En
este artículo, el autor señala las diferencias en los estudios que se ocupan
en establecer la influencia de las emociones en el rendimiento escolar.
Incidencia
en el rendimiento académico.
“Ahora estamos descubriendo que enseñar
habilidades sociales y emocionales a los niños desde que tienen cinco años
hasta la universidad es muy eficaz, los vuelve más cívicos, mucho mejor
estudiantes” Goleman
En los últimos años con el auge de la
Inteligencia Emocional y el aprendizaje social y emocional, ha surgido la
necesidad de establecer si hay una relación positiva entre la Inteligencia Emocional y el éxito
académico.
Fueron
pioneros Salovey y Mayer (1990) con la idea de integrar la Inteligencia
Emocional en los currículos escolares.
Podemos
centrar los estudios en dos tipos:
A)
Los que hacen referencia a establecer una relación indirecta entre la
Inteligencia Emocional y el rendimiento académico, medida por los efectos sobre
el equilibrio psicológico (Extremera y Fernández-Berrocal, 2003)
Estudios
recientes muestran que las carencias del alumnado en habilidades de
inteligencia emocional afectan a los estudiantes dentro y fuera del contexto
escolar
Estos
estudios establecen respecto al rendimiento académico que los alumnos que no
están entrenados en habilidades sociales y en gestionar sus emociones, es más
probable que experimenten estrés y dificultades en atención durante sus
estudios lo cual repercutirá en su rendimiento. La Inteligencia Emocional puede
actuar como moderador de los efectos de las habilidades cognitivas sobre el
rendimiento académico. Recordemos las palabras de Richard Davidson en el punto primero.
Casas
(2003) nos dice que los alumnos que se sienten ansiosos, enfurecidos o
deprimidos no aprenden. La gente que se ve atrapada en esos estados de ánimo no
asimilan la información de manera eficaz
ni la maneja bien.
B)
Las centradas en el empleo de medidas de ejecución (tales como el MSCEIT),
donde se encuentran correlaciones positivas y significativas entre Inteligencia
Emocional y Rendimiento Académico.
Muchos
autores se hacen eco de la necesidad de formación en competencias
socio-emocionales, a pesar de ello los estudios en el tema aún no son
definitivos. El estudio del rendimiento académico abarca muchas variables
difíciles de controlar, más aún cuando mucho de estos estudios están centrados
en las notas o calificaciones.
Extraído
de:
LA
IMPORTANCIA DE GESTIONAR LAS EMOCIONES EN LA ESCUELA: IMPLICACIONES EN EL
PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE.
ANDRÉS
ALAGARDA MOCHOLÍ.