En la nueva tienda hema con mi hija

Hace unos días me invitaron a un evento para bloggers en la recién inaugurada tienda HEMA en la calle Conde Peñalver 12 de Madrid. Mi primer impulso fue declinar la invitación pues cada vez que voy a una tienda HEMA vuelvo cargada de cosas -monísimas aunque no siempre necesarias- y con la cartera muy vacía. La cartera no se vacía porque las cosas sean caras, al contrario, están tan bien de precio que no puedo resistirme y lo cojo todo...

Pero ése fue mi primer impulso. Después lo pensé y acepté la invitación. Un rato antes de salir de casa, mi hija -que no es nada tonta y sabía hacia donde se encaminaban mis pasos- me preguntó si me podía acompañar. Le dije que sí: había terminado los deberes; se estaba portando muy bien; la compañía en el coche se agradece y, sobre todo, el día siguiente era fiesta en su cole.

Fuimos bastante puntuales así que esperamos un poco hasta que llegaron todas las bloggers. Cada vez que entraba una mi hija decía cosas como: "qué jóvenes son, ¿no?", "mira, parece que tiene mi edad...", "mamá, tú eres la más mayor", "mamá, ¿no te da vergüenza?"...

Podía no haberle respondido pero pensé que era mi obligación poner las cosas en su sitio y le dije unas cuantas cosas que no os voy a decir a vosotras salvo, y así nos queda a todos claro, que a mí no me da ninguna vergüenza mi edad cuando voy a estos eventos y es que, a mi edad, he conseguido tener un blog -miento, tengo más de uno- estupendo, unas seguidoras que no me merezco y organizo unos mercadillos que ya quisieran para sí muchas jovencitas y no tan jovencitas... Aquí me he venido arriba...

Y esto no se lo dije pensando en las compañeras bloggers que estaban allí, que seguro que son estupendas, se lo dije porque creo que es importante que, por lo menos tu hija, respete y valore el trabajo de su madre, que lo ha conseguido con mucho esfuerzo que es, por cierto, mucho mayor de lo que ella se imagina ya que ella se va a dormir y no sabe las horas que se queda su madre despierta terminando un post, respondiendo un correo o terminando de organizar un evento. Y dicho todo esto -me he quedado en la gloria- sigo.

Tras la bienvenida...

Nos propusieron un divertido juego: coger, en tres minutos, productos por valor de 20 euros. Yo jugaba con ventaja pues tenía ayuda. Aún así, siento comunicaros, debí quedar la última. Tanto afán por no pasarme que no llegué ni de lejos a los 20 euros.

En la sección de belleza lo tuvimos claro: María -hija- escogió un esmalte de uñas y María -madre- un pintalabios...

En la sección de papelería nos pusimos las botas -durante el juego y después-: unos bolis de colores, tres o cuatro packs de post-it, auriculares, libretas... Es que mirad todo lo que hay:

Cuando llegamos a la sección infantil ya no nos quedaba presupuesto pero no nos resistimos a unas velas de cumpleaños de colores que nos van a venir fenomenal ahora que, en casa, empezamos la época de cumpleaños: del diez de octubre al quince de enero los tenemos todos. Mirad todas las opciones que hay si tenéis que hacer algún regalito:

Después del juego degustamos el fantástico catering. A pesar de que estoy repitiendo la operación bikini 2015 -suspendí en la primera convocatoria- tengo que reconocer que me puse las botas. Estaba todo rico, rico, rico...

Durante la merienda nos ofrecieron una sesión de chapa y pintura a cargo de una maquilladora profesional. Os podéis imaginar quien fue la primera...

No me pude negar. De allí volvíamos directamente a casa así que la dejé disfrutar. Reconozco que el maquillaje era muy natural, muy apropiado para una niña de 13 años en caso de que fuera apropiado maquillar a una niña de 13 años. La miro y la veo ideal -que para eso es mi hija- pero tan mayor...

Y eso es todo. Una tarde estupenda "madre-hija" que, de vez en cuando, viene fenomenal y con ganas de repertirla. Así que, HEMA, para la próxima tienda -que seguro que será pronto- contad con las dos.

Por cierto, uno de mis estupendos mercadillos es el viernes...