Revista Cultura y Ocio

Entrevista a Luis Heredia Barragán, autor de La luz entre las tinieblas

Publicado el 03 diciembre 2010 por Goizeder Lamariano Martín

Entrevista a Luis Heredia Barragán, autor de La luz entre las tinieblas

En 2008 Luis Heredia Barragán publicó su primera novela, Sandalio, el silencio de los inocentes, obra con la que fue finalista en 2007 del Premio Fernando Lara y que fue galardonada ese mismo año con el premio Ángel Miguel Pozanco. También es autor de las novelas que todavía no han sido publicadas La muerte camina con zapatos de tacón alto, Las piedras imperfectas del camino, Las raíces del universo y El club de los sinvergüenzas. Este año 2010 ha publicado su segunda novela: La luz entre las tinieblas.

Este escritor nació en Jaén hace 41 años. Actualmente reside en Los Villares, un pueblecito de la provincia de Jaén, donde trabaja como abogado y donde comparte su vida junto a su mujer y sus cuatro hijos. El mayor tiene 12 años y, como el propio Heredia asegura, “está en la tontura de la adolescencia”. El más pequeño tiene sólo dos meses. Por si no tuviera suficiente con una familia tan numerosa, este escritor convive también con tres perras: Noa, Kimba y Luna que, como él mismo confiesa, lo tienen “machacado”.

-¿Cómo y cuándo supiste que querías ser escritor?

-Toda la vida ha sido mi ilusión. Lo que pasa que mi profesión, la abogacía, ata mucho y no me decidía a ponerme con una labor que precisa de mucho tiempo. Al final, sobre mediados del año 2006, con el cambio de casa dije: ¡ahora! Y en estos cuatro años he escrito seis novelas a las que les falta una buena corrección y moverlas para publicarlas y darlas a conocer. No tengo tiempo ni para eso, soy un desastre.
-¿Por qué te hiciste escritor?

-Me encanta volar a otros lugares con la imaginación. Crear historias con las que emocionarme, emocionar y así, de paso, salgo de mi vida como letrado, que está muy amargada. Aunque, por otra parte, me permite vivir bien, todo hay que decirlo.

-¿Dónde buscas y encuentras la inspiración?

-Pues es algo extraño. Me pongo a escribir, siempre en casa, y empiezan a salir personajes por todas partes, tramas que no tenía pensadas, hilos que conducen al principio y se atan al final. Es raro, muy raro. Empiezo las novelas sin saber el final ni su desarrollo y aún así salen. Cuando las termino me da mucha pena, porque vuelvo a mi vida real hasta que otros personajes no llamen a mi cabeza con otra historia.

-¿Eres maniático a la hora de escribir: lo haces siempre a la misma hora, el mismo sitio, sigues algún tipo de ritual o por el contrario te dejas llevar por la inspiración, estés donde estés?

-No. Trabajo casi diez horas al día en mi despacho. Así que escribo al amanecer, antes de empezar la rutina de cada día y antes de llevar a los niños al colegio. Y los fines de semana cuando me dejan los peques, que es complicado porque tienen mucha padritis. Aunque te quemas al ver que no tienes el tiempo que desearías para dedicarle a la literatura y no sólo a escribir, sino también a corregir.

-¿Cómo definirías tus novelas?

-Pues hay de todos los tipos, desde humorísticas hasta críticas. Pero por lo general prima el sentimiento. La humanidad de sus personajes, la cercanía con el lector. Tengo un corazón blando y eso se nota al escribir.

-¿Por qué has escrito una novela sobre la Segunda Guerra Mundial, el Holocausto y el gueto de Varsovia?

-Desde pequeño he estado obsesionado con el Holocausto Judío. Pensaba qué haría yo si estuviera en la situación de esos padres, hermanos, mujeres que veían día a día cómo les arrebataban lo más preciado, su vida, la vida de quienes querían. Así que por eso se me ocurrió crear un personaje que fuese un abogado judío que pierde a quienes más ama, su mujer y sus hijos y al que el hilo del destino lo enrola en la resistencia. De todas formas esta novela tiene un cóctel de todo, aventura, amor, crueldad, espiritualidad, vivencias terribles. Debería conocerla el mundo, en serio. A veces creo que todo lo que recojo en ella fue verdad. Cosas que nos pasan a los que empezamos a perder la cabeza.

-¿Cómo ha sido el proceso de creación de la novela, tanto la documentación como la escritura? ¿Has estado alguna vez en Polonia o en algún campo de concentración? ¿Te ha resultado difícil escribir historias tan crueles, impactantes y duras?

-No he estado nunca en Polonia. La documentación ha sido a través de libros e Internet. Las historias me han salido del interior como si las estuviera viviendo. Veo a Alfred matando al niño con su madre cogida al cuello o a Jacob poniendo sobre el carro tirado por la mula a sus hijos como si hubiera estado allí. Es algo muy curioso. No me costó mucho escribirla, sólo un par de meses. Espero que algún día esta novela tenga a alguien poderoso detrás que la lance con fuerza.

-¿Con qué personaje de la novela te identificas más y por qué?

-Con Jacob. Porque es temeroso como yo, es humano y tenía antes de perderlo todo miedo precisamente a eso, a perderlo todo. ¿Y después qué? La vida le va haciendo fuerte entre tanto dolor y la luz del amor le abre paso en su dura existencia. Me gustan también mucho los dos hermanos ortodoxos Endre y Erst. Tienen algo de humor negro, como me pasa a mí.


Entrevista a Luis Heredia Barragán, autor de La luz entre las tinieblas

-¿Qué busca un abogado en la literatura a la hora de leer?

-Algo que me ate al sillón y no me deje levantarme. Historias que me emocionen, que me hagan reír, que me saquen de mi mundo cotidiano. Si la literatura tuviera muchas historias así, habría más lectores. Una persona no puede coger un libro, leer 100 páginas y que todavía no haya llegado la historia a ningún sitio. Eso aburre, dejas el libro y te olvidas de leer.

-¿Y al escribir?

-Sueño con contar historias. Sueño con llegar a muchos lectores. Sueño con que algún día la gente te lee y le gusta lo que escribes y, así me evado de mis pleitos diarios y me meto en la cama con muchas lectoras (risas).

-¿Qué es lo mejor y lo peor que has oído o leído sobre La luz entre las tinieblas?

-Lo mejor me lo dijo un tremendo lector, ya mayor. Cuando la leyó dijo que la novela debía conocerla el mundo y que si algún judío la leyera, no dudaría en ir a conocer a su autor. Me emocionó, pues era de los primeros que la leían, cuando todavía era un manuscrito. Lo peor, que tiene faltas de estilo, corrección, etc. (Risas). No, es broma. Todo el mundo que la lee me pide que le regale otra para su primo. Es gracioso el tema, nadie me pregunta cuánto cuesta, sino que me pide que le regale una porque dicen que para eso soy abogado y las cosas me van bien. En general, a la gente que la lee le gusta. Mi hermano que no había leído una novela en su vida ha leído ésta unas ocho veces. Ya me llama Jacob en vez de Luis.

-¿En qué proyecto estás trabajando ahora?

-He terminado de escribir la novela titulada El club de los sinvergüenzas y parece que por fin voy a entrar en las cuadras de una de las editoriales grandes. Cruzo los dedos. Si es así, se abriría el paso a mis otras novelas y se lanzaría La luz entre las tinieblas a gran escala. Ese al menos es mi deseo para 2011.

-¿Cómo ha sido tu experiencia personal a la hora de publicar tus dos novelas?

-Me emocioné mucho cuando, después de terminar la novela Sandalio, el silencio de los inocentes, me la aceptaron en la editorial El Tercer Nombre a través de su sello Almirante, nuevas voces. Fue algo maravilloso pues yo no busco dinero con la escritura. Si así fuera ya la habría dejado. Busco emocionarme con los que me leen. Luego vino la presentación en Madrid, en mi pueblo, todo maravilloso y, después…los desengaños de los autores nóveles. Todos empezamos así.

-¿Cómo ves en la actualidad el mercado editorial español?

-Está claro que no abren las puertas al joven escritor desconocido aunque haya escrito Cien años de soledad. Ni te leen. Es una pena no dar oportunidades a gente joven. Así que leeremos siempre a los mismos. Esto debe cambiar. Los premios literarios grandes están dados de antemano y pactados con su autor y los pequeños apenas si los pueden lanzar por la crisis. Veo negros nubarrones en el horizonte. No obstante, desde aquí animo a todo aquel al que le guste escribir a que siga haciéndolo y soñando. Llegará su día y su novela verá la luz. Nunca se ha de desanimar nadie por la negativa de alguien que ni te ha leído.

-¿A qué se debe que los beneficios de esta novela se donen a Haití?

-Los beneficios de Sandalio, el silencio de los inocentes fueron para la asociación de Síndrome de Down de Jaén. La luz entre las tinieblas la publiqué poco después de la gran tragedia de Haití y pensé que si los derechos de autor son mil o dos mil euros, seguro que servirán para algo, no para mucho, pero sí para poner un granito de arena para poco a poco llenar una playa vacía de amor y de agua.


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