En el taller de Verónica Moar

Una de las cosas que tuve oportunidad de hacer las pasadas navidades fue visitar el taller de Verónica Moar en una de las jornadas de puertas abiertas que organizó para la venta especial de Navidad. Fue un placer ver sus obras juntas en el espacio que las vio nacer. Y sobre todo fue un placer charlar con ella, como siempre. Es muy inspirador escuchar cómo habla del mundo que la rodea, con tanta honestidad y tanta pasión. Como ya dije en otro post anterior, Verónica es de esas personas que tienen luz.

Esta preciosidad de cuenco me lo llevé a casa. Le había echado el ojo ya hacía un tiempo y, con lo rápido que se acaba siempre todo lo que pone a la venta, pensé que ya no iba a encontrármelo. Pero ahí estaba, esperándome. También lo acompañé de un platito con el borde en verde. ¡Tuve que contenerme mucho, porque cuanto más miraba, más cosas quería llevarme!

¿No te parece mentira que estas obras tan delicadas salgan de la tierra, blanca, pero tierra al fin y al cabo?

¡Buen fin de semana!