Revista Cultura y Ocio

En el periódico, El País, julio de 2013: Cinco pecados tropicales / 5: Un viernes en Lima (o en Río de Janeiro) de Héctor Abad Faciolince

Publicado el 29 julio 2013 por Kovua

Héctor Abad Faciolince, nos conduce en estos relatos por diferentes lugares cada día de la semana, esta vez conocemos la historia de una habitante de un pueblo interior, y al mismo tiempo, el interior de la protagonista, Aquí os dejo el enlace al relato completo.

En el periódico, El País, julio de 2013: Cinco pecados tropicales / 5: Un viernes en Lima (o en Río de Janeiro) de Héctor Abad Faciolince

Raquel Marín

(…) Mi marido es brasilero y es hermoso. Con él no tengo hijos, aunque lo intenté con todas mis fuerzas: terapia hormonal, fecundación in vitro, todo, pero no fue posible, al final no salió. Y ya no puede ser, por la edad. No me voy a matar como Madame Bovary. No estoy muerta de amor por mi médico del Perú. Pero es un capítulo distinto del libro de mi vida, un capítulo secreto, entre él y yo, y eso me ayuda a vivir, a seguir con mi cansancio de estar casada. Es un amor profundo, a ratos, pero también intrascendente. Es una manera de estar más viva, de querer ser bonita todas las mañanas, de soñar con viajar a Lima, a pesar de lo que me molesta Lima. Lima la horrible. Lo único que tiene bueno es la comida, eso sí. Cuando estoy allá salgo con mi médico y comemos y comemos y comemos, y después vamos a un hotel, desnudos, a retozar. Eso es todo. Después de comer y de hacer el amor me siento tan limpia y tan inocente como recién bañada. Y vuelvo a Río, y vivo contenta en Río, y hasta me reconcilio con mi marido, que no sabe nada de esto, ni lo sospecha, pero no creo estar haciéndole ningún daño. No soy dramática; tengo algo de romántica; no soy trágica. Soy una mujer casada y ni siquiera tan cansada de estar casada, si lo pienso bien. A estas alturas no me voy a separar; cualquier tumba es igual. Gozo los últimos resplandores de mi cuerpo, ahora que todavía deseo y todavía es hermoso. Después me apagaré y tendré más recuerdos que me ayuden a sobrellevar la vejez. Así lo veo; así de simple es. (…)

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