Revista Arte

Entrevista a la pintora brasileña Chris Buissa

Por Bill Jimenez @billjimenez

La vida de Chris Buissa gira en torno a una utopía desde finales de marzo, una que celebra, aparte de su propio aniversario, su última muestra en la galería barcelonesa Víctor Lope. Y llamarla Utopías responde más a una introspección que a un mundo idealizado, a “una temática interna, relacionada con esos sueños que están dentro de ti y que no acaban de concretarse. Vives en ellos, son tus utopías y los necesitas. Siempre hay uno dentro de mis obras, una puerta onírica hacia tu interior, como un camino por el que te mueves, ya sea dentro del sueño o en su exterior”.

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La relación de Chris y el arte viene de lejos. Ya desde su infancia demostró esa pasión y alegría que exhibe al hablar de sus obras, ya sean las realizadas en Brasil o las actuales en Barcelona, su residencia desde hace diez años. La mayoría presentan numerosos elementos en común, como su interés casi innato por la abstracción: “Empecé de pequeña con las acuarelas y he de decir que nunca me atrajo la figuración, y menos la pintura al óleo. No suelo trabajar con él, y cuando lo he hecho –en un par de ocasiones–, he sentido que no eran del todo obras mías. Prefiero que las pinturas tengan cierta transparencia, por eso trabajo mucho con aguadas y acrílicos”.

Y aun así, no son más que una pequeña parte de los muchos materiales con los que se expresa. En su producción encontramos “mucho collage, materiales fijados para crear texturas y otros modificados o alejados de su uso habitual, como el cemento, que en lugar de mezclarlo con agua, prefiero aplicarlo en la obra de forma natural, dotándolo así de mayor elasticidad y adherencia.

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Su interés por los materiales naturales la condujo al wabi-sabi, el movimiento estético japonés que aboga por el minimalismo y la calidez de los objetos surgidos de la naturaleza. Y aunque la vinculación de Chris no sea directa, porque también recurre a elementos artificiales, una parte importante de sus trabajos se ha basado en los preceptos del wabi-sabi. “En Brasil yo trabajaba con materiales naturales, como el café, creando texturas a las que se fueron sumando las telas y las lonas”. Con el tiempo incluyó otros materiales de apasionante trasfondo, defendiendo siempre que “los materiales no están muertos, suman su historia al lienzo. Por ejemplo, las lonas con las que trabajo en varias obras son lonas antiguas de camiones que ya no existen en Europa. En Brasil aún pueden encontrarse, pero todas ellas superan los cincuenta años, cincuenta años de carretera. En algunos casos hablamos de papeles recuperados de paredes con un siglo de vida o maderas que la gente ha abandonado. Todo material desechado”.

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El principal problema al que Chris se enfrenta cuando trabaja con materiales tan longevos es el respeto que irradian. “A veces no sé qué hacer con un material tan bueno y lleno de vida. No puedo estropearlo, no puedo equivocarme, tampoco taparlo. Por eso me tranquilizo y contemplo el material, en ocasiones hasta tres días, recurriendo a distintos ángulos, girándolo, etc, hasta que surge la obra”. En otras ocasiones es más sencillo, y aunque las maderas sean jóvenes, las esculpe para que luzcan antiguas. El resultado suele acogerse al gran formato y, en los últimos años, a una composición vertical. Y quizá sea una evolución de su estilo, paralela a su llegada a Barcelona, que redefinió sus preferencias cromáticas. “Como buena brasileira usaba muchos azules, pero ya no me interesan. En Barcelona me decanté por el rojo, que ahora lo incluyo siempre, y los ocres. Esta predilección viene a ser general y la extiendes a tu vida, a tu forma de ser y vestir. Últimamente también estoy trabajando con amarillos.

Otra característica que con el tiempo ha ido sumándose a sus creaciones es el volumen, que aunque en la actualidad haya reducido su presencia, para ella ha sido muy importante en la última década. Estos diez años –y a partir de trabajar más con la materia– le permitieron identificarse con la obra de Tàpies, de la que se declara seguidora, pero también considera importante el componente fotográfico que poseen sus creaciones, imágenes obtenidas de otros artistas que escanea e imprime para una posterior fusión con el resto de elementos. Lo importante es que reine la armonía en sus medidas composiciones. “Creo en las energías y en su presencia tanto en las personas como los materiales. Si no existe conexión con ellos no surgirá la obra”. A veces la comunión es tan grande que queda reflejada en el título de la pieza. “No suelo titularlas. Me basta con saber qué representan y no les doy un nombre. Sólo en ocasiones, con obras muy concretas, éste aparece solo, con fuerza. Ocurre cuando tengo tan claro el mensaje que prefiero condicionar la percepción del público. Del resto de obras prefiero que cada uno saque sus propias conclusiones.”

Y nuestra conclusión es recomendaros sus Utopías, ya en su recta final, un ejercicio de abstracción y de narrativas en variados niveles que se conjugan plásticamente y conectan Brasil, Japón y el Mediterráneo en un paralelo de importante carga espiritual.


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