Equipos históricos: Villarreal 2006, la huella de Riquelme en Europa

El Villarreal siempre fue el hijo menor del fútbol de la zona que, por historia y tradición, siempre dominó el Valencia. El equipo “Ché” fue el equipo de la región que históricamente le peleó la hegemonía al Barcelona y el Real Madrid.

Precisamente, al Barcelona llegó en 2002 Juan Román Riquelme, proveniente del Boca multicampeón conducido por Carlos Bianchi. El enganche nunca se adaptó a lo que le pedía el entrenador holandés Louis Van Gaal, quien le pedía que se tire sobre las bandas, en lugar de usarlo como enlace, su puesto natural.

Ante esta situación, el equipo catalán decidió cederlo a préstamo al Villarreal en 2003, donde estuvo hasta 2005 en esa condición. Los dirigentes del “Submarino Amarillo” decidieron, producto del rendimiento del argentino, comprar el 75 por ciento del pase y Riquelme, bajo las órdenes del chileno Manuel Pellegrini, comenzó a retomar su mejor nivel.

Villarreal terminó en puestos europeos la temporada 2004/05, por lo que tuvo su plaza en la Champions League 2005/06. Ya era histórico, ya era un logro deportivo en sí mismo.

El conjunto amarillo inició su travesía en la tercera fase de clasificación donde debió medirse con el Everton de Inglaterra, equipo al que derrotó 2 a 1 en ambos juegos.

El sorteo de la fase de grupos dispuso que el D lo integraran los españoles, el Benfica de Portugal, el Lille de Francia y nada menos que el Manchester United. De entrada el Villarreal se hizo sentir al rescatar un empate en cero como local ante los “Diablos Rojos” de Sir Alex Ferguson.

Mismo resultado consiguió como visitante ante los franceses. Ante Benfica igualó en un gol como local. Ya el primer empate comenzaba a perder peso. Tres puntos sobre nueve en juego ya no resultaban tan alentadores.

Sin embargo, el 2 de noviembre, en su visita a Portugal, con gol de Marcos Senna, el Villarreal logró sumar de a tres para luego cosechar otra igualdad en el Old Trafford. El 7 de diciembre el triunfo ante el conjunto galo le aseguró a los de Pellegrini un lugar en octavos de final.

Los octavos de final significaban medirse con el desaparecido y ya refundado Glasgow Rangers de Escocia. En la ida fue 2 a 2 y Riquelme anotó de penal. El empate como visitante le brindaba a los de Pellegrini una seria chance de superar la eliminatoria por los goles de visitante. Y así fue, ya que el 1 a 1 con gol de Rodolfo Arruabarrena le dio a los de El Madrigal, la oportunidad histórica de meterse entre los ocho mejores de Europa.

El 29 de marzo fue el día en el que Diego Forlán, Gonzálo Rodríguez y Juan Pablo Sorín se sumaron a Riquelme para enfrentar en Milán al Inter de Adriano, Walter Samuel y Juan Sebastián Verón, entre otros. Fue 2 a 1 para los italianos con goles del recientemente echado del Flamengo y el nigeriano Obafemi Martins. Forlán marcó para el Villarreal, gol que terminaría siendo determinante.

El 4 de abril, en la revancha, el duro cruce de palabras en medio del partido entre Sorín y Verón fue casi tan protagonista del juego como el gol de Arruabarrena a los 13 minutos del segundo tiempo. El Inter fue incapaz, por culpa de Riquelme y compañía de alcanzar la igualdad que lo clasifique. El ex Boca no marcaba en la red, pero sí manejaba absolutamente todo. Era amo y señor del juego, de su equipo y de la desesperación del rival por recuperar el balón para poder atacar.

Luego de los cuatro minutos de descuento, el árbitro griego Kyros Vassaras señaló la mitad de la cancha indicando que la serie se había terminado y que el Villarreal se había metido definitivamente en la historia grande del fútbol europeo, ya que se había metido en las semifinales de la Champions League.

El rival fue el Arsenal de Inglaterra, liderado futbolísticamente por la clase y el talento del francés Thierry Henry. En la otra llave se enfrentaban el Barcelona, campeón de aquella edición, con el Milan.

El 19 de abril, en el viejo estadio de Highbury, el Arsenal se impuso 1 a 0 con gol del marfileño Kolo Touré a los 41 minutos del primer tiempo. Así finalizó la ida por las semifinales.

Uno de los protagonistas de la final en el Parque de los Príncipes se definió el 25 de abril en El Madrigal. La tensión fue máxima durante todo el partido, en el que el Villarreal debía vencer sin recibir tantos a los “Gunners” para jugar el partido decisivo.

Era 0 a 0 y las esperanzas se evaporaban de a poco, a pesar de que lo hecho, sabido era, sería irrepetible. Hoy demostrado con el equipo en la segunda división.

Sin embargo, en el último minuto de juego, el referí ruso Valentin Ivanov indicó que había penal para el Villarreal. El Madrigal de pie y casi sin uñas. Juan Román Riquelme frente a la pelota y, más allá de ella, el arquero alemán Jens Lehmann. Era forzar la definición por penales o quedarse afuera por fallar un penal. Esos momentos tan límites que tiene el fútbol..

Riquelme eligió el palo izquierdo del arquero, el arquero acertó y tapó el remate del astro argentino. El sueño había llegado a su fin, serían los ingleses quienes enfrentarían al Barcelona en París. El Villarreal nunca estuvo tan cerca de la gloria, aunque para sus hinchas esa semifinal fue alcanzarla.