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Entrevista a David Martín-Porras, director de Stealing Summers

Publicado el 24 octubre 2011 por Ruta42 @ruta42
Entrevista a David Martín-Porras, director de Stealing SummersDavid antes de la gala de inauguración.Fotografía de Doc Pastor.Un día antes del estreno de su ópera prima durante la 56 edición de la Seminci dentro de Punto de Encuentro, el salmantino David Martín Porras nos atendió.
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David: Los tres protagonistas de Stealing Summers son jóvenes, que se dan cuenta que están viviendo peor que sus padres y deciden robarle a un rico, que a nadie le sienta mal robarle a un rico para vivir bien, fácilmente. No es la mejor solución a los problemas, pero es una solución. La película esta ambientada en Buenos Aires, Argentina y ahí se sucede todo lo que les pasa a los personajes de Wilson Bethel, Sophie Auster y James Jagger.
E: ¿Cómo comenzó el proyecto?
D: El hilo argumental nació del guión de Matt Lester, el primero que inició todo este proyecto. Él con ese guión  se acercó a Luz Gyalui, que es una productora española- argentina y quería buscar en ella su visión como argentina local. Ella, se enamoró del guión, de la historia y me lo acabó ofreciendo a mi, porque ya habíamos trabajado juntos. A mi desde el primer momento, me atrapó la historia.
E: ¿Por qué te atrapó la historia?D: La metáfora que yo veía en este relato de robo era lo que está sucediendo hoy en día, que nos encontramos con toda una generación de personas en el primer mundo, que está desencantada, han vivido por encima de sus posibilidades y se siente robada. Por lo tanto, la paradoja de la película reside en que buscar el camino fácil o rápido es más complicado de lo que parece.
E: ¿Qué os llevó a rodar en Argentina?
D: El tema es muy internacional, por lo que queríamos huir a toda costa del localismo y por eso, que los personajes sean americanos y estén en un marco extranjero, se nos hacía una mezcla muy interesante.Todo en la película indica con la situación a la que nos sentimos identificados y Argentina se nos hacía como un país perfecto para escenificar esto. Principalmente, por todo el pasado del corralito y por su situación actual, también. Argentina es un país al que le está yendo muy bien económicamente, ha reducido su paro al 7%, pero mantiene todo de una manera ficticia. Cristina Fernandez Kirchner está manteniendo el precio del gas y la electricidad en los hogares a un precio super bajo, porque ella lo está subvencionando. De esta manera, cuando se acabe la venta de la soja argentina, todo eso subirá de pronto y explotará esa burbuja; igual que en España con el inmueble.
E: ¿Cómo fue rodar con tanta mezcla cultural?
D: Yo cuento con la ventaja de haber estudiado durante cuatro años en Los Ángeles, en la Universidad de California, UCLA y esa es mi formación al estilo de Hollywood. Esa educación más internacional, creo que me ayudó muchísimo a la hora de afrontar este reto de dirigir en Argentina, que aunque sea una nación en la que se habla castellano como en España es muy diferente a nuestro país y con un actor inglés y con otros dos norteamericanos.
E: ¿Entre líneas se puede leer, qué el relato está relacionado con disfrutar la vida?
D: Sí, va sujeta al hedonismo, que es en el que nos vemos emborrachados tanto en Europa, como en Estados Unidos. Yo creo que ninguno de nosotros, por mucho que nos quejemos, podemos decir que nos falta comida o un techo y es que son cosas que damos por supuestas, cuando a poco que viajes te tienes que dar cuenta que son cosas por las que te tienes que sentir agradecido. Esta gente, no se siente agradecida, da por hecho que tienen que vivir bien y por eso, se creen con el derecho de robarle al protagonista rico mafioso del film.
E: ¿Cuál crees que puede ser la solución para los jóvenes de ahora con un futuro tan incierto?
D: Hombre, robar por supuesto, que no. De hecho, al ver Stealing Summers te das cuenta de que todo sale mal y no quiero revelar el final. La solución yo creo que es realmente, aunque no seré yo quien tenga la solución mágica, pero reflexionando en relación a la película de lo que te das cuenta es que el problema de estos tres jóvenes es que no valoran el trabajo duro. Es decir, no valoran el esfuerzo y es que nuestra generación creo que no sabemos lo que queremos. Maruja Torres dijo una vez en un artículo algo que me parecía muy interesante y es que antes con Franco sabíamos quién era el malo, hoy en día en democracia no sabemos quién es el malo. Ahora se está empezando a perfilar, que el malo son los mercados y que tenemos que luchar contra las grandes corporaciones para que no manejen nuestras vidas, pero realmente no está claro.
E: ¿Qué opinas de la extensión del 15-M al 15-O y la ocupación de Wall Street?
D: Me parece fantástico, que la sociedad civil se lance a las calles para reclamar algo, porque es un ejercicio de gobierno. Democracia es gobierno del pueblo y siempre que el pueblo salga a las calles a expresar su voz, me parece algo loable. Entonces, partamos de esa base y no comulgo con actos violentos. Soy pacifista y todo lo que sea vandalismo, lo rechazo completamente y creo que los propios del 15-M también. Me gustaría que todo estuviera más organizado y que con el futuro se logre una mayor organización.
Entrevista a David Martín-Porras, director de Stealing Summers
E: Volviendo al film, ¿qué tipo de mirada quisiste plasmar?
D: Cuando uno ve Stealing Summers, no te tomas en serio los personajes y no acabas de sufrir por ellas, sufres por el más pobre de los tres, el que interpreta James Jagger. Como los otros dos son niños de papa no sufres, porque te das cuenta de que están teniendo lo que se merecen y para ello lo que adopté fue tomar la extensión de la ciudad de Buenos Aires. Rodé la película, como si la cámara fuera Buenos Aires, que les está mirando. Desde un punto de vista más distante, no tan intrusivo, no tan dentro de la relación entre los tres personajes y hay muy pocos primeros planos.Va más en la línea de planos generales, planos secuencia para mirarlos desde la distancia y para que tu como espectador seas capaz de reírte de ellos y de sus problemas.
E: ¿En qué te has inspirado para sacar ese tipo de planos y esa visión externa?
D: A mi hay dos directores, que siempre me han influido muchísimo, que son Bergman y Buñuel. Suelo pecar a veces, de abusar un poco de su influencia y son dos directores que en sus películas muestran un gran distanciamiento de sus personajes y por eso se permiten hacerles sufrir. Los Olvidados de Buñuel, me parece una película maravillosa, en la que todos los personajes son pobres, mutilados, marginados sociales y él los retrata desde la distancia, se ríe de ellos sin ninguna misericordia.
E: ¿Cómo fue dirigir a tus tres protagonistas ?
D: La verdad es que son tres actores completamente diferentes, de escuelas y métodos casi opuestos, por así decirlo. Wilson Bethel, desde el punto de vista de la industria es el actor más profesional, ha trabajado en muchísimas series de televisión y tiene un sistema de trabajo muy hollywoodiano con el que yo se perfectamente como hablarle a el para que me de exactamente lo que necesito. Wilson es más tradicional que Sophie Auster y James Jagger, que son muy poco convencionales. Los dos vienen del mundo de la música, los músicos son intérpretes y son muy dados a la improvisación. Yo a Wilson, le decía “quiero que me des esto” y él me lo daba al momento. Sophie y James jugaban más a probar a darme, me sorprendían y me gustaba como lo hacían.
E: Entre tanta diferencia técnica, ¿qué hiciste para conseguir química entre los cuatro?
D: Yo soy un director, un poco control freak, como a lo Hitchcock. Stealing Summers es una película muy independiente, solo tenía tres semanas de rodaje, muy poco presupuesto y lo por lo tanto, podíamos grabar muy pocas tomas. Entonces, yo sabía que tenía que confiar mucho en mis actores y viceversa. Por esto mismo, los tres primeros días antes de rodar y durante toda la primera semana, me dediqué a rodar las escenas más ligeras de la película para tomar más contacto con los actores. Intenté salir con ellos casi todos los días de fiesta o a tomar café para conocerles mejor, saber de donde venían y a partir de ahí ir construyendo.
E: ¿Ves como público potencial de tu película a los amantes del tan de moda, cine indie?
D: Por supuesto que los veo como público potencial, porque el cine indie es una marca hoy en día y obviamente nosotros estamos jugando con esa marca. De todos modos, si la gente se olvidara a la hora de ir al cine de etiquetas, iríamos a ver las películas que nos gustan de verdad.
E: ¿El domingo en Seminci va a ser la primera proyección oficial con público?
D: En realidad si, aunque tuvimos un pase previo para familia, amigos y conocidos en Nueva York. Yo no pude asistir por motivos de agenda, pero este va a ser el primer gran estreno.
E: ¿Qué esperas de tu primer largo?
D: Yo espero que tenga distribución y llegue a la gente. Ahora mismo estamos en negociaciones con distribuidoras europeas y si no me equivoco alguna norteamericana, ya nos ha puesto el ojo. Ese es   mi principal deseo, pero obviamente a la misma vez que esto, que a la gente que la vea, le guste. Sobre todo, que el público se entretenga, porque esto es un negocio de entretenimiento y luego ya me puedo permitir otras capas a desarrollar.
E: ¿Dirías que tu camino hacia esta meta ha sido difícil o fácil?
D: Es muy difícil poder llegar hasta la meta del largometraje, puesto que no es una profesión convencional. Nadie te garantiza ningún éxito, en general en ninguna profesión, pero en esta en concreto es extremadamente complicado llegar a alguna parte.Hay muchas maneras para llegar a ser director, Julian Schnabel era pintor y Julio Medem era psiquiatra, los dos antes de ser cineastas. Yo he hecho siete cortometrajes hasta llegar a esta película y de esos siete, solo los tres últimos han ido a festivales. Mis cinco primeros cortos se quedaron en el cajón de mi casa y por eso no significaba que me tenía que rendir, sino continuar luchando por lo que yo quería.Para mí, el trabajo recompensa y lo creo al 100%, porque hay que ser extremandamente muy zoquete para no sacar nada.
Entrevista de Elena Echave.

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