Elimina los mitos sobre la conducción y protege a tu familia en el coche

Las mañanas suelen ser complicadas, sobre todo cuando hay que organizarse con niños: desayunos y preparaciones a contrarreloj con el fin de que todos lleguemos al destino a tiempo: ellos al ‘cole’, a la guardería o a casa de los abuelos y nosotros a trabajar. Una rutina donde cada vez es más frecuente que incluya trayectos en coche.

Por eso es importante recordar que conducir con niños a bordo conlleva un especial cuidado y adaptación, tanto de la conducción como del vehículo. Todos somos testigos o protagonistas de estrés al volante en la ciudad, pero cuando llevamos niños en la parte trasera debemos cambiar nuestra conducta, por su seguridad y por su educación. Una conducción menos brusca y rápida, evitar las distracciones que puedan causar los niños con cerraduras o ventanillas y reforzar la atención en la circulación para poder reaccionar antes serían algunas de las pautas esenciales.

En el caso del vehículo es fundamental colocar asientos de sujeción homologados y aptos para los niños según la edad, como las sillas o los alzadores, sin olvidar el imprescindible cinturón de seguridad. No hay que caer en el error de pasar por alto alguna de estas medidas porque “es un trayecto corto de un par de calles” ni porque no tenemos tiempo, ya que ni la distancia ni las prisas son excusa para poner el riesgo ninguna vida.

Pero también hay que extremar las precauciones en el propio coche, realizando las revisiones periódicas y controlando su mantenimiento. Precisamente en este último destaca el caso de los neumáticos. Éstos suelen ser subestimados a veces y, sin embargo, son pieza clave para la seguridad de todos los ocupantes del vehículo, pues de ellos depende la estabilidad del coche, así como su capacidad de frenado.

Además, hay una serie de mitos en torno a los neumáticos y su duración, su influencia en el consumo de combustible o el tipo de desplazamiento y velocidad. De esta forma, existe la falsa creencia de que los trayectos en ciudad desgastan menos que los largos por carretera y por eso una duración extra en las ruedas no es necesaria. Sin embargo, resulta que la conducción urbana consume las gomas 2 veces más rápido que la conducción por carretera.

Otro de los pensamientos erróneos es que el mayor o menor consumo de combustible depende únicamente de lo que aceleremos, pero lo que no sabemos es que entre el 10% y el 70% de ese gasto está relacionado con los neumáticos, algo que se multiplica en las zonas urbanas, ya que aceleramos y frenamos más veces. A esto hay que sumarle el tercer mito, según el cuál el riesgo de accidente en ciudad es menor porque los trayectos son más cortos y menos rápidos. En cambio, está demostrado que alrededor del 60% de los accidentes se producen justamente en las ciudades y a velocidad reducida. Además, independientemente de la velocidad, existe multitud de factores que pueden afectar a la frenada (estado del pavimento, condiciones meteorológicas…), por lo que la capacidad de los neumáticos para frenar es clave.

Por todo ello y con la seguridad como objetivo básico, Michelin ha lanzando la serie de neumáticos ‘Michelin Total Performance’ capaces de albergar todas las prestaciones necesarias para deshacerse de estos mitos e ideas contradictorias. Así, los neumáticos Michelin Energy Saver+ además de proporcionarnos un 10% más de superficie de contacto, duran un 30% más otras marcas y nos pueden ahorrar hasta 60 litros de combustible mediante una disminución de la resistencia de rodadura. Por su parte, con el modelo Michelin Primacy 3 tendremos garantizado un mayor agarre tanto en seco como en mojado gracias a su revolucionaria fórmula de compuestos de goma.

Sin duda, toda una apuesta por la duración extra, la reducción del consumo de combustible y la calidad de frenado que aseguren nuestros viajes y la protección de los nuestros.

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