Revista América Latina

En clave de haiku: pura experiencia sensorial

Por Isa @ISA_Universidad

Entrevista a Jorge Braulio Rodríguez, decano de la Facultad de Artes Plásticas. Desde julio de 2009 el profesor Jorge Braulio Rodríguez, decano de la Facultad de Artes Visuales de la Universidad de las Artes (ISA), descubre con infinita paciencia los caminos del haiku a través del blog En clave de haiku. Vislumbres del haiku en Cuba, un espacio que abre nuevas perspectivas a las maneras tradicionales en que entendemos la poesía, y acaso también a las formas en que nos relacionamos con el mundo. Y es que este género privilegia el entorno por sobre la figura o la mirada del autor, explica Jorge Braulio para el Blog del ISA. “Esta experiencia tiene como fin estudiar y analizar el haiku, sus claves, precisamente hay un juego de palabras en el título: En clave de haiku, que hace referencia a esta primera intención de investigar e indagar sobre el haiku, y además es el enclave del haiku, o sea, el espacio donde el haiku tiene lugar”.
¿Qué otras exploraciones propone usted desde el blog?
“En clave… trasciende mi interés personal por el haiku y busca las huellas del género en Cuba, en autores de todas las épocas. Hay que decir en honor a la verdad que en nuestro país tiene muy pocos cultivadores el género, todavía está en estado de prepararse para la germinación. Los blandos hilos es la sección que se ocupa de estos temas y resulta un libro que he estado preparando sobre la presencia del haiku en nuestra poesía, en nuestra literatura, desde Martí hasta nuestros días.
“En otras categorías propongo tópicos diferentes, por ejemplo, en Aprender del fino me refiero a aquellas experiencias que tienen que ver con la pedagogía y la enseñanza. Mientras, bajo el título Estampas del mundo flotante agrupo las imágenes que acompañan los poemas y Jardines del nuevo mundo reúne un conjunto de autores que hacen haiku en la contemporaneidad”.
“Además, se hace énfasis en la relación del haiku con las imágenes visuales, siempre que es posible, como soy artista plástico este diálogo me interesa mucho”.
¿Por qué un blog sobre haiku?
“Este es un tipo de poesía en la que, a diferencia de la occidental –centrada en el yo, en el reflejo del estado de ánimo del poeta– el ego no es importante: se ha dicho que el poeta le presta su voz a la naturaleza para que sea ella quien se exprese. Estar atentos a lo que pasa en el mundo es un ejercicio muy importante para las personas que nos dedicamos al arte: por un lado es un acto de humildad, porque lo que nos rodea pasa a ser más relevante que lo que nos sucede como individuos; por otro, es un ejercicio para el desarrollo de los sentidos, imprescindible para los artistas, que por lo general podemos ser muy egocéntricos.
“Hay otro elemento estrechamente vinculado al desarrollo de los sentidos que el haiku impulsa y es la capacidad de ver las cosas desde la mirada de un niño, es decir, en el haiku no hay razonamientos lógicos, las cosas no se explican por los canales habituales: todo es pura experiencia sensorial”.
Pero el haiku también tiene exigencias en cuestiones de composición… “En mi opinión son más importantes las exigencias del género en cuando a contenido que en cuanto a forma. Desde este último punto de vista para Occidente un haiku es un poema de 17 sílabas, divididas en versos de 5, 7 y 5 sílabas cada uno. Pero creo que eso es una medida aproximada, aquí ha habido una confusión: a veces pensamos en el haiku como una forma estrófica, pero lo esencial es que responda al concepto de que es una poesía hecha con los sentidos, sensorial”.
¿Cómo ha sido la interacción de En clave… con sus usuarios?
“Este blog no es de mucho público, pero nuestros visitantes son muy fieles, y eso es esencial. Es visto por personas de los más diversos países: España, Colombia, Estados Unidos, Bulgaria… Lo bueno de este tipo de espacios es que uno siempre recibe comentarios u opiniones sobre lo que está haciendo. Además, trato de que el blog se
complemente con un foro sobre haiku que hay en el periódico
Vanguardia, porque queda claro que no todos los interesados tienen acceso a Internet”.
Mencionaba que le interesa mucho el diálogo entre poema e imagen… “Sí. Estas relaciones se establecen casi siempre con el arte tradicional japonés, con la fotografía o el grabado de esa nación. Para mí la búsqueda de una imagen que acompañe el texto es muy importante, a veces establezco relaciones muy elementales: la imagen ilustra el texto, pero los momentos más felices de este proceso son cuando cada elemento vale por sí mismo y de la conjunción de ambos surge algo nuevo. Eso es más difícil de conseguir, pero en algunos casos creo que se ha logrado construir una imagen nueva a partir del diálogo entre texto e ilustración”.
¿Hacer haiku en Cuba?
“Concebir una poesía sin valoraciones, donde las figuras retóricas tradicionales sobran, es correr el riesgo de pasar inadvertido en el campo de la literatura. A veces digo en broma que, si uno quiere evaluarse como poeta, el peor género que puede escoger es precisamente el haiku, porque siempre acarrea el riesgo del anonimato… pero es una elección. Para mí el haiku tiene que funcionar para uno mismo, es un entrenamiento espiritual, y si funciona de esta manera en el plano individual, pues ya se ganó algo, si además logra interesar a los demás, pues mejor”.


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