Revista Cultura y Ocio

Entrevista a Men Marías por su novela «Lo que arrastra la lluvia»

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«Emociones, lirismo y una estructura original en el nuevo libro de Men Marías, “Lo que arrastra la lluvia” que ayer reseñamos en laslecturasdeguillermo. Hoy la autora contesta a nuestras preguntas en una charla amena y profunda, porque Marías tiene mucho que decir ya que es una novela sentida.»

Entrevista a Men Marías por su novela «Lo que arrastra la lluvia»Entrevista realizada por Maudy Ventosa.

Maudy.- Los libros siempre son un reflejo de nosotros mismos, las preguntas que le voy a hacer están sacadas de la novela. Cuando duele el alma se escribe mejor porque la escritura tiene un efecto liberador, catártico…
Men.- Eso es así, para qué vamos a decir lo contrario. Hay una parte de maldición en ser escritor, pero también una de bendición que es precisamente esa.

P.- ¿Cómo una persona tan joven como usted es capaz de profundizar tanto en el alma humana?
R.- Creo quela juventud o la vejez están en lo que has vivido, no en la edad que tienes. He visto personas con una edad muy avanzada que no han vivido más que, a lo mejor, una persona de diez años. Hay muchos tipos de relojes; está el que te indica la hora de comer y el que te indica el tiempo de vida real que has vivido. A veces coinciden y a veces no. Un niño con diez años puede tener más vida a la espalda por lo que le ha tocado vivir que una persona que tiene sus noventa años. Lo pienso de verdad. En lo que respecta al dolor, a este tipo de emociones que no nos gusta sentir, cada uno las conoce cuando las tiene que conocer, a los diez o a los noventa, y hay gente que no las conoce nunca. La edad, en ese sentido, es un poco relativa.

P.- Presenta buenos muy buenos y malos muy malos, ¿sus personajes se basan en personas reales?
R.- No, aunque la protagonista, Marina, parte de una idea real y que avanzo en la dedicatoria: A Rocío, en cuya mirada encontré esta novela. Rocío es una vagabunda que conocí. Lo demás es producto de mi imaginación, de pensar qué podría pasar si llevamos la situación que estaba viviendo un poco más lejos. No estoy muy de acuerdo con eso de personajes buenos muy buenos y malos muy malos, porque no creo en eso. La bondad y la maldad son cuestiones que dependen de quien las conciba, algo fascinante del ser humano y yo intento que aparezca en mis personajes.

P.- Incluye temas muy profundos y diferentes, ¿cómo se ha documentado para describir todo esto?
R.- En La última paloma sí tuve que documentarme de manera amplia porque aparecen datos históricos; en esta novela hay menos documentación. He tenido relación con Rocío y con otras personas que también viven en la calle, pero poco más porque sentía que la novela no lo necesitaba. Es una novela sentida.

P.- Todo eso me recuerda a Galdós, a Misericordia, al mundo jerarquizado de los mendigos, de las prostitutas…
R.- Es el sistema de poder que tenemos en nuestra sociedad, en nuestro plano de la realidad tan cómodo en el que estamos instalados; en los planos marginales también existe esa prelación de poder. Entre los que están peor también hay jefes y al no formar parte de la sociedad, al no estar integrados, sus leyes tampoco lo están y son mucho más autocompositivas, más violentas. Eso existe. Algo que me llamaba mucho la atención cuando me empecé a adentrar en esos mundos para escribir la novela, es que nosotros que tenemos una casa, nos concebimos como una especie colaborativa. Nuestro sistema social, nuestras leyes, las normas por las que nos regulamos están dirigidas a la colaboración entre nosotros y si se violan hay una sanción; hay otros mundos en los que el ser humano no se relaciona de manera colaborativa, sino buscando la supervivencia. El altruismo aparece cuando las necesidades básicas están cubiertas.

P.- El lenguaje que utilizan sus personajes está muy bien adaptado a cada uno, como el de Julia, la joven que está descubriendo su primer amor, ¿cómo llega a ellos?
R.- Hay un personaje que no había utilizado hasta ahora y que rechazaba en mis obras: el ingenuo. Había trabajado la ilusión después del dolor, la que aparece cuando una persona lo ha perdido todo, nunca la ilusión innata, la que todos traemos de serie; yo, como escritora, necesitaba un personaje como Julia, a la que todavía no han hecho daño y es muy luminosa. Todavía no sabe que la vida duele mucho. Me apetecía trabajar eso esta vez. Los adolescentes tienen una jerga muy característica y yo escucho cuando hablan sin que ellos lo sepan, es una parte muy importante de la literatura, observar el mundo que nos rodea porque no quiero ser ese escritor que solo tiene su punto de vista.

P.- Las historias aparecen observando, como dice Reverte. Tal vez no sirvan en ese momento, sí para más tarde…
R.- Efectivamente, a veces me viene la historia y yo la digo, vete a buscar a otro autor porque yo ahora mismo no te puedo atender; me asomo a la ventana y estoy viendo una historia y ya he aprendido a decir que no.

P.- ¿Es posible que una persona sea asertiva cuando le rompen el corazón?
R.- Sí; considero que la verdadera prueba del ser humano es que, a pesar de todo, la vida no te convierta en una mala persona. Creo que es posible. Después de que te rompan el corazón, tienes que tener un momento para curarte; el cardiocentrismo también se puede llevar al ámbito material. Que te rompan el corazón es un infarto, necesitas tu tiempo de curarte, afrontarlo y conseguir que la vida no te convierta en una mala persona.

P.- ¿Lo mejor de la vida es gratis?
R.- Es muy relativo. Hay una serie de frases hechas que el sistema nos ha inculcado para que no nos rebelemos contra él porque don dinero no es tonto y te convence de que lo mejor de la vida es gratis; no en este sistema.

P.- Habla mucho de emociones, ¿qué mueve más, el amor o la ira?
R.- Pienso de verdad que el amor. Termino la novela diciendo que la ira es el antidepresivo más barato que existe hoy y utilizamos la ira para no sentir tristeza. Son estadios del amor, porque siempre está ahí, aunque esté disfrazado de ira, de tristeza… Cuando una persona está enfadada, triste, en el fondo subyace amor…

P.- O desamor…
R.- Es que el desamor también es amor… La verdadera naturaleza del ser humano es el amor. Decía Píndaro:llega a ser quien eres. Tú eres amor; cualquier ser humano es amor y ese es tu yo desnudo, y llevamos encima mucha ropa que oculta el cuerpo, pero esa ropa no hace que desaparezca el cuerpo; está ahí. Cada uno se relaciona con la vida como puede. ¡Hay gente que viene de tanto dolor! A las personas que tienen discapacidades físicas no se les exigen ciertas cuestiones, en cambio, a las personas con discapacidades emocionales, casi todos, se nos exige vivir en un mundo de adultos con los recursos de niños muy pequeños…

P.- ¿Qué importa más, lo que soy o lo que hago?
R.- Lo tengo clarísimo, lo que soy, aunque sea políticamente incorrecto. Lo que hago, muchas veces no responde a lo que soy.

P.- No estoy muy de acuerdo…, una vez que bajamos las defensas, aparece cada cual como es.
R.- Pienso que lo que eres de verdad está muy tapado y creo que no hay una correlación lógica entre lo que eres y lo que haces. A veces, ves una persona con un ego como un campanario, pero esa persona no es ego, es tristeza, es inseguridad, se está cubriendo con eso. No es un cheque en blanco porque lo que haces tiene consecuencias y las tienes que asumir. No es tan sencillo.

P.- Todos los seres humanos somos una mezcla del bien y del mal, ¿qué hace que de adultos predomine una parte u otra?
R.- El lugar del que venimos. Creo que el bien y el mal se aprenden, pero hay algo maravilloso, y es que también se desaprenden. La mayor maravilla del ser humano es la plasticidad, la capacidad de reinventarse constantemente que me llena de mucha ilusión y de alegría. No está escrito que tú tengas que ser la persona que eras hace diez minutos. Creo que lo que predomina es lo que hemos aprendido, es encontrar la zona en la que estás seguro; predomina aquello que queremos ser.

P.- ¿Las personas vulnerables son más fueres?
R.- La vulnerabilidad se puede concebir de dos formas. Mi maestro de artes marciales siempre nos decía que no mostremos dónde nos está doliendo porque si lo mostramos, el oponente va a ir ahí. Se vulnerable porque tú eliges ser vulnerable, ahí no hay ningún problema. La persona que se muestra vulnerable de manera consciente, es el ser humano más fuerte que existe. El problema es que el dolor se apodere de ti. Si tu quieres mostrar el dolor, para mí, pleitesía eterna, porque tú lo eliges, pero si la vulnerabilidad se apodera de ti, si eso te come, si es como te presentas al mundo sin quererlo, para mí eso no es fortaleza.

P.- ¿La maldad nos hace libres?
R.- La maldad es la mayor esclavitud que existe, porque no es tu naturaleza. No creo en el dogmatismo ni soy una relativista moral, pero para mí el mal es la mayor forma de esclavitud.

P.- La crisis económica puso patas arriba la vida de muchas personas. Las dificultades, ¿ayudan a crecer o aflora lo peor de nosotros mismos?
R.- Ceo que las dos cuestiones. Las dificultades y la crisis por una parte sacan lo mejor de nosotros porque, si tengo un problema que mide un metro, para enfrentarme a él tengo que medir metro y medio. Crezco, y cuando lo resuelvo, sigo midiendo metro y medio. Por otra parte, también saca lo peor de nosotros. Prestamos poca atención al cuerpo. Cuando no están satisfechas las necesidades básicas porque en nuestra sociedad están cubiertas; si tu tienes hambre, te acompaña a donde vayas y el hambre es un percutor porque te está avisando el cuerpo; como estamos hechos para la vida, vamos a hacer cualquier cosa para comer y ahí pueden surgir determinadas cuestiones poco agradables.

P.- Cortázar, Benedetti, Kafka, Camus, Xriz… amor y existencialismo, ¿cómo lo conjuga de manera tan bonita?
R.- Lo que más me gusta de esta novela es al Club de Lectura que dirige Carmen, y me di cuenta de que la trama que estaba mostrando se podía explicar a través de una serie de obras que a mí me fascinan como son La Metamorfosis, El Extranjero, El doctor Jekyll y Mr.Hyde y Así habló Zaratustra…Me pareció que encajaba de manera natural, lo que me hizo sentir una felicidad tremenda y ¡lo tengo que meter! Explican las cosas mucho mejor que yo, lo tomo como aliados y no rechazo su ayuda.

P.- Y Cortázar y Benedetti… Te voy a querer sin preguntas, me vas a querer sin respuestas… Es una idealización absoluta…
R.- Todo el blog de Julia; el amor como absoluto… si tengo aliados, ¿por qué voy a rechazar su ayuda?

P.- ¿La mejor manera de esclavizar a una persona es hacerla sentir libre?
R.- ¡Es rotundo! El esclavo, por naturaleza, quiere irse, el anhelo es buscar la libertad, ¿qué mejor forma de arrancar de raíz ese anhelo, el mayor obstáculo de la esclavitud, que hacerlo sentir libre?

P.- Mezcla distintos géneros literarios, epistolar a través de e-mail, literario, casi diario, blog… ¿hay que estar en la onda para no perderse?
R.- E-mail y entradas de un blog… para mí, el género epistolar es el natural del ser humano de comunicarse. El papel no se ruboriza, lo admite todo. El blog de Julia es otra forma de cartas porque se está escribiendo a sí misma y a sus amigas; la novela está escrita con un narrador omnisciente, y luego narrador en primera y segunda persona a través del blog y de e-mail, natural hoy día, pero también lo entendería una persona que no sabe nada de internet. Ojalá sea así y no me equivoque.

P.- Es una novela muy sensorial; describe de manera bella la magia de su Granada, ¿le llega muy hondo su ciudad?
R.- Vuelvo a vivir en Granada y encontré que, la manera más efectiva de hablar con el tiempo, era mi ciudad. La manera de relacionarme con la ciudad, para mí es algo único. Granada es la ciudad de la magia. Aquí te puedes esconder de cualquier cosa menos del Veleta. Siempre te está observando, no me puedo esconder del Veleta. Otra muralla es La Alhambra, tú vas andando y te la encuentras como un susto porque no te la esperas, tan perfectamente integrada con los pisos colmena que hay en todas las ciudades. Hay armonía, es una inmersión de la magia en el mundo real, eso es Granada. También hay zonas muy oscuras, de droga, de prostitutas… El niño de los grafitis hace dibujos preciosos y en la carretera de Jaén, llena de prostitutas, hay una que dice: cuando sea mayor, quiero ser artista. Es que aquí hay algo mucho más allá de lo que vemos.

P.- ¿Pesan más las mentiras y las pérdidas que los años?
R.- Lo que pasa por el rostro no son los años, sino las mentiras, las traiciones, el dolor… El mejor tratamiento antiedad es la alegría, la felicidad. Cuando te dicen hoy tienes el guapo subido, es porque estoy alegre y eso se ve en el rostro, lo mismo que cuando la vida empieza a doler mucho, también se ve en el rostro. Lo camuflamos con que son los años, pero no son los años…

Espero Men, que siempre tenga el guapo subido, porque significa que está feliz. Gracias por su amabilidad y por sus respuestas. Me ha encantado que me dijera que hoy está guapa porque la he dejado alegre. Tú también a mí, espero que se me note.

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