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Entrevista a Carlos López Fonseca. 'Esta vez quería que todo fuese producto de mi imaginación'

Publicado el 15 octubre 2011 por Ruta42 @ruta42

Fotografías de Doc Pastor.

Carlos López Fonseca es periodista y escritor.
Ha trabajado para los diarios YA y El Independiente. Desde 2009 trabaja en la redacción del diario digital El Confidencial.
En su faceta literaria ha publicado libros de no ficción, como "El caso Delgado-Granados" (1998); "Una mujer en el frente" (2006), y "Trece Rosas Rojas" (2004).
Estuvo en Valladolid hablando de su última novela, "Luz Negra", que trata sobre un tema tan delicado como el terrorismo de ETA.
A un clic hablamos con él sobre ella, el periodismo y más cosas.
Maje: Cuéntanos cómo y cuándo surge la idea de escribir “Luz negra”.
Ha sido una mezcla de todo, y de querer contar una parte que es aún desconocida. Es ficción, pero obviamente, a la hora de hablar de ETA, para hacer creíble la historia, la trama tiene que obedecer a cosas reales: desde cómo pasa un chaval de la violencia callejera a integrarse en comandos, etc. Ocurre de una determinada manera.
Maje: ¿Por qué la ficción en esta ocasión, y no un nuevo ensayo como en ocasiones anteriores?
Carlos: Me apetecía mucho cambiar y probar a ver qué tal funcionaba. Los anteriores estaban dramatizados a la hora de escribirlos y el guión me venía dado. A las Trece Rosas les pasa lo que les pasa; tuve que buscar documentación y hablar con gente que las conoció... pero no tengo que pesar qué va a pasar, sólo pensar cómo lo cuento, si empiezo por aquí o por allá...
Esta vez quería que todo fuera producto de mi imaginación: los personajes, las situaciones... 
 
Maje: Los temas que trata siempre son un poco espinosos, sea en ensayo o no. ¿Por qué la elección de estos y no de otros un poco más suaves?
Carlos: ¿Y por qué no? Creo que la literatura no se puede quedar ajena al mundo que nos rodea. Fíjate que de la guerra civil han pasado setenta años, y sin embargo, en los libros que sale, generan una controversia tremenda, algo que no termino de entender.
Supongo que, a parte de que de algo de reparo hablar de ello, de que el libro pueda ser malinterpretado, las editoriales han pensado que con la suma de estos condicionantes no se haya editado nada.
Quería romper un poco con eso, no creo que en la ficción tenga que haber un tema que no se pueda abordar hasta dentro de no sé cuántos años.
Después de la guerra hemos tenido cuarenta años de dictadura. Hay una historia oficial, la de los vencedores. Los vencidos no han tenido ocasión de contar la suya; no son los hijos de los que perdieron el conflicto, sino los nietos quienes están recuperando la memoria de sus abuelos.
¿Por qué no ha sido posible antes? Se supone que la Transición era un carpetazo de lo que ha pasado atrás, y no se habla de eso porque abre heridas. Con ETA, ha habido décadas en que han asesinado a muchísima gente y es complicado salir con una novela al respecto, salvo que lo hagas de una manera muy estereotipada.
Maje: Además, actualmente hemos comprobado cómo sigue siendo un tema espinoso, en relación a la polémica surgida con la fotografía publicada en El Mundo, en la manifestación en Bilbao.
Carlos: Esa foto está tomada con mala leche. Es “eta” como “y”, una conjunción... Tasio Erkizia es un histórico, pero ahora mismo no es ningún referente, lo que pasa es que se apunta a todos “saraos” que se montan, con su boina y tal, pero ahora no tiene ningún poder ni nada.

Maje: ¿Cómo se compagina la labor literaria y la periodística?
Carlos: Se complementan. El periodismo no me permite explayarme todo lo que yo quisiera, es todo mucho más conciso. Con la literatura puedo inventar, cosa que no puedo con lo otro, y absoluta libertad. Escribir al margen del trajín diario.
Y el cómo: yo suelo madrugar mucho, y las mañanas son estupendas. Con el tema de los libros hay que ser constante. A lo mejor un día escribes un folio, o dos, y luego los relees al siguiente y no te gusta nada. Pero si mantienes esa cadencia, de dedicarle un rato cada día, terminas armando la historia.
Maje: ¿También se complementan lingüísticamente hablando? ¿Hay recursos de uno en el otro y viceversa?
Carlos: Sí. De hecho, no es la norma, pero en la información de actualidad, hay muchos temas en reportajes de largo contenido, de dos y hasta tres páginas, y permite ello que el periodista no utilice la pirámide invertida, sino que tenga más licencia literaria, lo que llamaban en su día “nuevo periodismo”.
Maje: ¿Requiere un libro una documentación más profunda que un artículo o solo más larga en el tiempo?
Carlos: En un diario al premura es de hoy para mañana, y llegas hasta dónde llegas, y sino, lo vuelves a retomar. El tiempo es limitadísimo. Esto te encasilla el trabajo. En lo otro es a más largo recorrido, a mí me gusta ponerme plazos. Como la editorial tiene que hacer sus planificaciones, también te los pide. Es bueno tener esa presión, en el fondo. Con la novela, como funcionas con tu imaginación, la parte de documentarte la enfocas hacia la ambientación: si es en el siglo XVI, pues que hables cosas que concuerden; si es en la actualidad y en el País Vasco y en ETA, como te he dicho antes, si hay un chaval que se pasa de la Kale Borroka a un comando legal y de ahí tiene que huir a Francia, y vuelve en otro, eso está contado por numerosos etarras.
El libro tiene una parte de entrevistarme con familiares de presos. Me habla gente que estuvo en ello, pero ya no, para conocer más detalles. Y el impacto que es tener a alguien que se convierta en un terrorista, el efecto que provoca, porque algunos pueden compartir eso, pero otros no. Hay unos vínculos afectivos que son difíciles de conocer. Una madre no está de acuerdo con lo que haga su hijo, le puede parecer un horror, pero sigue siendo su hijo.
Maje: ¿Cómo cree que vayan a reaccionar ante el libro las diferentes asociaciones contra el terrorismo?
Carlos: No tengo ningún miedo. El hecho de que un libro aborde el tema de ETA no significa que lo justifique o no. Tampoco tengo porqué someterme al criterio previo de nadie. No está escrito para que le guste a la Asociación de Víctimas del Terrorismo; si lo hace, estupendo. Me apetecía contar una historia que pretendo que llegue a la mayor cantidad de gente posible. Habrá quien lo critique y quien no. 

El País publicó hace poco una entrevista al hijo de una víctima de un atentado, que se reunió con un miembro de la banda, no el asesino de su padre, que quería pedirle disculpas por el daño que habían causado. Este chico contaba que se puede malinterpretar, pero detrás de un terrorista hay una persona, que tiene familia, se enamora, etc. Puedes criticar legítimamente que son asesinos, pero siguen teniendo una historia detrás. Él defendía eso y fue muy importante.
Cuando se acabe ETA queda lo más complicado: ese proceso de normalización social. Posiblemente, en esta generación, la gente que ha sufrido los atentados va a tener esto muy difícil. Cuando sea posible una reconciliación social podremos terminar finalmente con ello y cerrar este capítulo.
Maje: ¿Escribiría una novela o ensayo de cualquier otro tema de actualidad?
Carlos: No quiero volver al ensayo, quiero seguir con novela. Ideas tengo muchas, luego hay una que termina cuajando más, no de un acontecimiento en concreto. Por ejemplo, me apetece mucho hacer algo entorno al mundo del periodismo, y al planteamiento de esta profesión, que es desconocido. Las buenas historias, y también las miseras. También abordar algo con personajes entre 15 y 18 años, con una adolescencia muy distinta a la que había hace unos años. Son dos temas genéricos que me llaman.
Maje: Hablando de periodismo y ya para terminar, ¿cree que hay una salida de la crisis que sufre, tal y cómo se está enfocando ahora mismo?
Carlos: Yo reconozco que soy un clásico y lo que me gusta es el de papel, y que lo que viene empujando es el digital. Con toda seguridad será el que se imponga, y creo que convivirá con este otro, como un producto más elitista, si quieres. ¿Cuál es el problema del digital? Que ha nacido como un apéndice de los medios tradicionales y se nutre de redacciones muy pobres, con gente que tiene salarios de miseria, y dan lo que dan de sí.
Cuando yo empecé, había alguien con experiencia que te enseñaba. Ahora te sueltan ahí y punto. Eso redunda en que la información es mala. Y lo están haciendo los medios grandes, que tienen a los periodistas del papel escribiendo también para lo otro.
Creo que los grandes medios no tienen muy claro por dónde tirar en Internet. Y creo que la información ahí acabará siendo de pago. Si quieres buenos periodistas y buen resultado, hay que pagarlo. Las cosas no son gratis.
Maje: Muchas gracias.
Carlos: De nada. 


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