Encontré al diablo (I saw the devil)

Como ya pasó con Madeo de Bong Joon Ho, The chaser de Nah Hong Jin o con The good, the bad, the weird de Jee Woon Kim, I saw the devil, del mismo director de la anterior nombrada, llega a España directamente para el mercado del DVD. Por desgracia no nos podemos quejar de esta injusticia, ya que tenemos que tenemos que darnos con un canto en los dientes de que lleguen hasta aquí, aunque la única pantalla de cine por la que pasen sea, como mucho, la de Sitges. Por otro lado hay que recordar que todavía estamos esperando a que llegue aquí la última película de Park Chan Wook, Thirst, que hace dos años que salió y aún no se sabe nada de una edición ni estreno ni nada en nuestro país.
El más que interesante director Jee Woon Kim ha tenido poca presencia aquí en España. Tan solo hemos podido ver Dos hermanas (2003), su inquietante cuento de terror, y El bueno, el malo y el raro (2008), el divertidísimo remake del film de Sergio Leone. Pero no nos ha llegado su mejor obra con diferencia, A bittersweet life (2005), una crepuscular y violenta historia de mafiosos. Sumándose a las dos anteriores llega ahora Encontré al diablo.
El director coreano que nos ocupa ha tocado diferentes géneros en toda su filmografía, en esta ocasión se centrará en el thriller de asesinos en serie. Kim Soo Hyeon, interpretado por Lee Byung Hun (El bueno, el malo y el raro, Joint Security Area), es un policía cuya mujer es asesinada por el psicópata asesino en serie Kyung Chul, encarnado por el terrorífico Choi Min Sik (Oldboy, Sympathy for lady Vengeance). Una vez ocurre esto el único objetivo que se marca el policía es encontrar al asesino y torturarlo hasta la muerte. Y eso es lo que hace, en una película de cerca de dos horas y media, en la primera media hora ya ha encontrado al criminal (como ocurre en la anteriormente nombrada The chaser con muchos mejores resultados), y a partir de ahí es una tortura continua, un chip localizador al antagonista y el policía le persigue aplicándole constantemente una tortura tras otra.

Por lo general, los coreanos nos han demostrado un gran pulso a la hora de dirigir la violencia en el cine, y de llegar a extremos realmente poéticos a la vez que sanguinolentos. Pero en el caso de I saw the devil es una exageración, podemos hablar con total seguridad de violencia gratuita. Una consecución de escenas violentas hasta decir basta que rápidamente cae en la autoparodia, no resultan nada creíbles y terminan por romper el interesante ambiente que en un principio la película había conseguido recrear. Se hace pesada y desagradable, una pena, ya que pintaba realmente bien, y el director nos ha deleitado en varias ocasiones con grandes películas.