CRUZANDO EL LÍMITE
FICHA TÉCNICA
Director: Xavi Giménez
Guión: Pere Saballs
Productores Ejecutivos: Julio Fernández, Carlos Fernández
Co-Productor Ejecutivo: Teresa Gefaell
Director de Fotografía: Sergi Bartrolí
Diseño de Producción: Eva Taboada
Montaje: Bernat Vilaplana
Vestuario: Anna Aguilà
Maquillaje: Eva Quilez
Peluquería: Jesús Martos
FICHA ARTÍSTICA
Fran: Marcel Borràs
Luis: Adolfo Fernández
Oscar: Fernando Guillén Cuervo
Nando: Eduard Fanso
Sandra: Elena Furiase
Nuria: Irene Escolar
Miguel: Adam Jeziersky
Elena: Silvia Sabate
Álex: Junio Valverde
Dani: Carlos Cuevas
Ernesto: Carlos Kaniowsky
Raúl: Gonzalo Ramos
Andrés: Xavi Mira
Cristina: Ona Casamiquela
Ángel: Fermí Reixach
Merche: Laura Mañá
Argumento: Cruzando el límite nos transporta al intenso mundo de Fran, un adolescente rebelde que vive al límite todas las facetas de su vida, su relación con sus amigos y su amor por Nuria. Cuando sus amigos lo traicionan, su mundo se viene abajo y la relación con su padre, Luís, se vuelve insostenible: Fran no lo soporta y Luís está desesperado.
Debido a la mala conducta de Fran, cada vez peor, Luís lo interna en un centro de reeducación basado en un método psicológico cruel e inhumano. Fran será sometido a todo tipo de humillaciones y castigos.
Puede parecer una típica película de adolescentes descontrolados, pero no lo es. Xavi Giménez ha querido inspirarse en hechos reales -algo que normalmente causa pavor en la televisión- en su primera película para contar la historia de adolescentes problemáticos en un Centro que modifica la conducta, y que tal y como repiten en el film no es ni un internado ni un reformatorio, sino que se basan en la premisa de premio y castigo.
El comienzo ya es en sí inquietante, con la niebla que se puede ver en un televisor sin sintonizar y una bola roja moviéndose, mientras se nos explica la teoría del centro en cuestión, es como si intentaran reeducar al que lo está viendo, nada más lejos de la realidad, ya que únicamente se enseña en un primer momento, el descontrol de Fran, el adolescente protagonista, a ritmo de discoteca, con impactos visuales y planos que realmente no aportan nada a la trama, pero que desde luego indeferente no dejan. O te gustan o no.
La historia podría haber dado más juego si se hubiera llevado de otra manera, apenas se ve una evolución de los personajes más que casi al final y cuando ya parece que se resuelve todo y se empiezan a cerrar las tramas secundarias. Y desde luego que se hace de una manera evidente y esperada. La parte positiva es que los actores ponen toda la carne en el asador, Fernando Guillén Cuervo y Marcel Borràs los que más convencen y parecen más metidos en el papel que les toca, y aún así, las interpretaciones se quedan cojas en la mayor parte del largometraje.
A Adolfo Fernández su personaje de padre se le desborda por la sobreactuación final con alegato en favor de los sentimientos, cuando el resto de la película se limita a dejarse llevar por la corriente; Elena Furiase, con un papel tan breve que tiene, apenas puede mostrarnos el sufrimiento que lleva encima más que de una manera demasiado clara, y que por razones de trama, no se desvelará aquí. El resto del elenco pasa sin pena ni gloria con unos personajes que realmente no aportan gran cosa, y por ende, con interpretaciones que no se pueden ni exprimir ni analizar.
Destaca la fotografía del film, algo esperable dado que Xavi Giménez es director de fotografía, y se nota que Sergi Bartrolí ha cuidado hasta el último detalle. Se agradece que solamente los primeros minutos del film sean una locura visual y el resto permanezca dentro de una fotografía con sentido y medida.
Lo malo es que por mucho que Cruzando el límite te espante debido a la violencia más implícita que explícita, y sobre todo, más psicológica que otra cosa, cuando terminas de verla, no se te queda tocada la fibra sensible, no te remueve la conciencia más allá de su duración, y si se pretende mostrar a la gente las atrocidades que se comenten en algunos centros, las escenas pavorosas están tan desaprovechadas que se pierden en el resto del metraje, que acaba por resultar largo y previsible.
En definitiva, una película que no pasará a la historia del cine.