Emperor of the North Pole

Emperor of the North  (1973)  El emperador del norte

ROBERT ALDRICH

Antes de los títulos de crédito genéricos y despuésde un rótulo que sitúa la acción del film en el año 1933, en plena gran depresión U.S.A., hay una largasecuencia  en la que se describe a uno delos personajes centrales, Shack (ErnstBorgnine): aprovechando las maniobras que efectúa el tren del que éste esencargado, uno de los muchos vagabundos que acechan desde la maleza, y observanla escena, aprovecha para subirse a un vagón; Shack  que se ha dado cuentade lo que sucede, se dirige hacia el y le asesta cruelmente un martillazo en lacabeza. Shack es un hombre brutal,enemigo de los vagabundos que intentan viajar gratis en “su” tren (el nº19), y no duda incluso en combatirlos hasta lamuerte. El marco ha quedado dicho, la gran depresión, época en la que elpaisaje americano estaba lleno de desesperados y vagabundos, fugitivos delas  miserias de las ciudades, pueblos ygranjas. Tras la escena inicial aparece otro de los personajes, A nº1 (Lee Marvin) a quién se muestraasimismo en un momento de triunfo (burlando a otros vagabundos que le quierenrobar una gallina). Está claro que la película va a enfrentar a Shack “Rey desu tren” con  el numero uno de losvagabundos, el llamado Emperador del Norte, más conocido por Anº 1. Aparte de este enfrentamiento clarocon el que culmina la segunda parte de la película, El emperador del Nortecuenta también simultáneamente el fracaso de un aprendizaje: El que imparte A nº1 a un joven vagabundo llamado Cigaret (Keith Carradine). No es elúnico fracaso que se cuenta, A1 logra viajar gratis en el tren de Shack, peroéste queda vivo y, sin duda en el futuro sabrá vengarse; Shack está vivo, peroen el fondo a perdido una apuesta, ha sido destronado, ha perdido su “poder”sobre el tren. Aunque ganen todos los personajes de The emperor of the north pierden algo; Cigaret laposibilidad de ser un nuevo Anº1 (según A1 le falta corazón y carece de razonamientos). Aldrich, como había hecho en otros trabajos, estando además en elpunto álgido de su carrera, ya había mezclado lo grotesco y la tragedia no consumada, que sabe trasladar al marcopersonal (las sucesivas incursiones en el terreno de la picaresca: el robo del pavocon la humillación  que sufre el policía  a manos de los vagabundos, y el episodio de lasecta religiosa en el río, que concluye con el robo de las prendas de fieles y predicador).Habrá quien la acuse de demasiada tendencia al subrayado, o menos planos de un histriónicoBorgnine. Como en otros trabajos de Aldrich, este en el terreno de la G: Depresión , cuanto en la habitualidea Aldrichiana de la violencia social; aquí  aparece como la consecuencia de una forma de viday de la injusticia y   del abuso de poder que todo ser humano parece llevardentro. De todas formas, los perdedores también ganan… a veces. Película que marcaa fuego ciertas imágenes, imprescindible para amantes del cine de Aldrich y/o delas aventuras en medio de la gran depresión.