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Equipos históricos: El Inter de Helenio Herrera

Publicado el 27 octubre 2011 por Marianofusco

Equipos históricos: El Inter de Helenio Herrera

Recordado por haber cimentado su éxito en un esquema conservador y ultradefensivo, el Inter del legendario entrenador argentino Helenio Herrera reinó en Italia y Europa durante más de tres años y se constituyó en uno de los grandes equipos de la década del ’60.

Ganando tres Scudettos, dos Copas de Europa, dos Intercontinentales y alcanzando un aura de misticismo e identidad muy fuerte, aquel fue un conjunto que aunque a muchos no agradó, logro hacerse de un lugar en la historia enalteciendo los ideales de un estilo que perfeccionó hasta convertirlo en imperturbable.

En el nacimiento y el posterior desarrollo de este mítico once mucho tuvo que ver Angelo Moratti, quien en 1960, cinco años después de haberse transformado en propietario y presidente del club “neroazurro”, contrató los servicios del estrafalario pero a su vez muy eficiente Helenio Herrera.

Luego de unos cuantos años afincado en España, país en el que comenzó a ser mundialmente reconocido como entrenador dirigiendo exitosamente los destinos del Atlético Madrid, HH llegaba procedente de otro gran club español como el Barcelona, del que había tenido que marcharse enfrentado con la estrella húngara Lazlo Kubala tras dos temporadas en las que había obtenido grandes resultados cimentado su peculiar y poco agradable personaje. 

Ingenioso y prepotente, Herrera marchó rumbo a Italia llevándose consigo a Luis Suárez, quien luego de unos cuantos años brillantes en el Barca, club al que había llegado con 18 años y en el que había evolcionado junto a futbolistas tales como Segarra, Ramallets, Czibor, Kocsis y hasta el mismísimo Kubala, llegó al Inter constituido en el mejor futbolista del mundo. 

Sin resultados positivos en sus primeros dos años como entrenador del equipo, el “Mago” instauró las concentraciones y las dietas en tiempos en los que el fútbol no era del todo profesional y diagramó pacientemente su once ideal, recuperando al lateral Giacinto Facchetti -lo habían cedido al Atalanta-, pidiendo por los fichajes de futbolistas como Tarcisio Burgnich y Jair Da Costa y dándole la oportunidad de jugar a jóvenes valores surgidos de la cantera como Sandro Mazzola, hijo de del legendario Valentino.

Pensando más en defender que en atacar, Herrera adoptó la táctica del cerrojo empleada en los años ’30 por el austriaco Karl Rappan e introducida en Italia por Nereo Rocco (cuatro defensores fijos marcando al hombre) y la hizo aun más fuerte añadiéndole un libre que en su equipo estaba representado en la figura de Armando Picchi, capaz de moverse por detrás de una linea de cuatro en la que dos eximios laterales como Burgnich y Facchetti, capitán y leyenda, eran claves al momento de iniciar los contragolpes.

Moviéndose en distintas posiciones de un centro del campo que tambien conformaban Jair Da Costa y Joaquin Peiro, Luis Suárez era el líder y comandante del equipo. El unico que improvisaba y dotaba de ingenio a un combinado que presionaba asfixiantemente y que además contaba con la habilidad en el remate tanto de Mazolla como de Corso.

Suárez, quien fue galardonado con el Balón de Oro en 1960, era un fuera de serie. Un zurdo dotado de una extraordinaria visión del campo y una capacidad asombrosa para orquestar el juego y asistir a sus compañeros con pases cortos y largos, al pie o al espacio. Siempre con una precisión suprema.

Obteniendo el primero de sus tres Scudettos en la temporada 1962/63, el equipo fue consolidándose hasta ganarse el respeto de todos, mostrándose siempre resolutivo y dándose el gusto de levantar dos veces seguidas la Copa de Europa, imponiendo su poco espectacular forma de jugar ante el Real Madrid de Alfredo Di Stéfano (Temp. 63/64) y el Benfica de Eusebio (Temp. 64/65) en dos finales bien distintas, y la Copa Intercontinental, derrotando en ambas ocasiones a Independiente.

Glorioso e irrepetible en la historia del Inter, el ciclo se extendió hasta 1968, aunque en realidad fue luego de la obtención del titulo liguero de la temporada 1965/66 cuando la llama del éxito se apagó y el equipo ya no fue capaz de seguir imponiendo un estilo que el Celtic capitaneado por Billy McNeill fue el primero en poder contrarrestar en la final de la Copa de Europa de 1967. 


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