Revista Sociedad

En Temastián hay gobierno: El Señor de los Rayos

Publicado el 28 diciembre 2014 por Jamedina @medinaloera

Arco de Temastián, a la entrada del pueblo. De P. Temastián Pueblo Jalisco Mex en F

Arco de bienvenida al pueblo de Temastián, Jal.

Transcribo el artículo publicado el 21 de noviembre de 2004 en “El Informador”, de Guadalajara, Jal., por la maestra Judith Rimoldi, al que solamente agrego un resumen de las obras realizadas hasta la fecha por el párroco de Temastián, Alejandro Valdez Loera.

Javier Medina Loera.

Autoridad es tener el poder de mandar y de hacerse obedecer, es imponer su potestad, es el gobierno que impone su poder de forma absoluta.

Temastián tiene autoridad reverenciada, temida y admirada. La máxima autoridad desde el siglo 16 es el Señor de los Rayos, respetado por su bondad, pero temido y reverenciado por su poder.

Él tiene el mando del territorio y de la colectividad; a golpe de vista se aprecia, hoy más que antes, la fuerte presencia del Señor; el pueblo gira en torno a su Santuario, también la actividad económica.

Temastián y los pueblos del Norte

Temastián tiene semejanza con los demás pueblos del Norte de Jalisco y Sur de Zacateas. La mayor parte de las familias se encuentra en los Estados Unidos, y esto también se nota en la ausencia de población y en la belleza de las señoriales y sólidas construcciones de cantera rosa, tan sólidas como la fe y el amor de un pueblo a su autoridad, su identidad y raíces.

Nuestros gobiernos, con los reglamentos emitidos, nos han acostumbrado a que, al arribar a una población, el recibimiento es con espectaculares de comercios, bebidas, comida, industria y demás.

En el pueblo del Señor de los Rayos también hay un espectacular al ingreso, es un orgulloso arco de cantera construida en su mayoría con recursos de los hijos ausentes; ningún pueblo de la región y pocos de México se engalanan hasta la fecha con este tipo de entradas.

Temastián se presenta bien plantado, como anticipando lo que dentro guarda. Así recibe a los visitantes, con la presunción de los dueños de su espacio, porque los de Temastián son dueños de su pueblo, sus costumbres y entorno.

En el pueblo del Señor de los Rayos la sociedad es una familia; el individualismo se hace a un lado cuando se trata de recibir al visitante.

Temastián, un lugar con armonía

Atardecer en Temastián. De Humberto Aguilera en Facebook.

Temastián ofrece a los peregrinos y visitantes un lugar con armonía. Afables recuerdos para los hijos ausentes es recordar y volver a vivir los espacios, es darse vuelta en la esquina de una calle para recordar:

“Me gustaba hacer los mandados a mi mamá, y de regreso de la tienda de don Bernardino, invariablemente subía a esta banqueta, que entonces tenía piso con mosaico de colores; yo daba vuelta a la esquina porque quería ser como alguna ¨curra¨ a quien seguro había visto cuando era muy pequeña, una señora con sombrero, falda de vuelo y tacones”:

Estela vuelve a subir la banqueta y se recrea dando vuelta de nuevo por la esquina.

El peregrino siempre aprecia la casa del Señor de los Rayos. Ahora, además de estima y admiración, surge airoso un nuevo esquema: Temastián es un ejemplo a seguir. Aquí no hay basura por las calles,tampoco anuncios de comercios que demeriten la imagen visual, los bebedores de vino no dejan huella, tampoco quienes suministran el significativo líquido.

Dice la gente grande del lugar que el padre Julián Hernández, sacerdote formador y constructor del pueblo, no permitía la venta de bebidas para quienes gustaban embriagarse. Después de él, son varios los sacerdotes continuadores de la obra.

El administrador del Señor de los Rayos

Judith y P. Valdés

La maestra Rimoldi y el padre Valdez , en Temastián.

Para Temastián, su máxima autoridad es el Señor de los Rayos, y desde luego tiene un representante, un administrador, quien ahora está al frente,  nativo del lugar, el señor cura don Alejandro Valdez Loera; él es el guía que sabe cómo, cuándo, y qué obras emprender porque conoce la vocación de los temastianenses, costumbres y tradiciones.

El padre Valdez no se cansa de dar ejemplo. Así lo califica Estela, cuando éste se arrodilla, devoto con las manos en cruz, para el rezo de la letanía. Los demás permanecen en pie:

“Hoy tenemos una familia que sufre por la muerte de su padre, su hermano, tío, abuelo. Como hermanos que somos, si no estamos firmes en la fe, estos eventos nos desilusionan”, dice.

Un cura que visita a los enfermos en bicicleta

 Tiene Temastián unos mil 500 habitantes, y el padre atiende a 75 enfermos. De éstos, cinco son de Acaspulco. Los de Temastián ya se acostumbraron a ver al señor cura montado en su bicicleta para visitar a los enfermos, con la valenciana del pantalón metida en los calcetines para no sufrir un accidente con la cadena del vehículo.

En Temastián todos conocen al señor cura; él emprende ahora maravillosa construcción en torno al Santuario, una arquería que respalda del busto de San Cristóbal Magallanes, es una arcada que pareciera estar bordada en filigrana. El atrio luce limpio, fresco, elegante en su sobriedad, con la mirada vigilante de su constructor, don Julián Hernández Cueva; los visitantes bien pueden sentarse en la “antesala de la casa”; cómodas bancas de hierro forjado invitan a tomar descanso y adentrarse en la meditación de este gran pueblo con autoridad, gobernado por el Señor de los Rayos y bien llevado por un excelente administrador: el padre Alejandro Valdez Loera.

Obras materiales del Señor de los Rayos

Por Javier Medina Loera

El mercado de Temastián.

El mercado de Temastián.

Pocos pueblos pueden darse el lujo de contar con una amplia lista de obras materiales dirigidas y financiadas por la Iglesia como es el caso de Temastián, en el Norte de Jalisco.

En su último informe, de 2014, el padre Valdez habla de un atrio ampliado con 5,500 metros cuadrados, así como un edificio de dos pisos que contiene en su planta baja una Colecturía de 15 metros de largo y 10 de ancho; Notaría Parroquial, Salón de Juntas y bodega. En la planta alta, 14 cuartos para reuniones sacerdotales.

Igualmente, un curato nuevo de dos pisos y corredores con arquería, 18 cuartos de servicio, comedor cural, cocina funcional y recibidor.
El colegio que fue de niños y de niñas, derribado para construir en su lugar un Centro de Servicios Múltiples, tiene hoy, en la planta baja, 32 locales comerciales, y en la alta otros 32 locales, 15 para catecismo y los demás para posible Curia.

Lo que fue Casa de Ejercicios Espirituales, fundada en los años 50 por el padre Hernández Cueva, se remodeló para construir un asilo de doble piso con 60 habitaciones, corredores y jardín.

También se lijó por dentro y por fuera todo el Santuario del Señor de los Rayos, construido con cantera blanca, que luce hoy “como blanca paloma mensajera”, dice el padre Valdez.

La inversión realizada, sólo en los últimos años, asciende a más de 36 millones de pesos, procedentes principalmente de donativos aportados por los devotos del Señor de los Rayos.

Tal inversión supera con mucho lo gastado en el pueblo por los tres niveles de gobierno, federal, estatal y municipal.

Artículo relacionado: El Señor de los Rayos de Temastián.

 


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