Revista Cultura y Ocio

Entrevista a Nuria Llop, autora de La joya de mi deseo

Publicado el 20 diciembre 2014 por Ana Bolox @ana_bolox

Hace unas semanas tuvimos ocasión de comentar en este blog la novela, La joya de mi deseo, de Nuria Llop. Hoy tenemos la fortuna de tener aquí a la propia Nuria que ha tenido la amabilidad de concederme una entrevista..

-Bienvenida a Detrás de un escrito y gracias por acceder a esta entrevista, Nuria.

-Gracias a ti por darme la oportunidad de estar presente en este espacio, en tu blog.

Nuria Llop y su libro

Has publicado dos títulos: La joya de mi deseo y La diosa de mi tormento, ambas del género romántico. ¿Por qué escribes novela romántica? ¿Es éste el género al que quieres dedicarte o estás dispuesta a probar otros en el futuro?

Escribo romántica porque es el género que más me gusta leer desde hace años y porque es el que más conozco, y creo que es mejor escribir basándose en lo que conoces. He sido lectora de fantasía, ciencia-ficción, novela negra y de misterio, narrativa femenina, de histórica… pero desde que descubrí la romántica con 28 años (quizá un poco tarde, sí) es el único género que no he dejado de leer y el que me motivó a recuperar el afán por escribir que tenía en la adolescencia y que abandoné por diversas razones. Mi intención es continuar dedicándome a la novela romántica, pero no descarto probar algo diferente. Aunque eso sería a largo plazo y supongo que lo alternaría, porque dudo que deje de escribir romántica algún día. ¿Con qué genero probaría? Tengo un ídolo: Christopher Moore. Creo que califican sus novelas de “humorísticas” pero para mí es mucho más que humor.

Personalmente encontré La joya de mi deseo como una vuelta a aquellas lecturas juveniles en las que el enredo y los malentendidos daban el toque de humor; la aventura, las huidas a caballo en la madrugada, las persecuciones por los corredores de un palacio y los duelos entre caballeros proporcionaban la pincelada de aventura; y, por supuesto, los equívocos entre los dos enamorados dificultaban la relación amorosa hasta volverla casi imposible. Se trata pues, de una mezcla de comedia de enredo, novela de capa y espada, y relación amorosa que has sabido conjugar perfectamente en La joya de mi deseo. ¿Era eso lo que buscabas?

Era exactamente eso, y me alegro mucho de que hayas captado la relación. Las comedias de enredo, las de capa y espada…, esas obras tan representativas del Siglo de Oro siempre contenían o se basaban en una historia de amor, y con La joya de mi deseo quise recuperar y reivindicar esa parte de nuestra literatura que a menudo olvidamos o infravaloramos en favor de obras foráneas.

 

Hablemos de personajes

De momento, sólo he leído La joya de mi deseo, pero está claro que en esta novela, aunque la trama es obviamente de naturaleza romántica, tocas otros temas de extremado interés. Empecemos por uno que has simbolizado en la figura de Luisa Estrada: una mujer fuerte que no cabe en un mundo diseñado por hombres y para los hombres, pero que no renuncia a su sueño de convertirse en maestra joyera. ¿Es una denuncia sobre el ostracismo al que se ha sometido a la mujer durante siglos?

Sí, lo es. Porque, por desgracia, sigue siendo un problema actual. Se ha avanzado, claro, pero de forma desigual. Y no me refiero a las diferencias entre occidente y oriente, sino a las que podemos ver con nuestros propios ojos. La condición de la mujer ha mejorado mucho en las grandes ciudades, pero no tanto en localidades pequeñas ni en determinadas zonas de nuestro país. Podríamos trasladar el caso de Luisa a una gran ciudad y sería válido si la situáramos en una multinacional, por ejemplo, donde la mayoría de altos cargos son hombres. Luisa tendría que luchar bastante más que cualquiera de sus compañeros masculinos para llegar a un puesto directivo.

El personaje de Álvaro Villanueva, el galán de cuyos encantos ninguna fémina escapa, va transformándose según avanza la novela y acaba por representar el nuevo hombre dispuesto a aceptar un papel más activo de la mujer en la sociedad. ¿Ese cambio se debe la naturaleza abierta del personaje o es el amor que siente por Luisa el que le hace abrir los ojos a esa nueva posibilidad para la mujer?

Ambas cosas. El amor que uno siente por otra persona conlleva la necesidad de ver y saber que esa persona es feliz. Si para que Luisa sea feliz, él ha de aceptar que regente la joyería y que trabaje como joyera, lo aceptará sin dudarlo. En ese “sin dudarlo” es donde entra la naturaleza del personaje, el actor. Álvaro es un artista y, como tal, tiene una personalidad especial. Los artistas, aunque se adapten a la sociedad para poder vivir, suelen rebelarse ante dicha sociedad. Unos lo harán abiertamente y otros, de forma sutil o través de su arte. Por lo tanto, a Álvaro no le va a resultar difícil tener una esposa con un oficio que, en esa época, solo desempeñaban hombres, sino al contrario: admira ese sueño de ella, y esa es una de las razones por la que la ayudará a conseguirlo.

El criado de Álvaro es un personaje absolutamente genial y difícil de conseguir con la maestría con que tú lo haces. ¿Fue inspiración? ¿Producto del trabajo? ¿Lo buscaste así adrede? ¿Te iluminó la musa…? Es una de las preguntas que más me persiguió mientras leía tu novela. No podía dejar de admirar la genialidad del personaje.

El caso de Cristóbal es algo complejo y muy simple a la vez. En parte, está basado en lo que hoy día se diagnostica como síndrome de Asperger, que es un tipo de autismo de alto nivel. He conocido algún caso de niños diagnosticados como tal y me planteé qué debía ocurrir con estos niños cuando se desconocían por completo este tipo de trastornos que hoy día tenemos tan clasificados. Y llegué a la conclusión de que cada uno se buscaría la vida como buenamente pudiera. Eso hice con Cristóbal, que insisto en que no es un Asperger propiamente dicho, pero sí lo doté con algunas de sus características, con aquellas que me ofrecían más juego para ser el contrapunto de Álvaro: la verdad frente a la mentira, la inexpresividad frente a la viveza y pasión por todo… Lo más curioso de este personaje (y que me sorprendió a mí misma mientras lo contruía) es que acaba siendo el “gracioso” de la novela, mientras que en el mundo actual, alguien con su carácter y personalidad sería probablemente un marginado. Si está bien contruido (gracias por decírmelo, siempre me quedan dudas respecto a eso) quizá sea por lo que decía antes: es mejor escribir sobre lo que conoces.

Catalina de Velasco. Otra mujer de armas tomar que, como Luisa, aspira a vivir su vida defendiéndola del paternalismo y la abusiva custodia masculina. Aunque en este caso, Catalina cuenta con una ventaja con respecto a Luisa: es noble y tiene recursos económicos con los que defender su independencia. Sin embargo, según tengo entendido, en La diosa de mi tormento veremos a Catalina pasar de su actividad de alcahueta a caer en los brazos de Eros. ¿Qué buscas contar con este personaje?

Dos cosas: una, que la realización personal de una mujer, la posibilidad de sentirse independiente y completa, no está reñida con el amor ya que se puede encontrar una pareja que te permita ser tú misma; y la otra, que el amor no se busca sino que se encuentra, y que suele llegar cuando menos lo esperas.

Y con respecto a nuestro antagonista…, el malo malísimo que hasta cae mal a su propio hijo. ¿Reunir en él tanta vileza no lo hace un personaje tópico? ¿Qué pretendías mostrar con él?

Es un poco tópico, sí. Es el equivalente al “villano” de las comedias. Pero creo que es coherente con el tema central de la novela: la ambición. Álvaro y Luisa tienen cada uno la suya, en un grado bastante alto, y centrada en sus logros personales; la del antagonista es extrema y, además, centrada en el aspecto económico. Pretendía mostrar que la ambición sin medida puede ser peligrosa para uno mismo, sobre todo si se dirige hacia la posesión de bienes materiales, mientras que un poco de ambición personal es beneficiosa e incluso, a veces, necesaria para avanzar en la vida.

 

Hablemos de Nuria Llop

Tal y como se apuntó al principio de la entrevista, La joya de mi deseo es una combinación de amor, intriga y humor. Una mezcla equilibrada de estos tres

Entrevista a Nuria Llop, autora de La joya de mi deseoNuria Llop">">Nuria Llop" height="225" width="225" alt="Nuria Llop" class="alignright wp-image-1057 size-full" /> elementos que recuerda a ciertas series televisivas, como Castle (soy una fan incondicional de esta serie), pero ambientada en Madrid, en el Siglo de Oro. ¿No es una mezcla extraña, fuera de los convencionalismos? ¿Eres una escritora arriesgada o innovadora?

¡Castle es una serie genial! ¿Una escritora arriesgada, en general? No lo sé. Esta novela en concreto sí fue una apuesta de riesgo. Sabía que me arriesgaba a que las editoriales la rechazaran por no seguir las tendencias del momento, y eso fue lo que ocurrió durante un tiempo. Todas a las que envié propuesta editorial me contestaban con el mismo mail: “no encaja en nuestra línea editorial”. Pero yo tenía claro que quería hacer algo diferente a lo que se publicaba, y continué insistiendo y probando hasta que Círculo de Lectores me llamó. Respecto a lo de innovadora, yo diría que no; ya se habían publicado un par de novelas de romántica histórica ambientadas en España (aunque no en el Siglo de Oro). Y no soy innovadora en lo que a estructura de la novela se refiere porque sigo las reglas clásicas del género. Por ahora, me siento cómoda en ellas.

¿Qué te llevó hasta la novela romántica?

Literalmente, una amiga y compañera de trabajo. Me prestó un día una de sus novelas favoritas, una romántica contemporánea, y me enamoré. En cuanto la acabé, me fui a una librería y cargué con todas las novelas románticas que mis brazos pudieron llevar.

Por lo que sé, acabas de publicar La diosa de mi tormento, que en esta ocasión tiene como protagonista a Catalina de Velasco, y en el cajón aguarda una tercera entrega que se ocupará de Diego, el hermano de Álvaro. Cuando la saga acabe, ¿Tienes en mente tocar otros géneros?

De momento, no. Voy a seguir con romántica histórica, aunque avanzo un siglo y me traslado al Mediterráneo. Aún me estoy documentando y jugando con la trama, a ver qué me gusta más o qué puede funcionar mejor, como dices en una de las entradas de tu blog.

¿Qué tal se lleva la vida de mujer casada, con hijos, trabajadora y, además, escritora? ¿No es mucho?

Es una locura, sí. No hay día que no me falten horas, pero procuro tomármelo con calma y buen humor. Me reservo unas pocas horas al día para escribir, generalmente de madrugada, y el resto voy improvisando según el trabajo que tenga o lo que haya que hacer en casa. La ventaja es que disfruto casi igual escribiendo que con mi trabajo, y que mi marido y mis hijos intentan colaborar en lo que pueden.

También escribes guiones cinematográficos… ¿Cómo entraste en ese mundo? ¿No es algo totalmente diferente a la escritura de novela?

En realidad, no escribo guiones. Hago lo que se llama “ajuste y adaptación” para el doblaje de películas y series de TV, es decir, parto de una traducción al castellano o al catalán del idioma original que sea y modifico lo necesario para que cada frase encaje en los movimientos de las bocas de los actores. En eso no puedo inventar porque debo respetar al máximo la traducción. Y entré en el mundo del doblaje porque mi madre trabajaba ya en él y a mí me encantaba, así que seguí sus pasos como actriz. Luego, por una cuestión de horarios y sueldo, empecé con las adaptaciones y ahora combino ambas cosas.

Ya hemos mencionado por encima, en algunas de las preguntas previas, algún que otro proyecto. ¿Puedes contarnos algo más sobre ellos y sobre aquellos que no se han mencionado aquí?

Aparte de la novela que te comentaba, que está aún en la primera fase, tengo otro proyecto en esa misma fase: uno ambientado en Toledo a mediados del siglo XVII. La verdad es que cuando terminé la tercera novela de la saga del Siglo de Oro no sabía con cuál de los dos continuar; al final me he decantado por el del siglo XVIII, más que nada por variar un poco. También tengo mi “libreta de ideas”, en la que hay dos muy claras: una de romántica histórica y una saga que abarca varios subgéneros y que algún día desarrollaré. Y luego están mis dos primeras novelas, de romántica contemporánea, guardadas en un cajón porque cojean un poco y necesitan una reescritura, pero ahora me apetece más seguir con la histórica.

Y, para finalizar, una curiosidad que ha venido rondándome desde que vi la portada de tu libro por primera vez: ¿por qué no se le ve la cara a la mujer de la portada? ¿Por qué le cortan el rostro a la altura de los ojos? Cuéntamelo, porque tengo una intriga con ello que no me deja dormir

;-)

Jajajaja…, pues no lo sé con seguridad, pero creo que no es más que una cuestión de modas. También en las portadas de novelas hay modas, aunque no nos lo parezca. El año pasado aún era frecuente que la figura humana en las portadas de romántica no mostrara el rostro porque estaba de espaldas, o se mostrara incompleto, como en “La joya de mi deseo”. En cambio, en La diosa de mi tormento, que ha salido este año, ya se le ven los ojos. Si echas un vistazo a las portadas de romántica histórica de los últimos meses, verás que la mayoría contienen un rostro completo y algunas incluso una mirada directa que parece decir “¡cómprame!”. Las portadas son una forma de arte, aunque le llamen “diseño”, y como todo arte, también evolucionan y van creando modas temporales.

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