Revista Viajes

Encontrarás D(r)agonges

Por Tiburciosamsa


Imagínate que estás en una fiesta y de repente aparecen tres macarras que le echan agua a la sangría y se quieren quedar con todas las chicas guapas. Te dirías: “Para macarras, aquí estoy yo y quiero también jugar a esto.” Esto es lo que nos ha pasado con las agencias de calificación norteamericanas (por cierto, una observación una de las tres más conocidas, Fitch, es ahora de propiedad francesa, aunque tenga sus oficinas en Nueva York y Londres). Apenas nos estábamos empezando a recuperar de la crisis de 2007, cuando han venido a echarnos agua en la sangría con sus rebajas en la calificación de la deuda soberana. China se ha dicho que si de eso va el juego, ella también quiere jugar y una de sus empresas de calificación, Dagong Global Credit, ha entrado en liza.

Dagong fue creada en 1994, después de un lustro de preparativos, con apoyo del Banco Popular de China. Dagong introdujo la calificación de activos en el mercado chino, en un momento en el que no existía. Para finales de la década de los 90 ya era conocida a nivel nacional. En 1999 firmó un acuerdo de cooperación técnica con Moody’s. Dagong esperaba con el acuerdo salvar la brecha técnica y de formación que existía entre los estándares de calificación chinos y los de Occidente. El acuerdo además serviría para elaborar un sistema de calificación específicamente preparado para el mercado chino. Y así fue cómo a partir de 2002 Dagong entró en velocidad de crucero.

Dagong adquirió fama internacional en junio del año pasado cuando hizo algo de lo que muchos tenían ganas, pero a lo que nadie se atrevía: rebajó la calificación a EEUU. Si Dagong hubiera sido una compañía de Burkina Faso, no habría pasado nada. Lo malo es que Dagong es del país con el que EEUU está más endeudado.

Su informe de junio de 2010 no sólo causó impacto por la rebaja de EEUU, sino también por el puñetazo que dio sobre la mesa para decir que las cosas en el mundo de la calificación debían funcionar de otra manera. Dagong criticó veladamente en su informe a las tres grandes calificadoras (Moody’s, Standard & Poors y Fitch), apuntando que en sus calificaciones se dejaban llevar por consideraciones ideológicas y que apenas hay diferencias entre sus calificaciones.

En su informe Dagong introduce una nueva metodología, alejada de la de las tres grandes. En los análisis de éstas juega un papel importante la historia crediticia de un país, lo cual favorece a EEUU, que lleva 221 años sin repudiar su deuda soberana. Las tres grandes se basan en la riqueza creada recientemente como sostén de la capacidad de una economía para financiarse y para pagar sus deudas. Dagong, en cambio, se fija en cinco principios: 1) Combina la evaluación de la solidez institucional con la de las condiciones fiscales. Las condiciones fiscales nos indican la posibilidad a corto plazo de hacer frente a sus compromisos, mientras que la solidez institucional muestra la capacidad del sistema de promover el crecimiento económico a medio y largo plazo; 2) Proporción de los ingresos fiscales que es absorbida por el pago de la deuda; 3) Capacidad de crear nuevas fuentes de ingresos fiscales como opuesto a simplemente financiarse renegociando la deuda; 4) Capacidad de resistir choques externos, lo que implica considerar el bueno gobierno del país, la estabilidad de su sistema político, su dependencia del extranjero, su estructura económica y el aguante de su sistema financiero; 5) Uso de información de primera mano. La información de segunda mano sólo se utiliza cuando puede ser confirmada por otras fuentes.

No conozco en detalle la metodología de las tres grandes, así que no puedo comparar, pero así expuesta la metodología de Dagong parece sensata. Los críticos apuntan a que los parámetros escogidos por Dagong tienden a rebajar la calificación de los países desarrollados y a subir la de los mercados emergentes. Vale, y las calificaciones de las tres grandes tienen el efecto contrario. ¿No estamos perdiendo un poco de vista lo importante, que es tener una evaluación realista del riesgo de una economía o de una empresa? ¿No deberíamos centrarnos más en cuál de las metodologías ofrece una evaluación más ajustada a la realidad? Otra crítica es que en sus resultados Dagong responde a intereses políticos. Menos mal que las otras tres son espíritus angélicos a los que sólo importan las consideraciones puramente económicas. Aunque eso sí, hay que reconocer que Dagong no brilló especialmente cuando otorgó la calificación AAA al Ministerio de Ferrocarriles de China, a pesar de sus abultados compromisos financieros y de los malos resultados del tren de alta velocidad.

La calificación que publicó Dagong en junio de 2010 tenía su gracia: EEUU aparecía en el puesto decimotercero con una calificación AA y pronóstico negativo. Por delante estaban países como Luxemburgo (AAA), Singapur (AAA), China (AA+), Alemania (AA+) y Arabia Saudí (AA, pero con pronóstico estable). Gran Bretaña y Francia tenían la calificación AA- y pronóstico negativo. Aquí reconozco que, con la que está cayendo en ambos países, sobre todo en el primero, la AAA que las tres grandes les dan me parece un poco exagerada. España recibe una modesta A con pronóstico negativo y queda por detrás de países como Rusia, Malasia, Sudáfrica y Chile. Una observación: la metodología de Dagong tiende a primar a los países con recursos naturales que exportar. Lo digo para suavizar el mal trago de la mala posición española.

Dar capones a los grandes cuando sabes que les tienes cogidos por los huevos (“A ver, dime, guapetón, si mi Gobierno no te compra deuda, ¿quién lo va a hacer?”) puede llegar a ser adictivo. Dagong le ha cogido gusto y en noviembre de 2010 y luego el mes pasado volvió a rebajar la calificación de EEUU hasta dejarla en A, que es la misma calificación que Standard & Poor’s da a grandes locomotoras de la economía mundial como Andorra, Omán, Malta y Trinidad Tobago.

Para que quedase claro de lo que va, el Presidente de Dagong, Guan Jianzhong, ha declarado que EEUU en la práctica ya ha entrado en impago, al fomentar la depreciación del dólar y con ello estar pagando su deuda con un descuento en términos reales. Guan dice que EEUU “es insolvente y se enfrenta a la bancarrota” y menciona que sus elevado gasto militar “procede de dinero prestado, lo que no es sostenible.”

En los mapas antiguos, cuando tenían que describir una región desconocida, colocaban un rótulo: “Encontrarás dragones”, que era la manera de lavarse las manos si te metías en marrones en esas partes del mundo. Ahora, en las anfractuosidades del mundo financiero, habría que colocar un rótulo semejante que dijera “Encontrarás Dagonges”.


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