Revista Comunicación

“Emprender puede consistir en enfrentarte a tus miedos de mil maneras distintas”

Publicado el 24 octubre 2014 por Lorena White @lorenagwhite

Si en la vida hubiera un botón de PAUSA, si tuviéramos un momento entre tanto lío, si por una vez intentáramos distinguir lo que es realmente importante de lo que no; lo que nos hace felices de lo que nos daña, nos daríamos cuenta de que las cosas pueden ser mucho más simples de lo que creíamos.

Hoy, en esta nueva entrega de #viernesinspiradores, os traigo una entrevista muy especial que le hice a Deborah Marín, alma y corazón de Oye Deb, un blog que os recomiendo seguir encarecidamente porque es todo inspiración. Desde aquí le doy las gracias a Deb, que me permitió poder contar con ella par esta sección :)

oyedebentrevista

¡Hola Deb! En primer lugar, muchas gracias por concederme esta entrevista y bienvenida a mis #viernesinspiradores.

Hola! Gracias a ti por pensar en mí!

En primer lugar, me gustaría hablar sobre ti, para aquellos que todavía no te conozcan, ¿cómo empezó tu aventura? ¿Qué se pueden encontrar tus lectores en tu blog, Oye Deb?

La historia corta sería algo así como que yo trabajaba por cuenta ajena en algo que estaba muy bien, pero no me hacía muy feliz, me echaron y sin saber muy bien qué hacer, pero sabiendo seguro que no quería nunca más trabajar para otra persona, empecé a hacer cosas al tuntún, siguiendo mi instinto. En un período de cuatro años monté 3 empresas que funcionaban relativamente bien y de las que aprendí mucho, pero seguían sin ser excactamente lo que yo quería hacer con mi vida (y siendo una persona obsesionada con esta idea, el tema me hacía sufrir  mucho).

Tras mucho replantearme las cosas y mucho probar y mucho investigr, di con una idea mágica: ¿qué tal si me centrase en escribir sobre el proceso de encontrar qué hacer con tu vida? ¿Qué tal si tratase de contagiar al mundo mi pasión por el emprendimiento bien emprendido?

Y llegamos a la actualidad. Tú escribes sobre el emprendimiento a medida e inspiras a otras personas a que cambien su vida para llegar a ser realmente felices. Cuéntanos más sobre esta idea.

Emprender a medida es lo mismo que emprender, o sea, crear tu propio puesto de trabajo y ser tu propio jefe, pero teniendo en cuenta algo muy importante: no creas el negocio por motivaciones externas (dinero, prestigio, aprobación…) sino internas, con lo que se trata de iniciar algo que responda a una urgencia personal, a una “llamada”a tu creatividad, a tus valores… Algo que encaje además perfectamente con tu mera de entender la vida y tomar el control de tu existencia.

Es decir, cuando emprendes a medida tu negocio se adapta a ti y no al revés.

Tú sueles decir que emprender es un estado emocional. ¿Tiene, por tanto, que ver más con sentirse libre para hacer lo que uno quiere que con el simple hecho de trabajar por tu cuenta?

Lo del emprender últimamente se ha hecho una bola muy grande y parece, o bien que todos tenemos que ser emprendedores o que sólo unos pocos elegidos pueden serlo porque es una tarea dificilísima. Según la RAE, emprender es “acometer y empezar una obra, un negocio o un empeño, especialmente si  encierran dificultad o peligro“. Hay que fijarse que lo del negocio solo es una de las tres posibilidades. Y evidentemente, hay muchas más que tres.

Emprender puede consistir en enfrentarte a tus miedos de mil maneras distintas. Puede consistir en atreverte a vivir como de verdad quieres y no como te han dicho que debes. Por eso me gusta especificar que uno puede emprender trabajando por cuenta ajena también, y como has dicho, que emprender no es más que un estado emocional.

Emprender es tomar el control de tu vida e ir a por cosas que normalmente no se sienten cómodas pero que son lo que uno desea.

¿Y qué le hace falta a una persona para empezar a cambiar su vida, además de las ganas reales de hacerlo?

Nada más que eso: las ganas reales de hacerlo. La decisión que implica acción lo cambia todo. Sólo sabes que estás en marcha cuando das el primer paso, y este primer paso es distinto para cada persona. La diferencia entre los que cambian su vida y los que no, es que los que cambian son activos, no pasivos. Hacen cosas. Toman acción y responsabilidad sobre sus decisiones.

Fantasear con cambiar, refugiarse en los sueños de futuro, esperar que las cosas se coloquen solas mágicamente, leer y aprender mucho pero sin poner nada en práctica… Todo eso no sirve de nada. Todo cambio implica acción.

¿Y qué pasa con el miedo que da verse ante el abismo de empezar?

El miedo no es nada especial, no hay que tratarlo como algo especial ni cuidarlo o tratarlo como si fuera un tesorito o algo muy frágil. Todas las personas, absolutamente todas, tenemos miedo. Y además tenemos prácticamente los mismos miedos.

Si te das cuenta, de lo poco especial que eres sintiendo lo mismo que el resto de la humanidad, y además te fijas en toda la gente que sigue adelante con sus planes y sus vidas y sus nuevas empresas a pesar de estar igual de cagados que tú, no tienes razón para no superarlo (primero aceptarlo, luego entenderlo, luego superarlo).

Lo que te hace distinta y única son tus talentos, todo eso que puedes aportar al mundo y que estás guardándote para ti como si fuera algo que no vale la pena enseñar. O sea, el mundo al revés. El miedo te está impidiendo cumplir tus sueños, está acabando tu historia incluso antes de que la hayas empezado. ¿Tiene sentido? ¿Es lo que quieres? No creo, no.

Y si te pregunto por la receta del éxito, ¿qué ingredientes, según tu experiencia, llevaría?

Pues, ya sé que esta respuesta no mola mucho, pero en realidad mola más, porque la receta para cada uno es distinta. Muy distinta. El éxito es una medida diferente y un resultado diferente según a quién le preguntes. Para mí incluye trabajar para mí, poder escribir y ser creativa, crecer yo y ayudara crecer a los demás, y que me dé el dinero que necesito y el tiempo libre que deseo.

Si mi trabajo me procura todo eso, no aspiro a mucho más. Y para lograrlo, entonces, lo que yo tendré que poner en juego en mi negocio particular serán unas cualidades muy distintas a las que tendrá que poner en juego quien persiga otras cosas y quien lo esté haciendo además a través de un negocio distinto.

¿Alguna vez alguien ha acudido a ti sin saber lo que realmente le gustaría hacer con su vida, pero sabiendo que lo que hace en ese momento no es, ni por asomo lo que quiere? ¿Qué le has aconsejado?

Sí, pasa más de lo que podría parecer. Somos muchos los que pasamos por esa fase  alguna vez en la vida. Yo no puedo aconsejar nada, sugiero que se siente a pensar largo y tendido sobre quién es realmente, qué cosas sabe que no quiere, qué otras sabe que quiere y que empiece a dar forma a maneras creativas y útiles de poner en práctica su talento y las cosas que se le dan bien y ganar dinero con ello.

No es un proceso que se pueda acelerar para nada, al contrario, hay que darle mucho espacio para ir creciendo. Eventualmente, en unos días o en unos años, si persistes y no olvidas y dedicas espacio en tu vida diaria a hacer esa reflexión, encontrarás tu respuesta.

¿Estás muy cansada de escuchar eso de que “estos tiempos de crisis no permiten este tipo de vida“? ¿Es una realidad o una excusa?

No sé a qué tipo de vida se refieren, la verdad. Si es por la idea de la vida del emprendedor, que nunca sabe si va a cobrar o  cuánto, es difícil meterse en una situación tan insegura en tiempos de crisis y también en tiempos de bonanza, porque lo que estás haciendo es asumir un riesgo personal y vivir con la inseguridad pegada a la espalda, pero al final es una decisión que cada uno sabe si va con su carácter o si se le va a hacer totalmente insoportable.

Si es porque piensan que para empezar cualquier negocio hay que arriesgar mucho y ahora más, lo desmentiré muy rápido: no siempre es necesario arriesgar a lo grande. Muchos negocios (incluido el mío) han empezado sin dinero y en formato muy pequeño y se han ido construyendo desde allí una vez que funcionan.

Grandes cosas han salido de despidos propiciados por la crisis. Para algunos son como el pistoletazo de salida  a una nueva vida y a un nuevo enfoque profesional. No creo que haya un momento histórico más oportuno que otro para emprender, sobre el tipo de negocios que yo propongo: pequeños, personales, atados a las habilidades de la persona, sin gran despliegue de medios…

¿Podrías recomendar alguna lectura molona e inspiradora a los lectores de esta entrevista que te haya ayudado a ti alguna vez?

Me gusta mucho un libro que se llama Elogio a la Pereza, de Tom Hodgkinson. Me vino muy bien para entender que estaba metida en una espiral de trabajo y obligaciones que me estaba impidiendo vivir y ver lo que tenía alrededor. Desde la pereza, además, que es un concepto que doro y que me molesta que esté mal visto. Ojalá más pereza y más vida y menos actividad y menos trabajo.

Hace poco escribiste un post en el que reflexionabas sobre el día que te diste cuenta de que eras una workahólica y decidiste mudarte al campo. Parecía que ya fueras feliz pero realmente no lo era. ¿Es el lado oscuro de ser emprendedor?

En realidad, la cronología fue al revés. Primero me vine al campo, porque sí. No pretendía vivir en el campo, pero quería vivir en otro sitio que no fuera Barcelona (nunca había vivido fuera de allí) y después de valorar muchas posibilidades de ciudades extranjeras e incluso de estar a punto de quedarnos con una casa en otro sitio de España, encontramos una casa preciosa cerca de un pueblo, aquí en Catalunya. Y aquí nos vinimos.

Fue con el cambio de vida que las cosas que no estaban bien (aunque a mí me parecía que estaban perfectamente) empezaron a aflorar. Fue al distanciarme de las rutinas habituales y cambiar el escenario y empezar a dedicar tiempo a conocerme realmente, cuando me di cuenta de que no estaba viviendo mi relación con el trabajo como yo quería, sino como me habían enseñado. Y desde ahí lo empecé a replantear todo.

Desgraciadamente muchísima gente es workahólica (sabiéndolo o sin saberlo y bromeando con ello) porque es parte de nuestra cultura el alabar el esfuerzo y la dedicación y el sacrificio, todo a cambio del éxito social.

Yo ahora, desde mi nuevo punto de comprensión (que tampoco es perfecto ni estoy iluminada cual Buda, pero he mejorado bastante respecto a mi yo anterior) veo que es posible emprender sin sufrir tanto y sin sentir la presión ahogándote cada día.

¿Y cómo era tu vida antes y después de mudarte al campo y empezar de cero?

Prácticamente lo mismo, mi vida no ha cambiado apenas, excepto en lo social. Antes me bajaba muchas tardes a tomar algo con los amigos y ahora mis amigos vienen a mi casa y se quedan a pasar el día o el fin de semana. Así que la relación ha cambiado, para mí, a mejor.

Con el trabajo sigo haciendo lo mismo, que es trabajar cuando me apetece (nunca me pongo horarios ni hago listas de tareas, trato de dejar fluir las actividades como me salen, según lo inspirada que esté), pero ahora, en lugar de descansar saliendo al balcón y mirando las ventanas de enfrente o poniéndome la tele, me salgo a remojar los pies en la piscina o me doy  un paseíto  por el campo o me pongo a mirar flores o insectos.

La única diferencia es cómo me siento en cada actividad. Antes no estaba en el presente y todo era sufrir pensando en lo que iba a pasar y en todas las obligaciones que tenía. Ahora trato de estar donde esté en cada momento y dejar la cabeza a un lado. Si estoy con alguien, estoy con alguien y si paseo, paseo. No estoy con alguien pensando en trabajo y paseando pensando en trabajo. Este simple hecho me ha hecho exponencialmente mucho más feliz, pero no se relaciona con el campo en sí, sino con las cosas que he aprendido este último año. El campo sólo ha sido el catalizador del cambio.

Si te dieran la opción de rebobinar hacia atrás, ¿volverías a vivirlo todo? ¿Y si para el viaje te dejaran una goma de borrar?

No, no cambiaría nada. Soy de las que se sienten felices de cada error o de cada giro aparentemente malo en el camino, porque siempre me doy cuenta de que ha significado un aprendizaje brutal y de que sin cada una de esas cosas, no estaría donde estoy ni sabría lo que sé. No es un falso positivismo de esos que trata de ver lo bueno aunque todo sea una mierda, es que realmente me gusta el sitio donde estoy, lo he construido muy despacito (sin saberlo siquiera) durante 33 años :)

Pues, por mi parte, esto es todo. ¡Muchas gracias por tu amabilidad al contestar esta entrevista!

***

Como veis, hay tantas formas de afrontar la vida, personal y profesionalmente, como personas. Y es que al final, cada uno debe labrarse su propia fórmula, con aquello que crea que es realmente importante y que le  hará realmente feliz.

Hasta el lunes, almas cándidas :)


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