Entrevista a Copiloto

Hoy vamos a tener una conversación especial. Cuantas veces pecamos de valorar más lo de fuera que lo cercano. Por eso me tiemblan las teclas. Por eso coloco el último disco de Copiloto en mi reproductor y extraigo frases de “El inicio, el desencanto y el círculo de confianza” para convertirlas en preguntas. Sin saberlo, Javier Almazán, mientras componía sus nuevas canciones, estaba escribiendo nuestra entrevista. NGLM recoge las respuestas del músico aragonés.

NGLM: Prêt à porter. ¿Cuánto os ha costado llegar a este tercer trabajo?

Copiloto: Hombre, sacar adelante un nuevo trabajo siempre cuesta. Cuesta tiempo, cuesta esfuerzo, cuesta energía y cuesta, desgraciadamente, dinero. Pero la ilusión permanece intacta y es incluso mayor que antes porque ahora tengo más claras muchas más cosas.

NGLM: Dotes innatas. Para elegir mal. ¿Has pensado alguna vez que te has equivocado de camino?

C: De camino? no, no, he hecho lo que he querido. Desde siempre me ha gustado hacer canciones y he querido sacar discos. Esto es lo que más me gusta y me siento un afortunado. Pero tomar decisiones equivocadas, lo hago casi de continuo. Tengo facilidad para equivocarme, digamos.

NGLM: Se lo tengo qué decir. Sácanos de dudas, ¿qué pretendes decirnos con tus nuevas canciones?

C: Muchas veces con mis canciones lo que hago es hablarme a mí mismo. De alguna manera. Supongo que de manera más o menos inconsciente, todos los que hacemos canciones tenemos un espíritu exhibicionista e intentamos recordarle a todo el mundo que estamos aquí, que hacemos cosas, aunque no sean cosas importantes. Me cuesta creer a esa gente que dice que hacen canciones sólo para ellos. Si me dijeran que a partir de ahora nadie va a escuchar mis canciones, dejaría de escribir, casi seguro.

NGLM: Lista de convocados. En el fondo está tan bien ganar en casa. ¿Te sientes profeta en Huesca?

C: Huesca es mi hogar, me encanta estar y tocar allí. Y tengo la suerte de que siempre me he sentido muy bien tratado. No sé si soy profeta en mi tierra pero sí me siento querido. Y con eso me vale.

NGLM: Salvar el día. Ciudad de palomas y de esquinas. ¿Es verdad que vais a ofrecer espectaculares conciertos con palomas de la Plaza de Navarra de Huesca volando en un tema emotivo y de la Plaza del Pilar de Zaragoza para terminar?

C: Esa es nuestra intención. Estamos formándonos con los técnicos de ambos ayuntamientos acerca de la caza y cría de estas aves.

NGLM: El modelo de Watson y Crick. ¿Cuál es el ADN Copiloto?

C: Es al que intento seguir cada día. Y no es fácil. Ser honesto con uno mismo debería ser una obligación y una liberación pero es realmente difícil. Hay tantos factores externos…

NGLM: Ayuda internacional. Con esto quiero decir que te estás quedando solo. Tú sin problemas en este asunto con El Círculo de Confianza, ¿no?

C: Son una bandaza. Me encanta tocar con ellos y aprendo mucho de ellos. Además son muy generosos conmigo y han hecho crecer enormemente las canciones que yo les llevaba al local y que ahora podéis escuchar en el disco. Tienen mucho talento, la verdad.

NGLM: S.P. ¿Qué tal se lee a Sylvia Plath con Ana Muñoz de Louisiana?

Ana es una maravilla. Es muy talentosa y tiene una voz muy personal que la hace diferente y que me encanta. Me siento un privilegiado porque haya puesto su voz en esta canción.

NGLM: Que tu suelo se mueva. Es normal caerte al caminar. ¿Cuántas veces te has levantado?

C: Hasta ahora todas, si no ya no estaría aquí ni seguiría haciendo música. Sí que hay veces que no es que no puedas levantarte sino que te preguntas si merece la pena.

NGLM: Direcciones y flechas. Que nos quiten lo bailado. ¿Qué bailes te esperan este verano?

C: Por el momento somos más de bailes de otoño-invierno. La gira la empezaremos ya en septiembre/octubre y seguimos cerrando fechas. Creo que por el momento vamos a estar en Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao… No tengo más información ahora mismo.

NGLM: Ya me conoces. Bastante. ¿Algo que añadir?

C: Qué bueno es “The Big Roar” de The Joy Formidable, no?

Entrevista por Antonio Blázquez  | Fotografía por Gustaff Choos