Era febrero, amor

Cómo decirte que te amo, si lo sabes. 

Carmen Arroyo

Llegué del Sur,
pero dejé al olvido
la fugaz belleza de la jara,
el esplendor floral de los almendros,
el aroma del tomillo,
el verde tierno de la oliva entre mis manos.
Y busqué entre las tuyas,
la esperanza del amor
que ganó altura en tu tierra,
junto al fuego generoso de la trébede.
Era febrero, amor,
hoy ya es noviembre.
Y nuestros pies, en la nieve,
dejaron huella
en busca de futuro compartido.
Tejimos nuestros sueños
con rumor de agua y escarcha,
anudamos cada aurora a golpe de corazón
y el deseo brotó gozoso
al filo de la tarde.
Tu palabra me sembró de amaneceres
y certezas exactas,
del silencio preciso
para escuchar nuestra canción de amor.
Cierro los ojos.
Me dejo inundar por la nostalgia.
Enhebro aromas de jaras y tomillo,
camelias y azucenas,
campanillas azules que llenaron mi infancia.
La vida se llevó nuestros febreros.
Atesoro tus gestos, tus palabras,
busco su cadencia repetida
y siempre nueva, como brisa suave.
Hoy, amor, sigo a tu lado,
y, de nuevo, te digo
que me son necesarias tus caricias,
el pan dulce de la mirada,
el calor de tu cuerpo y despertar a tu lado cada día.
Leo en tus manos
la ternura de un poema, busco
un destello de luz con que aplacar mi sed.
Dime, amor,
¿Cómo decirte que te quiero, si lo sabes?

Revista Pernía, Núm. 33 | NUEVA ÉPOCA

EDITA Y DIRIGE: FROILÁN DE LÓZAR