ALEX BAZAN GUZMÁN
Me sorprenden mucho las declaraciones de Alex Bazán con respecto a su relación con Javier Alvarado y la presunta corrupción que pregona una mal llamada oposición. En serio. Cada vez que escucho u observo alguna de sus entrevistas en los medios, siempre suele repetir exactamente el mismo discurso. Pareciera que lo hace para que todos le crean, e incluso para terminar creyéndosele él mismo, sin importar si al hacerlo se transforma en un vil fariseo, en un traidor unilateral, en un Pilatos cholo.—Alex, la gente está convencida de que tú protegiste a Alvarado absteniéndote en las sesiones de concejo y evitar que se le aperturen serias investigaciones en casos emblemáticos.—Hay gente que dice que yo me abstuve, sobre todo una candidata que tiene más de 30 años postulando, que yo soy igual a Alvarado; pero yo jamás defraudaría a mi familia.—Entonces tú desmientes totalmente esas versiones.—Claro que sí, lo desmiento. Yo jamás apoyaría a la corrupción. Jamás permitiría que el roben a mi pueblo.Parece que Alex, alguien que posee un gran carisma (escaso en nuestros tiempos), no comprende que: «Lo grave es ser traidor a medias, abandonar una causa para adherirse a otra; es como liberarse a un amo para entregarse en esclavitud a otro. La deslealtad tiene que ser plena, radial, como el sable que hacemos girar en círculo y sólo deja vivo a quien lo esgrime» (Fernando de Trazegnies, Imágenes rotas). Ojalá reflexione, porque eso, si bien lo levanta, también puede derrumbarlo en el último momento.
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