Revista Empresa

Empresa Familiar: Arrogancia Sucesoria

Publicado el 12 enero 2011 por Juan Carlos Valda @grandespymes
Empresa Familiar: Arrogancia Sucesoria Desde la Cátedra de Empresa Familiar nos preocupa el desarrollo de nuestras empresas, especialmente aquellas donde la participación familiar impregna sus objetivos y decisiones. En esta colaboración trataré de relacionar el término emprendedor con el de empresa familiar. Aunque normalmente no están asociados, son conceptos que han de ir de la mano para garantizar la salud y el futuro de nuestras empresas. La importancia de emprender se convierte en vital en la actualidad. Es preciso recomponer nuestro maltrecho tejido empresarial. En este sentido, se necesitan que puedan surgir nuevas empresas pero también que las existentes sigan siendo competitivas. El sueño de un emprendedor es la causa más frecuente para la creación de empresas. Este es el origen de las empresas familiares. Un fundador que vuelca todos sus conocimientos y recursos para poder hacer realidad su ilusión. En estas primeras etapas, el apoyo familiar en términos económicos pero también emocionales resulta indispensable para el éxito. Así, podemos convenir que toda empresa familiar nace como resultado de una vocación emprendedora. Es cierto que una vez consolidada, las empresas familiares afrontan una serie de desafíos críticos para su desarrollo y continuidad. Concretamente hablamos de la necesidad de profesionalizar su gestión. Si bien la gestión personalista del fundador permite la creación de la empresa, en un segundo estadio es preciso desarrollar estructuras y herramientas de gestión a la vez que se cuenta con las personas más preparadas. En este esfuerzo, muchas empresas pierden de vista su orientación emprendedora. Normalmente esta situación coincide con la última etapa del fundador al frente de la empresa. Después de toda una vida de sacrificio y dedicación, cuando se ha conseguido una empresa que genera suficientes rentas, es comprensible que la mayor preocupación sea la consolidación de su obra frente a la asunción de riesgos de inciertos resultados. Esta situación coincide con la incorporación de los miembros de la segunda generación que claman por cambiar, por explotar nuevas oportunidades, por poner en práctica nuevas ideas, en definitiva, por emprender. Aunque estas diferentes perspectivas generen ciertas tensiones, y en algunos casos frustraciones de los sucesores, el diagnóstico es positivo. La continuidad de las empresas familiares es función directa de su capacidad de emprender. Por supuesto es esencial planificar la sucesión en términos de propiedad y de gestión, pero no es menos cierto que el verdadero éxito está en su capacidad de innovar y emprender. Así, el papel del emprendedurismo es fundamental tanto en la creación como en la continuidad de las empresas familiares. El gen emprendedor del fundador es importante que sea transmitido y compartido. En resumen, reconocida la necesidad de profesionalizar las empresas familiares, este proceso debe acometerse con una mirada atenta  a su capacidad emprendedora para asegurar la continuidad de nuestras empresas familiares. Autor Ángel Meroño Cerdán  Profesor Titular de Organización de Empresas y Finanzas y miembro de la Cátedra de Empresa Familiar-AMEFMUR Fuente http://www.laverdad.es/murcia/v/20101226/opinion/arrogancia-sucesoria-20101226.html

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