La década de los noventa para el seleccionado francés fue una verdadera montaña rusa. En la última fecha de las eliminatorias mundialistas de cara a la Copa del Mundo Estados Unidos 1994, frente a Bulgaria, el equipo “Galo” se encontró con que, por segunda vez consecutiva, se quedaría sin Mundial.
Afuera de Italia ’90 y despojado, a mano de los búlgaros, de la cita en Estados Unidos, el buzo de entrenador se devoró, por ejemplo a Michel Platini, ídolo y figura en aquel recordado equipo de México 1986.
JÓVENES: Henry y Trezeguet, abrazados, fueron las promesas de ese Francia Campeón de 1998
Aquella generación ya estaba en la parte descendente de su curva de rendimiento y la inclusión, por ejemplo de Eric Cantoná, no fue suficiente para que siga llegando a las mesas francesas el “fútbol champange” que se adjudicó la Euro 1984 y se metió entre los ocho mejores del mundo en tierras mexicanas.
La FIFA, mientras Brasil se consagraba tras 24 años en California, designó a Francia como sede de la Copa del Mundo 1998. Era la gran oportunidad para ya veteranos como Laurent Blanc, Marcel Desailly, Didier Deschamps y Fabien Barthez, pero también era la gran chance de explotar frente al mundo de, hasta allí ignotos Thierry Henry, David Trezeguet y Zinedine Zidane, entre otros jóvenes valores.
Aimé Jacquet cargaba con la mochila vacía de pasajes para Estados Unidos, pero también cargaba con la responsabilidad de devolver a Francia a los primeros planos y nada menos que en su tierra.
Mientras el equipo se sacaba de encima a Sudáfrica, Arabia Saudita y Dinamarca, el ex congresista Jean-Marie Le Pen fue consultado sobre la cantidad de extranjeros y hombres de color con los que contaba aquel equipo. “Mientras sigan haciendo goles…”, respondió dejando en claro su descontento por ese fenómeno.
Vale recordar que un gran porcentaje de aquel plantel no era “naturalmente” francés. Zidane, el 10 y figura era el ejemplo más resonante.
Luego fue el turno de Paraguay, Italia y Croacia, a quienes derrotó con marcada dificultad, pero dicen que en los mundiales lo importantes es ganar. El 12 de julio vapuleó al Brasil de Ronaldo por 3 a 0 y alcanzó la gloria. La descompostura del “Fenómeno” previa a la final y la polémica que giró a su alrededor no empañaron, ni mucho menos aquella hazaña, por lo menos para aquellos que festejaron mirando para otro lado.
La mayoría de jugadores continuaron con la selección ‘Gala’ en la Eurocopa 2000, jugada en Holanda y Bélgica. Pero el entrenador era Roger Lemerre. En la fase de grupos finalizaron en segundo lugar detrás de Holanda, en cuartos dejaron en el camino a España y en semifinales a Portugal.
La final contra Italia era áspera y complicada, incluso en el resultado, ya que a segundos del final en Roterdam, la Azzurra se puso en ventaja. Llegó el milagroso empate sobre la hora y fue el turno, por primera vez, de que el “Gol de oro” entre en escena.
El manojo de tensiones que gobernaba el estadio se esfumó para dejarle su lugar a la gloria
con acento francés gracias a que Trezeguet sacó credenciales de goleador letal en momentos decisivos.
La muerte súbita fue una explosión de jubileo para los franceses, reyes de todo. Lo confirmarían en 2001 en la Copa Confederaciones, donde quedó de lado la muerte súbita de Marc Vivien Foé.
La gloria volvió a esfumarse en 2002 con la eliminación en primera fase en Corea-Japón. La final perdida en 2006 a manos de Italia parecía devolver a los franceses a su rol de protagonistas, pero no. En 2010, otra vez afuera en primera fase y vuelta a empezar.
La Euro 2012 que comienza en pocas semanas será una primera prueba para ver si las tierras verdeamarelhas se teñirán en 2014 de Bleu.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure