Revista Tendencias

En círculos, como siempre

Publicado el 27 mayo 2015 por Claudia_paperblog

Buenos días, pues como últimamente siento un poco que odio a todo el mundo, que casi nadie me cae bien y que me dan ganas de matar a mucha gente (no matar, pero soltar alguna hostia buena sí), escribiré una entrada con el mismo estilo que un blog que he descubierto hace poco y que me ha llamado bastante la atención, Yo follé contigo. En este blog se utilizan bastantes tacos, el sexo es uno de los temas más recurrentes y se usa la ironía y un tono ácido en todo momento, pero de una manera incluso simpática, sin llegar a parecer que lo ha escrito una amargada. Además, parece que el alcohol (concretamente la cerveza) es la solución a todos nuestros problemas y por ello me siento bastante identificada.

Así que explicaré algo que me ha hecho llorar mucho, pero haciendo ver que me la suda bastante porque la verdad es que sufrir y hacerse la víctima un rato no está mal, pero ya cansa un poco. En realidad solo lo he intentado porque al final el texto ha adquirido un tono más dramático, como suelo ser yo.

Además, he adoptado un nuevo adjetivo: “mierder”. Me sirve a la perfección para describir todo lo que me rodea últimamente, que es bastante mierder. Y a partir de aquí, he creado una lista de cosas que hacer durante la próxima semana y la he colgado en mi habitación:

1-Empezar el trabajo de Terminología.

2-Pedir apuntes a Aïda/Iris/José Luis (se nota que presto atención en clase).

3-Dejar de pensar en personas mierders.

guerra

Y te voy a decir lo que pasará. Te emborracharás y cometerás un error, un pequeño desliz que te quitará la dignidad de nuevo, que terminará con tu plan de seguir fuerte y hierática, fría y firme. Le enviarás una puta nota de voz, de esas que sueles enviar cuando estás cabreada, insultándole y despreciándole, y al día siguiente él te escribirá y te dirá que tenéis que quedar para hablar. No sé si es una buena idea, dirás como una gilipollas, sabiendo de sobras que desde que te abrió la respuesta será un sí (un sí, fóllame y haz lo que quieras conmigo). Él insistirá y le dirás que vale. Y, ¿dónde te propone él quedar? En su puta casa. Y tú que no, que si es en su casa no hace falta que quedéis (creyéndote que la decisión aún no está tomada, que algo puede cambiar, que al final quizá no caes en sus redes). Pues toma, en su casa no, pero en su puto pueblo, cómo no, ese puto pueblo gris y apestoso. En el bar donde te sablearon, 5 euros por una puta cerveza, ¿de qué está hecha, coño? Y acabaréis en su casa y follaréis y él te comerá el coño como solo él sabe hacer. Y cuando acabéis tendrás ganas de llorar y te vestirás deprisa y le dirás que necesitas salir a fumar. Pero él te habrá visto. Y no creas que no recordará que no fumas, que es un vicio que odias y que tampoco te podrías permitir. Y lo has arruinado todo, idiota, ¡2 meses de intento de olvido e ignorancia, 2 meses de acabar con algo que ni había empezado! 2 meses controlándote para no contestar a esa llamada y mira cómo la lías, si es que no se puede salir (como dice mi madre). Y es que lo bueno es que no tengo internet, que funciono con wifi y la nota de voz se envió a la mañana siguiente, cuando me desperté y encendí el móvil.

Vuelta a empezar, a ver hasta cuándo puedes aguantar otra vez.

Y ya te ves a ti, imbécil, pobre de ti, escribiendo esto en una nota en el móvil porque te ha venido la inspiración, pero lo que pasa en realidad es que vuelves a estar borracha y las letras no se entienden, pero al menos dormirás tranquila, pensando que tu inspiración se ha podido conservar y que al día siguiente lo comprenderás todo.

Un solo capricho te permitió y fue escuchar tu música, entre indie y alegre, y no la suya revolucionaria, como la última noche que os visteis. Esta noche incluso te dejó que la pusieseis mientras follabais, esa canción de The Black Keys cuyos acordes sonaban una y otra vez, en modo repetición. Uno de tus sueños siempre había sido hacer el amor con esa canción de fondo, ahora rápido, ahora lento, hasta agotar a esos cuerpos. Se lo habías dicho tan solo una vez, que te encantaría follar al compás de esa melodía y, sin embargo, se acordó y fue él quien lo propuso. Pobre gilipollas, has vuelto a caer. Él sabe exactamente qué te tiene que dar para que nunca te acabes de ir del todo.


En círculos, como siempre

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog

Revista