Revista Salud y Bienestar

En todas partes cuecen habas

Por Pedsocial @Pedsocial

faves…menos en Cieza, Murcia, que se las comen crudas, de aperitivo.

Las habas (Vicia fava) son unas leguminosas que han formado parte de la dieta mediterráea desde hace milenios. Se ha dicho que el Imperio Romano se hizo a base de habas, alimento esencial y altamente proteico que formaba parte principal de la dieta de los legionarios.

Tiernas, en su tiempo, hacia el final del invierno, o secas, que pueden conservarse hasta el año siguiente. Con poco aderezo constituyen un plato excelente. Si además se les añade morcilla (o butifarra) negra, unos trozos de panceta y unas hojas de menta, habas a la catalana, se obtiene una delicia. Ahora se han puesto de moda una especie más pequeña (habas mini) que frescas, parece como un condumio más ligero, al estilo de los guisantes.

En catalá se las llama “faves”, con uve. No confundir con las “fabes” asturianas (Phaseolus vulgaris) de la popular “fabada”, una delicia que merece otro comentario.

Los componentes sociales de las habas, junto con alguno de sus componentes proteicos han llevado a los periódicos la noticia del percance que ha sufrido una ciudadana de aquí cerca que la ha llevado a la UCI (https://www.diaridetarragona.com/tarragona/Una-mujer-de-Valls-en-la-UVI-por-comer-habas-20180506-0031.html).

Los pediatras ya deben saber porqué (ha sido pregunta de MIR varias veces): las habas afectan a las personas que carecen del enzima G-6PD (glucosa-6-fosfato-deshidrogenasa) en sus hematíes, que con su ingesta, y también de otras substancias o medicamentos (AINE, sulfamidas, antimalariales, etc.), se desencadena una anemia hemolítica que puede ser grave. La carencia es una patología hereditaria, ligada al cromosoma X y relativamente común. En el Mediterráneo hasta un 1% de la población. En todo el mundo puede haber más de 400.000.000 de afectados portadores del gen. Y no es broma porque hace un par de años en Lancet publicaron el informe GBD (Global Burden of Disease: Carga Global de las Enfermedades) que cifra las muertes en 33.000 para el año 2015.

Interesante es también que la mutación genética que determina la deficiencia de G-6PD se considera que se asocia con la incidencia de la malaria: una mutación epigenética que se ha transmitido a través de las generaciones que protege contra la terrible parasitosis, pues los plasmodios no pueden reproducirse en los hematies de los G-6PD deficientes, como sucede en otras hemoglobinopatías.

Que el caso publicado en los medios se origina cuando la víctima, que nunca había comido habas, accedió a consumirlas en una comida familiar, con las habas acabadas de recoger en un huerto de sus parientes. Compromisos sociales que saltan sobre procesos biológicos, genéticos y personales. Que se publique en un diario de “provincias” forma parte de los compromisos sociales de la prensa local. En cualquier caso sirve para ilustrar la constante social de cualquier patología.

X. Allué (Editor)

(Nota: la imagen que acompaña este post procede del repositorio Wikimedia Commons)

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