo incluso anotó un triple, el base naranja comenzó arepartir juego y a anotar. De todos los colores. Reboteaba asistía y permitíque VIctor Claver jugara cerca de la canasta para poder forzar situaciones enventaja. Parcial de 0-14 y ventaja de 8 puntos para los valencianos. Euskadi enterase frotaba los ojos. Increíblemente el Valencia Basket, con casta, orgullo ybastantes pizcas de talento, había dado la vuelta al marcador.
Pese al logro de la remontada todavía restaban 10 minutos,los más importantes. Un doctorado para Paco Olmos de cómo mover a sus piezas,más todavía cuando su hombre más intenso en el partido, Flo Pietrus, cometía lacuarta falta con menos de un minuto de partido. Lo mantuvo en pista. Arriesgó,dando un par de minutos más de agresividad a la defensa valenciana, ya que fueeso lo que el subcampeón de Europa pudo mantenerse de más en la pista. Quintafalta y problemas. Aunque a Olmos le salía todo de dulce en Vitoria, una de suscanchas malditas. 30 segndos después del paso de Flo por el banquillo Markovicse reunía con él en busca de oxígeno, saltando a la pista un desacertado SanMiguel. No tuvo su día el ex de Manresa. Dos triples consecutivos de loslocales para el 61-65. Miedo en el cuerpo.
Sin embargo, la corta distancia no amedrento a un equiponaranja seguro de si mismo. Lishchuk luchaba en las dos zonas y Canner Medleyejecutaba. Se recuperaba la distancia de seguridad de 8 puntos, 61-69. Elequipo se mantenía, y la entrada de Markovic fue la ejecución de un planredondo. El serbio manejó el partido como un yo-yo y ni siquiera la quintafalta del ucraniano a falta de más de un minuto para el final del choque, llegóa inquietar ya a un equipo que iba a sacar un botín espectacular de Vitoria.72-82, fantasmas esquivados y varios protagonistas en el partido. Rafa por suraza y acierto, 21 puntos, Pietrus y Markovic por su intensidad y su criterioy, por último Paco Olmos. El técnico valenciano va dando muestras, con el pasode los días. De que va conociendo mejor a su plantilla. Eso se ha de notar.
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