Revista Cine

En un lugar solitario (In a lonely place; U.S.A., 1950)

Publicado el 26 octubre 2012 por Manuelmarquez
En un lugar solitario (In a lonely place; U.S.A., 1950)SINOPSIS ARGUMENTAL.- Dixon Steele es un guionista de Hollywood venido a menos, que, tras años sin haber escrito un texto valioso, intenta resurgir de sus cenizas gracias a la adaptación de la última obra de un novelista de éxito. Un inopinado y extraño episodio, que deriva en la misteriosa muerte de la dependienta de un cabaret a la que había conocido la noche anterior, lo convierte en el principal sospechoso de su asesinato, que habrá de investigar su amigo, el detective Brub Nicolai, pero también dará pie a que conozca a su vecina, Laurel Gray; entre ambos surgirá una intensa y atracción mutua, que los llevará a iniciar una relación sobre la que pronto empiezan a planear los frecuentes arranques de violencia de Dix, poniendo en peligro la continuidad y buen fin de la misma.
EN UN PÁRRAFO.- Uno de los primeros films de uno de los más venerados directores de la cinefilia universal —Nicholas Ray—, 'En un lugar solitario' es una historia triste y con un cierto punto crepuscular, en cuyo guión se combinan, en medidas y precisas dosis, drama, romance y suspense criminal, para armar una historia que pone de relieve la capacidad de los puntos desequilibrantes del carácter de las personas para arruinar lo más hermoso que éstas son capaces de poner en pie (como sucede en este caso, en que una historia de amor erigida sobre una intensa atracción entre dos personas que muestran un talante sosegado y equilibrado, sufre los avatares de la incertidumbre a que dan pie los problemas mentales de una de las dos).
EN SU HABER.-1, la construcción del personaje de su protagonista, Dix Steele, un hombre tremendamente complejo, en el que conviven (poco armoniosamente, eso sí) una bondad natural de fondo, que deriva de una integridad moral de base (y que, en buena parte, le ha llevado a ser, en el fondo, un perdedor), con una violencia siempre latente que se pone de manifiesto en episodios puntuales de tremenda virulencia, y que arruinan no solo su reputación general, sino sus relaciones con aquellas personas que le rodean y le quieren (por cierto, Bogart lo borda...); y 2, la naturalidad con que se plantea, en la urdimbre de la historia, el arranque de la relación amorosa que constituye el eje central del nudo de la acción: no hay ningún arrebato pasional, ni ningún episodio deslumbrante, solo una profunda atracción entre dos seres maduros y pausados; especialmente, ella, Laurel Gray, cuyo puntito irónico, lejos de hacerla menos adorable, la hace más querible aún (por cierto, la Grahame lo borda, también...).
EN SU DEBE.- Supongo que tendría que revisarla; en un primer visionado, no se me ocurre ninguno...
UNA SECUENCIA.- Dix y Laurel, junto a otras parejas, están sentados, elegantemente vestdidos, en bancos arrimados a un piano en el que Hadda Brooks canta una hermosa canción; sus miradas, sus gestos, sus sonrisas (hablan entre sí, un diálogo ligero y fluido, pero del que no nos llega nada; lo vemos, pero no lo oímos...) destilan bienestar y arrobo mutuos. ¿Cabe una estampa más precisa y perfecta del amor...?
CALIFICACIÓN: 8 / 10.-

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