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Equipos históricos: Italia campeón 1934 y el día que Pozzo salvó su cabeza

Publicado el 12 enero 2013 por Marianofusco

Equipos históricos: Italia campeón 1934 y el día que Pozzo salvó su cabeza

El 10 de junio de 1934 Italia obtuvo el primer título mundial tras derrotar en Roma a Checoslovaquia con un, como mínimo, polémico arbitraje. Vittorio Pozzo, entrenador de la “azzurra”, salvó su vida al mismo tiempo que el árbitro decretó el final del partido. Benito Mussolini había amenazado con matarlo si no alcanzaba el objetivo.

El dictador italiano, junto con Adolf Hitler, fueron tal vez los primeros en utilizar al deporte como herramienta de propaganda. El genocida alemán lo haría luego en los Juegos Olímpicos del ’36 en Berlín.

Tal fue así, que él mismo nombró a Pozzo como entrenador, ya que creía que era el único que podía garantizar el éxito. El DT, obligado a ganar, recurrió a una táctica absolutamente resultadista y especulativa.

Un año y casi dos meses más tarde, el régimen Nazi invadiría Polonia, lo que significaría para la historia de los mundiales y la FIFA, tener que esperar hasta 1950 para reeditar el torneo.

El triunfo de Italia dejó a Argentina y Brasil decepcionadas tras haber viajado 13.000 kilómetros para jugar sólo un partido de la primera fase. Italia derrotó a Checoslovaquia por 2-1 en la prórroga, tras arrastrar un 1-0 adverso en el marcador hasta que faltaban apenas ocho minutos para la finalización del encuentro.

El torneo se celebró entre el 27 de mayo y el 10 de junio y tuvo una aceptación muy superior a la anterior, disputada en Uruguay.

La participación de treinta y dos países hizo necesaria la disputa de una fase preliminar (incluso la selección anfitriona, Italia, debió obtener su clasificación) de la cual salieron los 16 equipos participantes en la fase final.

Como respuesta a la renuncia de muchas selecciones europeas cuatro años antes, varios países suramericanos, entre ellos Brasil y Argentina, no enviaron sus mejores equipos al torneo. Uruguay prefirió no viajar a defender su título.

En el debut, el 27 de mayo, Italia, que contaba en sus filas con los argentinos Raimundo Orsi, Luis Monti y Enrique Guaita goleó 7 a 1 a Estados Unidos en Roma y así, accedía a los cuartos de final. 

En dicha etapa, le tocó enfrentar a España, a la que venció 1 a 0 el 1 de junio en Florencia. Dos días después, en Milán, esperaba Austria, a quien también derrotó por la mínima diferencia.

La polémica final, que se decidió en tiempo suplementario tras un arduo 1 a 1, se jugó en Roma el 10 de junio y el gol de Angelo Schiavio definió el juego.

Italia se alzaba como campeona del mundo con el trofeo Jules Rimet, pero la historia demostraría que fue un acontecimiento menor entre tanta locura del gobierno fascista.

En el descanso del partido, un enviado de Mussolini se personó en el vestuario italiano y entregó al seleccionador azzurri, Vittorio Pozzo, una nota manuscrita en la que decía: “Señor Pozzo, usted es el único responsable del éxito, pero que Dios lo ayude si llega a fracasar”.

Inmediatamente el entrenador se dirigió a los jugadores con el siguiente mensaje: “No me importa cómo, pero hoy deben ganar o destruir al adversario. Si perdemos, todos lo pasaremos muy mal”.

La cabeza de Pozzo estaba a salvo, mientras los italianos festejaban un logro deportivo.


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