Elitismos varios

El ser un poco más que el resto es un casi un instinto en el ser humano.  A medida que el individuo se adentra en el conocimiento de una materia que al resto le es desconocida se aísla de esa mayoría, y una vez en su isla éste tiende a preservar ese status diferenciado ya sea consciente o inconscientemente.
En literatura, en cine, en música,en deporte...los especialistas en la materia, ya sean críticos, aficionados, periodistas tienden a mostrar este comportamiento.
Observamos que el crítico literario huye del best seller y lo condena por sistema por el mero hecho que llega a la gran masa. Difícilmente veremos un best seller alabado por un crítico, sería como reconocer que está al mismo nivel que el resto de la humanidad y a eso no está dispuesto.
Generalizando bien es cierto que el best seller sólo busca la complacencia fácil del lector, el mantener el interés en base a un argumento y descuida la narración en sí, el medio en que se expresa la literatura. Pero no siempre es así. Intuyo que si El Conde de Montecristo, Los tres Mosqueteros, Los miserables fueran obras actuales no serían ni la mitad de valoradas que lo son ahora por esa élite cultural de la que hablo.
Ejemplo de ello fue Hitchcock, el genio británico fue ninguneado por la crítica que sólo supo ver en él un autor que optaba por lo fácil, secuestrar la atención del espectador con giros argumentales. Pero no supieron ver que el director incluía el lenguaje que utilizaba, el cine, la imagen y el sonido como cómplices de ese objetivo. Y ahí radica la grandeza de Hitchcock.
En música tres cuartos de lo mismo, a medida que ahondamos en ese medio tendemos renegar de lo masivo por el hecho de ser mayoritario y no por el escaso valor artístico que acostumbra a presentar una canción, por ejemplo, y muchas veces no queremos rascar un poquito más ni aislarnos de ese presunto elitismo.
Debemos condenar la falta de calidad de las diferentes expresiones artístico per se y no porque con esa condena nos desmarcamos de la mayoría y nos sentimos mejores que los demás.
Además bien están si consiguen captar a nuevos adeptos a la causa, leer un best seller, leer dos best dellers, leer muchos best seller bien está si éstos despiertan la inquietud del lector y le predispone a ahondar en obras de más enjundia.
Todo tiene su lado positivo.
Y quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra, eso sí no seré yo quien diga que  Bustamante es el mejor intérprete del mundo mundial.
¿Y por qué de este rollo que os he soltado?, pues se me ocurrió cuando en Tv3 los aficionados  y periodistas a  Formula 1 se quejaban del poco ruido que este año hacen los motores de los bólidos, que se pierde la magia, que ya no es lo que era, que lo que "molaba" era ir la circuito con sus tapones para los oídos y no oir nada más allá que el ensordecedor rugido de los motores... Y yo anonadado he querido encontrar una explicación a este parecer que se me antoja arbitrario. Claro que yo no tengo ni idea de Formula 1 y no soy quien para debatir tal sentencia formulada por tan ilustrados expertos en la materia, expertos en la materia que de paso me podían explicar algún día por qué a los mecánicos de Formula1 nunca se les ve con la vestimenta sucia: ¿cómo lo harán?