Revista Coaching

Encuentros, momentos y lugares mágicos, este verano (ii)

Por Mbbp

 

Encuentros, momentos y lugares mágicos, este verano (II)
Continuación…

Encuentros mágicos

Así, a pesar de mi soledad voluntaria -y, a ratos, dolorosa, por qué no admitirlo- de este verano, ha estado lleno de encuentros mágicos, maravillosos e impensables. Personas hasta entonces desconocidas que, imprevisiblemente, hoy ya significan algo en mi vida, porque son señales o bien te dan alguna pista que debías saber sobre ti o tu nueva vida. También he aprendido a no buscar pistas ni señales, sino a sentirlas. Así, este verano me he encontrado, reencontrado o he encontrado a faltar, personas mágicas que han removido mi corazón, luego estoy vivo.

Unas y otras, con palabras o en silencio, me han dicho que cada uno vive las cosas según las siente por dentro, luego no hay que vivir mucho, sino vivirlo mejor. Cuando pones atención a algo en tu vida, eso se manifiesta en el exterior. Si te sientes mal, llegan tormentas. Si te sientes bien, llegan fiestas de todo tipo, aunque te fijas en detalles que antes pasaban desapercibidos, como el fuego purificador omnipresente en ellas, el agua sanadora que limpia o esos ritos y costumbres que expresan la verdad de las personas y de los diferentes pueblos.

Como mi conversación hace un par de días con ese veterano y ya jubilado reportero del National Geographic sobre la imposibilidad de expresar y dejar el testimonio de lo vivido y sentido a través de una imagen, un texto o cualquier otra forma de expresión, que te enseña a vivir las cosas desde dentro y a cada instante, porque será todo lo que te llevarás de esta vida. O mi interminable café con alguien a quien quiero y con un cáncer irreversibble, que te enseña a amar la vida. O esa joven venteañera y apasionada a la que intenté ayudar para enfocar la vida ahora que la empieza, que te trae a la memoria aquella frase de “no hay respuesta válida, sin pregunta previa”, que te invita a solo a opinar o hacer algo por alguien cuando explicitamente te lo piden.

O esa otra persona sabia y que no fue a la escuela, que sabe más de la vida y del amor que todos los filósofos juntos y que te enseña con palabras altisonantes o a ratos soeces pero ciertas, las que antes hubieras despreciado por ser ella quien era. O esa persona recién llegada -hoy entrañable- que inocentemente te dice en voz baja que debes aprender a no hacer “nada” y a verlas venir y responder desde dentro y confiar en la vida. O esa otra persona ya especial que te quiere y querida que, con su ausencia, compra tiempo para ser ella misma y tal vez compartir su resultado más adelante, sin saber que la vida cambia minuto a minuto y que a veces vale la pena hacer el camino del aprendizaje compartido, sin sufrimiento añadido. O esa otra persona que te da o te ofrece lo poco que tiene sin rechistar, mientras que los que más tienen, menos lo agradecen o lo ofrecen, a los demás. O esas tantas personas que te admiran en silencio, pero que siempre están. Incluso esas otras que me rehuyen porque tal vez simbolizo algo importante en su vida, que ahora no están preparadas a vivir!

Personas todas ellas mágicas, simplemente porque llegan en un momento imprevisto y mágico de mi vida. Gracias a todas ellas y a las que no cito explicitamente, pero que han estado este especial verano conmigo, en mi corazón!

Seguirá…

 

Etiquetas: amor, relaciones, vacaciones, vida


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