Primero creamos nuestro monstruo verde porque está muy tranquilo.
Y luego nos calmamos nosotros, sobre todo después del recreo que llegamos algo inquietos. Por parejas y una música relajante de fondo, seguimos las indicaciones de la seño y "paseamos" la pelota por nuestra pareja muy suavemente, haciendo circulitos o pequeños saltitos.
No todos se relajan por igual: unos tienen demasiadas cosquillas, a otros les cuesta controlar la pelota y se les escapa y
otros cierran su ojitos y se dejan llevar por las sensaciones.