Esta semana estamos un poco escatológicos, porque tenemos que contaros nuestra experiencia en el váter, pero no seáis malpensados, porque lo que quieren es que os hablemos de si el WC todavía es un remanso de paz y tranquilidad.
Desde el momento en que me casé ese espacio, ese lugar, ese tiempo, dejó de ser tan privado, aunque por suerte, mamacangreja me respetaba bastante y me dejaba leer, ver el móvil, leer las etiquetas de los productos que tenía a mano, etc. Ya sabéis, esas cosas que hacemos cuando estamos solos en el baño y que son tan relajantes.
Pero a partir de la llegada de cangrejito, y más concretamente, de cuando empezó a andar, eso pasó a ser pasado pluscuamperfecto. Desde ese día, cada vez que he tenido que ir al baño e ido acompañado. Cangrejito atrajo a mamacangreja, después llegó Linda que también le cogió el gustillo y se unió a la comitiva. Ahora esta bebécangrejo y es uno más.
Así, que ahora cada vez que voy al baño aprovechamos para hacer las reuniones familiares y tratamos los temas importantes que tengamos pendientes. Lo que no sé, es si poner una nevera pequeña debajo del cambiador de bebécangrejo con unos refrigerios, quizás incluso una tele pequeña o algo.
A veces, recuerdo con nostalgia aquellos días en los que ir al baño era sinónimo de concentración, análisis o simplemente relajación, pero luego se me pasa.
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