Revista Salud y Bienestar

Entrevista al Dr. Gaetano Morello (Canadá): "‘Los probióticos son claves para una buena digestión’

Por Fat
El Dr. Gaetano Morello es médico naturópata con consulta en West Vancouver, Canadá. Obtuvo su título de Bachelor of Science por la University of British Columbia y el de Doctor of Naturopathic Medicine por la Bastyr University of Natural Health Sciences de Seattle, Washington.
Durante los últimos 15 años, el Dr. Morello ha estado formando e instruyendo a médicos, farmacéuticos y expertos en salud sobre el uso científico de las medicinas naturales en cardiología, inmunología, gastroenterología, anti-envejecimiento y detoxificación.
Ha contribuido como autor en la obra de referencia titulada ‘Alternative Medicine, A Textbook of Natural Medicine’. También es el autor de ‘The Fiber Miracle’. Conferenciante y colaborador habitual en gran número de revistas, diarios y publicaciones, el Dr. Morello ha dirigido y participado en numerosos programas de televisión y radio sobre el poder de la medicina natural.
P. ¿Qué son los probióticos?
R. Los probióticos son bacterias vivas no tóxicas, sino beneficiosas, necesarias para la vida y que no producen enfermedades (no son patógenas). Las bacterias probióticas que se estudian con mayor frecuencia incluyen cepas de Lactobacillus y Bifidobacteria, que por su capacidad para metabolizar la lactosa, también son conocidas como las bacterias del ácido láctico. Ambas bacterias probióticas están bien estudiadas y disponibles en alimentos y suplementos alimentarios.
P. ¿Por qué son importantes las bacterias probióticas para la salud digestiva?
R. Las colonias de bacterias del intestino se denominan ‘microflora’. Mientras que una microflora normal se asocia a una buena salud, los trastornos de salud intestinal están relacionados con unas funciones inmunológicas debilitadas. Un desequilibrio de la microflora natural suele asociarse a varias enfermedades, como las candidiasis y el cáncer de colon.
La ingestión oral de bacterias probióticas ayuda a mantener y modificar la composición y las actividades metabólicas de la microflora del intestino grueso. La microflora del intestino grueso colabora en la digestión a través de la fermentación (reduciendo el pH del intestino, haciéndolo más ácido e inhóspito para las especies invasoras), protege frente a las bacterias patógenas y estimula el desarrollo de determinados compuestos del sistema inmunológico. Las bacterias del ácido láctico desempeñan un papel fundamental en la microflora intestinal, siendo capaces de influir sobre su composición para beneficiar a la salud.
También se ha demostrado que las bacterias probióticas tienen propiedades anticancerígenas. En un estudio realizado, los pacientes con cáncer de colon que tomaron leche fermentada con L. acidophilus mostraron un número considerablemente mayor de lactobacilos intestinales y menor número de factores asociados con el cáncer de colon.
La lactosa es un azúcar muy importante que se convierte en ácido láctico gracias a las bacterias del ácido láctico. La intolerancia a la lactosa es debida a la incapacidad para digerir la lactosa porque las células de las mucosas del intestino delgado no son capaces de producir lactasa, la enzima necesaria para ello. Con frecuencia, es la consecuencia de una enfermedad gastrointestinal congénita o la reducción de los niveles de lactasa intestinal asociada con el envejecimiento. Las personas que sufren una deficiencia en lactasa acumulan la lactosa no absorbida en el tracto gastrointestinal, el cual absorbe el agua y los electrolitos hacia el intestino y acelera el tiempo de tránsito, lo cual da lugar a meteorismos, cólicos, diarrea y mala absorción de nutrientes. Se ha demostrado que las bacterias del ácido láctico contribuyen a la metabolización de la lactosa, concretamente favoreciendo la actividad de la lactasa (beta galactosidasa), mejorando así la digestión y la tolerancia frente a la lactosa.
P. ¿Con qué frecuencia deberían tomarse probióticos para garantizar una ayuda óptima al sistema digestivo?
R. Aunque es posible que las bacterias probióticas sobrevivan al paso por el estómago, no colonizan permanentemente el cuerpo y deben ser repuestas. Por tanto, deben ser ingeridas de forma regular para que persistan sus efectos beneficiosos sobre la salud.

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