Revista Opinión

En Andalucía ha muerto la esperanza

Publicado el 08 abril 2015 por Franky
Lo que ha ocurrido en Andalucía con las elecciones es terrorífico. El que una sociedad apoye masivamente a sus verdugos, a los campeones del atraso, la corrupción, el desempleo y la pobreza, sólo indica que algunos humanos regresan, sin darse cuenta, embrutecidos, a sus orígenes de primates. Ningún experto o estudioso era capaz de imaginar siquiera que el socialismo andaluz, después de los escándalos de corrupción que ha protagonizado y de los fracasos que ha cosechado al mantener Andalucía en la cola de España y de Eurupa durante décadas, pudiera triunfar en las urnas y escaparse sin recibir el castigo merecido. Pero ha ocurrido el "milagro", un milaglo inexplicable que solo puede explicarse desde la irracional filosofía del "Vivan las caenas" o el "Viva la muerte". --- En Andalucía ha muerto la esperanza Hasta los demócratas mas pesimistas y desesperados se sienten apesadumbrados e impotentes después del resultado de las elecciones andaluzas del 22 de marzo, en las que el PSOE, el partido culpable de la corrupción y el atraso andaluz, ganó claramente las elecciones y revalidó sus 47 escaños, demostrando que el poder clientelar que ha creado durante las últimas décadas de gobierno es prácticamente invencible.

El modelo del PSOE de Andalucía es un claro triunfador y su método es un logro político, casi científicamente infalible:

El primer ingrediente del modelo es una "democracia trucada y degradada", como la española, donde el poder de los partidos es enorme y donde las leyes, redactadas para beneficio de la partitocracia, permiten muchos abusos, arbitrariedades y hasta delitos que en España son "legales", como utilizar el dinero público para comprar voluntades, lealtades y votos a mansalva.

El segundo ingrediente del fabuloso cóctel andaluz es "una organización mafiosa con forma de partido", organizada y disciplinada, protectora de los suyos, implacable con los adversarios, con todos sus recursos al servicio de la conquista del poder y sin escrúpulos a la hora de anteponer los intereses propios al interés general.

El tercer paso es lograr que ese partido invada el sistema productivo, logrando que gran parte de la población dependa de él, después de haber tejido una densa y completísima red clientelar, capaz de invadir todos los núcleos vitales de la sociedad civil, desde las universidades a los sindicatos, sin olvidar los medios de comunicación, la cultura, el sistema financiero y el sector sin ánimo de lucro, todo intervenido, ya sea directamente, ocupando sillones o controlando a través de subvenciones, acuerdos y favores.

El cuarto aditivo es fomentar la incultura, el pensamiento débil, la confusión, la división, la envidia y otros rasgos que empobrecen, degradan y hacen imposible que en la sociedad subsistan los hombres y mujeres libres y pensantes, esos verdaderos ciudadanos que son el corazón de toda democracia, cada día mas escasos y sustituidos alevosamente por los nuevos borregos amparados por el "sistema".

El quinto y último ingrediente necesario es, precisamente, esa población mayoritariamente inculta, cobarde y conformista que permite la eternización del partido en el poder.

El resultado es una democracia aparente, pero podrida y falseada, donde ni una sola de las leyes del sistema queda respetada, sin separación de poderes, sin una justicia igual para todos, sin castigo para los delincuentes con poder, abierta a la corrupción, sin una sociedad civil fuerte e independiente, sin una prensa libre que fiscalice al poder, sin alternancia en el gobierno, sin cultura democrática, sin ciudadanos, sin democracia auténtica.

Esa "obra de arte" del socialismo andaluz, capaz de ganar una elección tras otra porque los suyos, que son legión, les votan aunque roben, abusen y expandan la corrupción, es la que acaba de ganar las elecciones del 22 de marzo, asegurando al socialismo cuatro años mas de dominio y gobierno en una Andalucía marcada por fenómenos que en cualquier región avanzada llevarían al gobierno de turno hasta la derrota mas contundente: atraso, corrupción, abuso de poder y una alteración terrible de las reglas de la democracia y la decencia.

No es fácil discernir si la Andalucía de Susana se parece mas al PRI o a una de aquellas repúblicas soviéticas dominadas por el PCUS en tiempos de Breznev o Andropov. Es probable que el PRI mexicano, aquel que se mantuvo ocho décadas en el poder, sea el modelo más próximo.

Pero ojo con lo que ocurre hoy en aquel México gobernado durante décadas por el PRI mafioso. Aquella degradación en el pasado le ha convertido hoy en uno de los países mas peligrosos y degradados del mundo.

Andalucía tiene muchas papeletas para seguir un camino parecido al mexicano, para caminar por la Historia como una bestia torpe, habituada a la limosna y al miedo, una "Andalucía Imparable" que se adentra en el abismo de la incultura, el paro endémico, la corrupción medular, sin esperanza de cambio, habituada al vicio y a la degeneración, sin esperanza alguna de cambio, un cambio que siempre fue un espejismo imposible.




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