El tejido empresarial español vivió en julio una situación positiva y otra negativa. La primera: los emprendedores pusieron en marcha 6.683 sociedades nuevas, un 9 por 100 más que en el mismo mes del año anterior. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), es el séptimo aumento consecutivo, tras más de un año de caídas. El problema es que la alegría no pudo ser completa. ¿El motivo? El freno consumista e inversor afectó a muchas compañías que se vieron obligadas a cerrar.
El INE señala que durante el mes desaparecieron 1.185 sociedades, un 9 por 100 más que en julio de 2009. Detrás de su agonía también se encuentran ciertas dificultades para acceder al crédito. Con un sinfín de impagos y un volumen de ingresos cada vez menor, no quedó más remedio que disolver el negocio.
Del total de compañías que desaparecieron durante el mes, un 71 por 100 inició los trámites para su liquidación de forma voluntaria, el 12 por 100 por fusión y el resto por otras causas.
Respecto a las compañías que pusieron en marcha los emprendedores, el capital suscrito para su constitución fue un 16 por 100 superior al de hace un año: alcanzó los 398 millones de euros. De todas las que se crearon, una amplia mayoría, el 99 por 100, nació como limitada; el resto, como anónima. Por otro lado, ampliaron capital 2.803 sociedades, el 2 por 100 más que en el mismo mes de 2009.
A pesar de que el aumento de la creación empresarial es una buena noticia, hay que tomar el repunte con mucha cautela. No en vano, se compara con julio de 2009, un mes en el que la creación de sociedades mostró un retroceso cerano al 24 por 100.
Las comunidades autónomas más emprendedoras fueron Madrid, Cataluña y Andalucía. En el primer caso se crearon 1.457 sociedades, 1.138 fueron catalanas y 1.006 andaluzas.
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